He aquí diez cosas que nada cuestan, pero que valen mucho para ese día y esa hora que nadie conoce…
- Un rostro alegre
en la monotonía del trabajo cotidiano.
- Un silencio caritativo
sobre las faltas y defectos de los demás.
- Una palabra de reconocimiento y estímulo al prójimo
por el trabajo bien hecho, el esfuerzo realizado,
el triunfo obtenido, la amabilidad demostrada.
- Un servicio prestado
a un subalterno, a un compañero, a…
- Una «cara de buenos amigos»
al llegar a casa.
- Un favor prestado,
sobre todo a quien no puede devolvérnoslo.
- Una molestia aceptada de buen grado
para proporcionarle a alguien un gusto
o evitarle una incomodidad.
- El reconocimiento sincero de un error cometido,
especialmente cuando se le atribuye a otra persona.
- Un apretón de manos cálido y amistoso
a los que están desanimados.
- Una conversación paciente e interesada
con los que no son muy divertidos o muy simpáticos.
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