Queridos padres:
Os hemos reunido aquí para que nos escuchéis, para dialogar con nosotros y para llegar a una postura común. Antes hemos llegado a una conclusión: necesitamos que nos entendáis y que sepáis aconsejarnos.
Tenéis que escuchar lo que decimos nosotros, no lo que dicen de nosotros. Es muy fácil poner reglas y normas, y castigarnos después si no las cumplimos. Pero, ¿os habéis parado a pensar que a veces esto no es bueno?
Vosotros os equivocáis igual que nosotros, aunque a veces no queráis aceptarlo. Creéis que todo es por nuestro bien, pero ¿qué es el bien para nosotros?
Preguntadnos. A veces vosotros sois más cortados que nosotros a la hora de dialogar. Ya sé que es difícil, pero intentadlo. Sentémonos a charlar sobre cualquier tema. Y no sólo sobre los estudios… ¿Sabéis? Os ponéis demasiado pesados con ese tema y por eso es tan áspero hablar de ello…
Hablar del sida, de mis preferencias musicales, de ideal de futuro… Hay tantos temas de diálogo que nos falta horas para tratarlos todos. Empezad por dejar de dar la paliza con «Yo a tu edad no hacía eso…», e intentad cambiar el chip.
Sólo os pedimos una cosa: poneos en nuestro lugar y nosotros nos pondremos en el vuestro. No puede ser tan difícil.
Gracias por estar aquí y escucharnos.
ANA LOZANO, 15 años
Villarrobledo (Albacete)
| Para hacer 1. Esta carta fue escrita por la autora en unos breves instantes, después de haber reflexionado en un grupo de jóvenes sobre lo que ellos demandaban a los padres. Ella misma la leyó después ante los padres, reunidos para tratar el tema de cuáles eran las demandas de los hijos. ¿Qué nos parece? 2. ¿Con qué puntos de la carta estamos en desacuerdo y con cuáles en desacuerdo? ¿Por qué? 3. ¿Falta algún punto importante? Ponerlo. 4. ¿Cómo nos movemos nosotros con nuestros padres? 5. Escribirles una carta o mandarles ésta, pero retocada, concretando peticiones y anunciando compromisos… La carta puede ir firmada por todo el grupo. O se envía a los padres de los amigos… |