DIFUNTOS Y TODOS LOS SANTOS

1 octubre 2007

Recuperar Halloween

 Está cobrando fuerza una iniciativa del año 2000 de un grupo de laicos chilenos, orientada a convertir las costumbres de la noche de brujas –marcadas por el susto o dulces– en una fiesta de alegría y esperanza volviendo al sentido original de «halloween», la víspera de la festividad de Todos los Santos, que la Iglesia celebra el 1 de noviembre. El término viene de «all hallow´s eve», es decir, vigilia de todos los santos. Con el tiempo, su pronunciación fue variando hasta alcanzar la palabra actual que conocemos como halloween.
La iniciativa del profesor e ingeniero José Miguel Carafí gana terreno en familias, parroquias y comunidades, y de un modo especial en los colegios:en la «fiesta blanca de Todos los Santos», la noche del 31 de octubre, muchos niños vestirán disfraces y mostrarán su agradecimiento con entretenimientos a las familias que les regalen dulces.
En la fiesta se mantienen elementos positivos, como son los disfraces y los dulces para los niños, pero se modifican aquellos que generan rechazo y malas enseñanzas: las brujas, la muerte y la oscuridad… por la alegría y vida; el susto o temas de mal gusto por el respeto y la paz; y dar algo a cambio en actitud de agradecimiento y de compartir.
De esta manera, lejos de suponer una oposición a «halloween», se vuelve al sentido original de esta fecha y se celebra así la víspera del día de Todos los Santos.

Páginas para  informarse de los detalles de esta iniciativa y enviar una presentación digital por correo electrónico a los amigos, invitándolos a participar de la misma:

http://www.vicariaeducacion.cl/

 

Un día para dar gracias

 Día de los Difuntos. Entre todos los días que se celebran, el Día de los Difuntos, además del prestigio de la antigüedad, tiene una justificación muy arraigada en la conciencia de la población. Es un día para todo el mundo, porque todos tenemos parientes y amigos que han muerto….

Todo el mundo tiene muertos recordables. Muertos que están más o menos presentes a lo largo del año, y digo más o menos porque es lógico, aparte de más saludable, que los vivos no lleven siempre encima a sus muertos como una carga que puede llegar a ser patológica.

Pero la existencia de un Día de los Difuntos es la oportunidad que se da a todo el mundo de reavivar el recuerdo de algunas personas. Y si hemos tenido la suerte de tener una buena familia y unos buenos amigos que ya no están con nosotros, podemos tener para ellos el justo agradecimiento. Y pienso, más allá de los parientes próximos, en las personas que nos han enseñado algo, que nos han hecho compartir su alegría, que en cierto modo han formado parte de nosotros. Y que también han enriquecido a otra gente, de forma más modesta y anónima. En la agitada y despectiva sociedad actual, tener presente el Día de los Difuntos significa reconocer que ha habido gente de buena voluntad, y que ahora también la hay, y que siempre la habrá.

Maria Ricou, que había sido cartera, mujer de fe, me decía: «Mucha gente del pueblo me pregunta por qué voy cada día al cementerio si él ya no está. Ya sé que no está. Pero vengo porque también amé sus huesos».

JOSEP MARIA Espinàs

El Periódico, 1.11.06

Para hacer

Dos elementos distintos en la misma página: una propuesta con éxito en Chile, que nos invita a hacer lo mismo… Buscar más información en Internet y ver cómo la podemos aplicar en nuestros ambientes.

 Y un texto de Espinàs: ¿Qué nos dice? ¿Cómo actuamos nosotros? ¿Por qué?

 

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