EL BUEN 2011 Parábola para empezar el año con buen pie y mejor corazón

1 enero 2011

 
El auditorio estaba a reventar. Los apóstoles no daban abasto poniendo sillas supletorias; sin embargo, y a pesar de los múltiples intentos, un centenar de personas tuvo que conformarse con esperar a las puertas. El caso es que Jesús de Nazaret había despertado un gran interés y todos querían estrenar el nuevo año escuchando las palabras del Maestro…
Así que, cuando llegó la hora, el Señor se subió a la tarima y empezó a hablarles y… primera sorpresa y primera decepción: Jesús les contó la parábola del buen samaritano con pelos y señales, sin añadir y sin omitir palabra alguna…
El descontento, como pueden imaginarse, fue generalizado y la tensión empezaba a palparse entre los asistentes… Así que el Señor, que había “toreado en peores plazas”, cambió de argumento, aunque no de parábola, y les dijo:
Un hombre (ponedle rostro y nombre; es muy fácil, repasad las últimas horas o el último día o, si fuese necesario, la última semana) bajaba de Jerusalén a Jericó (o de su casa a la parroquia, o del colegio a la biblioteca municipal, o de su trabajo al súper del barrio…) y cayó en manos de personas normales, como ustedes y como yo (nada de salteadores profesionales, de de expresidiarios peligrosos o de asesinos a sueldo) que le dieron una paliza (ojo, hay golpes que no se dan en la cara o en el cuerpo, sino que van directos al corazón).
Un hombre, apodado 2010, pasaba causalmente por ahí y, al verle, empezó a pensar: “Ya estoy mayor para meterme en estos fregados, si me pilla en mis años buenos, cuando estaba convencido de que otro mundo más justo era posible…” El caso es que se desvió y pasó de largo…
Igualmente otra persona que se hacía llamar 2012, al pasar por aquel sitio pensó en su poca experiencia: “Tal vez en otro momento, ahora me coge frío, cuánto siento no estar preparado…” Así que también se desvió y pasó de largo…
Pero otro hombre, cuyo nombre 2011 era sobradamente conocido por su fama de mal vecino, mal ciudadano, mal patriota…, al llegar junto a él, se acercó y, como si le fuese la vida en ello, le atendió y se quedó con él, hasta que quedó totalmente restablecido…
Cuando Jesús acabó de hablar, viendo la cara de los presentes y augurando la espantada general, dio a sus apóstoles unas cuartillas con el final de la parábola. Así que, cuando los asistentes, un tanto cabizbajos, abandonaron la sala, fueron recogiendo el papel que les iban entregando los discípulos del Maestro… Si usted quiere, si lo desea, también puede coger uno. En él pone:
¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?
– El sacerdote, 2010, el pasado, ayer…
– El levita, 2012, el futuro, mañana…
– El buen samaritano, 2011, el presente, hoy…
Vete y haz tú lo mismo… ¡¡¡Feliz y buen 2011!!!

José María Escudero

 
 

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