Dibujo para orar por el Papa

1 mayo 2013

Federico F. de Buján escribía el 27 de marzo de 2013en La voz de Galicia un artículo titulado “Francisco y el lenguaje de los gestos”. Decía así:
“Han trascurrido dos semanas desde la primera sorpresa: su elección. Solo catorce días y parece que el papa Francisco es de toda la vida. Es casi imposible sentirlo más cerca.
Ha demostrado una excepcional capacidad para comunicarse con palabras sencillas: «Debemos cuidarnos»; «no tengamos miedo a la bondad ni a la ternura»; «hay que luchar contra la pobreza»; «Dios nunca se cansa de perdonar, nos cansamos nosotros de pedir perdón»; «no os dejéis robar la esperanza»; «hay jóvenes de 80 años»; «el sudario no tiene bolsillos; hay que estar desprendido»; «no cedamos al pesimismo»; «es magnífico ser santo, pero qué maravilla ser perdonado».
Ha demostrado también un genio especial para sorprender con los gestos. Gestos directos y sinceros que descubren rasgos de su persona: su humildad, al inclinarse ante el pueblo; su sencillez en la elección de la vestimenta; su respeto por todos, al bendecir con cariño y en silencio a los seis mil periodistas, creyentes o no; su afabilidad al besar a niños o detenerse con enfermos; su sociabilidad, al trasladarse en microbús con quienes acababan de elegirlo. En esta clave, de necesitar la relación con los otros, hay que interpretar su última decisión, que es un gesto: No ha dicho que no quería instalarse en el Apartamento Papal. Solo ha «dejado caer» que, por ahora, se queda en la Residencia de Santa Marta. «Estoy habituado a convivir con mis sacerdotes» diría el obispo porteño que se ha convertido en papa. Será un pontificado en el que la doctrina predicada con palabras se explicará con el lenguaje de los gestos. Unos y otros serán prueba de su gran libertad espiritual.”
Las palabras [ver las secciones Textos y Recortes de este mismo número de CJ] y los gestos del nuevo papa han continuado y podemos añadir muchos a la lista: lava los pies a jóvenes –dos mujeres, algunos no católicos- en una cárcel el Jueves Santo, paga la residencia donde ha estado como cardenal, no usa el papamóvil… Y siempre se despide pidiendo: “Recen por mí”. El dibujantePatxi Velasco FANO preparó un dibujo que envió a sus amigos. Decía: “Queridos amigos: Ilusionado por la figura del nuevo Papa, os mando un dibujillo para orar por él. Nos pide mucho que oremos por él y aquí va ese dibujillo para que los compartáis y nos ayude a rezar”. Lo reproducimos como imagen, aunque no reproducimos el texto oracional que el dibujante también había incluido y que dice así:

  • En la parte superior derecha: “Mueve, Señor, tu mano y guía a tu siervo el papa Francisco en la tarea de edificar la Iglesia.”
  • En la parte inferior izquierda: “Ayúdale, Señor, a servir con humildad, sencillez y pobreza…”
  • En la parte inferior derecha: “Somos tu iglesia, ladrillos de barro. Envía tu Espíritu como cemento que nos una y fortalezca.”

Nosotros podemos poner ese texto en la imagen si queremos trabajar con ellos a la vez. 1. Vemos la imagen. ¿De qué se trata? ¿De quién se trata?

  1. Después de los primeros comentarios, podemos concretar: “La figura representa al papa Francisco. Le mueve… la mano de Dios” (Se ve en los remiendos del vestido: el dibujante siempre le dibuja así: es el Dios pobre de los pobres).
  2. Dios mueve al papa… ¿cómo si fuera un títere? Pero está presente también Jesús: la mano de Dios mueve una cruz franciscana (la tau), que transmite los movimientos al Papa. Y también está presente el Espíritu, posado en el recipiente con la argamasa. Es una obra de la Trinidad.
  3. ¿Qué ha de hacer el Papa? “Construir una iglesia que amenaza ruina”, como había escuchado san Francisco. Por eso están ahí los ladrillos y la paleta…
  4. Una vez visto todo eso, podemos ver los gestos del Papa en los primeros días de su pontificado (ver arriba). Y ver los que ha hecho después: podemos buscarlos…

6: Llega el momento de orar por él: se ofrecen las oraciones reproducidas más arriba.

  1. Pero no podemos orar si no nos ponemos nosotros manos a la obra. ¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Qué gestos podemos llevar a cabo?
  2. La Iglesia está por construir. Por ahora tenemos cinco ladrillos, una paleta y un poco de argamasa… Y nuestras manos. Y 20 siglos de historia. Y miles de millones de creyentes en Jesús. Y… todo por hacer. Pero también está la mano de Dios que nos guía. Y la cruz de Jesús. Y el Espíritu presente en la Iglesia. Es tiempo de orar y de poner manos a la obra.

Herminio Otero