“Ya no es tabú ni pecado. A los 14 años, como media, los adolescentes españoles se estrenan en las relaciones sexuales. A los adultos les sorprende esta precocidad porque la comparan con su propia experiencia, pero si se contrasta con la iniciación de jóvenes de países cercanos no hay lugar para el asombro. Ingleses, franceses o portugueses experimentan antes.” Así comenzaba un reciente informe (18.1.08).
El informe seguía diciendo: “La edad de inicio de las relaciones sexuales es quizás el cambio menor. La concepción de la sexualidad tampoco es la misma. Ya no está rodeada de lastre religioso ni de moralina oscurantista (sic). Ahora es lúdica, algo corriente, parte del ocio, un intercambio entre amigos, algo que hay que hacer. Y se asimila, sobre todo, a partir de la publicidad, la televisión, el cine, internet y la pandilla, lo que ayuda a transmitir mitos erróneos y aviva algunos miedos”.
Señalaba después algunas tendencias observadas por los expertos, que extractamos.
El uso de la pornografía. «Ver películas porno es algo típico». Si no hay otro modelo que lo contrarreste, el resultado es la construcción de una sexualidad genitalizada y machista. Y la muerte de la sensualidad y el erotismo. «No hay ceremonias de seducción;es el aquí te pillo, aquí te mato. El sexo es penetración», dice Nora Rodríguez, autora de ¿Hablas de sexo con tus hijos? ( Temas de Hoy, 2007). Y sigue: «La influencia de la pornografía es total. Se ve en las posturas contorsionadas, en lo que importa el tamaño del pene, en la degradación del cuerpo de la mujer y en que creen que el sexo es algo rápido e impecable, penetración y genitalidad».
Nuevos hábitos sexuales: el chill-out, el bluetooth o el sexo azul. El primero consiste en dejarse llevar: «Como soy joven, fuerte, guapo y vital puedo dejarme llevar. Es el sexo como riesgo». No es una moda seguida masivamente: serían el 10% de los chicos y el 4,3% de los chicas de 15 y 16 años que tuvieron alguna relación. La segunda práctica se mantiene con desconocidos a los que se ha contactado a través de la tecnología bluetooth. El sexo azul es, aclara la pedagoga, el que se obtiene después de tomar Viagra, a la que recurren algunos para neutralizar el efecto del exceso de alcohol y drogas. Porque no se puede fallar.
Sexo ocasional: Entre los jóvenes entrevistados para el estudio del Injuve, el sexo es «básicamente el ocasional». Es el que se obtiene en momentos de ocio, un «paréntesis» en las normas «sin límites» para el disfrute. «Caben alcohol, estimulantes, frivolización, contactos y no caben el compromiso, la prudencia y el cálculo».
Hiperconfusión: A Villegas le asombra la sexualidad «pornográfica». A Luna, que los jóvenes están «hiperinformados, hiperliados e hiperasustados». A su confusión contribuyen que las nuevas fuentes de conocimiento son medios audiovisuales que no siempre divulgan. Apenas educan la escuela o la familia. Aunque no pueda culparse de ello a los padres por sistema.
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