Desde dentro y hacia afuera

1 mayo 2011

Traemos de nuevo una imagen de Fano, en este caso un dibujo que ilustra el evangelio del día de Pascua (domingo de Resurrección) del ciclo C. Se trata de Juan 20,1-9, que dice así:
El día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy de mañana cuando aún era de noche, y vio que la piedra del sepulcro estaba movida. Echó a correr y llegó donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro siguiéndole, entró en el sepulcro y vio las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.
Pero podemos trabajar con la imagen inicialmente al margen de ese origen.
La imagen

  • Vemos la imagen: ¿Qué pasa aquí? ¿A qué se refiere?
  • Tenemos en cuenta los elementos que aparecen. Los enunciamos y vamos comentado lo que nos parezca sobre ellos: ¿Por qué están ahí? ¿Qué sentido tienen?
  • Indicamos aquí algunos de esos elementos de la imagen:

–               Dos personas se asoman a algún sitio y miran extrañados (hay siete rayas…): ¿Por qué? ¿Qué les llama la atención? ¿Por qué se quedan en esa postura?
–               Una gran roca o piedra, girada, deja espacio para mirar. ¿Quién la puso así?
–               A través de ese espacio se ven árboles y vegetación: vida…
–               Dentro hay una elevación: un túmulo…
–               Y unas vendas por el suelo.
–               Pero una paloma ha agarrado con las patas una de las vendas y la ha transformado en una palabra…

  • Vemos los planos: El espectador está viendo la escena… desde dentro de un lugar…

Una imagen referida a Jesús

  • Se puede decir que esta imagen está referida a la resurrección de Jesús. ¿Qué nos aclara? ¿Qué sentido tiene?
  • Podemos tener en cuenta el relato de Juan: lo leemos. ¿Qué nos dice ahora la imagen?
  • Sabemos que ese relato –como otros de la resurrección– no quiere decir que las cosas hayan sucedido así al pie de la letra: nos quiere expresar una experiencia vivida por quienes fueron testigos de aquella realidad. Jesús vive. ¿Cómo la podemos vivir nosotros ahora? ¿Qué nos dice esta imagen en ese sentido?
  • Precisamente la paloma (símbolo del Espíritu) forma con la venda (instrumento de muerte) la palabra VIVE. ¿Qué otra palabras o letra podríamos formar con las otras vendas que quedan en el suelo (del túmulo)? ¿Quizás una A (alfa: principio) y W (omega: fin) con el que se representa a Jesucristo? ¿Y qué otra palabra con la otra venda? ¡Una que represente el mensaje de Jesús…! (Amaos, por ejemplo).

Desde dentro y hacia afuera

  • En la imagen hay un dentro y un fuera. Y, como hemos dicho, nosotros estamos dentro de ese lugar que otros se asoman a ver…
  • Es como si nosotros fuéramos testigos de esa realidad. O mejor: que para entender esa realidad hemos de verla desde dentro…
  • Dentro está la presencia del Espíritu, que saca (un mensaje de) vida a lo que era (un instrumento de) muerte…
  • Ellos lo ven y… todavía no lo creen. Necesitan… reflexionarlo, interiorizarlo, contarlo, vivirlo… ¿Cómo lo hacemos nosotros?
  • Por cierto: uno de los personajes es “el discípulo al que Jesús amaba”. O sea: el que fue testigo de la muerte de Jesús y de su resurrección… O sea: todos nosotros. ¿Cómo lo somos? ¿Cómo lo podemos ser?
  • Fuera hay vida: es ahí donde hay que volver, o salir… para resucitar y anunciar… la alegría de vivir.

Herminio Otero

 Cuadro de texto:
 
 
 

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