El curso del nuevo siglo

1 septiembre 1999

RETOMAR EL CURSO DE LA VIDA DIARIA
 
Volver a las actividades habituales tras el verano, comenzar un nuevo curso, etc., en esta ocasión, remiten a un nuevo siglo. Proponemos aquí estos materiales para retomar el curso habitual de la vida mirando al siglo que termina, fijándonos en algunas huellas que puedan ayudarnos a construirnos como personas. La última parte de los mismos ofrece una sencilla celebración para «comenzar de nuevo».
 
 
 

1           SIETE LIBROS PARA ENTENDER EL SIGLO XX

 
En septiembre de 1998 la editorial Debate lanzó al mercado «7 libros para entender el Siglo XX»: siete obras escritas entre el siglo XIX y las primeras décadas del XX en las que aparece el germen de lo que ha sido éste último siglo (cf. «El Mundo», 19.10.98). Es una selección parcial condicionada por ser obras de formato reducido y con propósito divulgativo, que elimina, por ejemplo, El Capital, de K. Marx, o La interpretación de los sueños o Más allá del principio del placer, de S. Freud.
 
Los especialistas citaron otros textos imprescindibles para entender el siglo XX. Señalamos tan sólo el texto y el autor:
 
n Algunos se remontan a varios siglos atrás: Tratado de la naturaleza humana (Hume), El discurso del método (Descartes), Monadología (Leibniz).
n La filosofía aporta varias obras: Ser y tiempo (Heidegger), Materia y memoria (Bergson), Crítica de la razón dialéctica(Sartre), El yo y su cerebro (Popper y Eccles), Lo pequeño es hermoso (Schumacher).
n Otros consideran que la literatura proporciona claves maestras: La educación sentimental (Flaubert), Los paraísos imaginarios(Baudelaire).
n En ciencia son decisivas Cibernética y sociedad (Weiner) y Teorema (Gödel).
n Sólo tres autores españoles fueron mencionados por los especialistas: Catolicismo y protestantismo como formas de existencia (Aranguren), El sentimiento trágico de la vida (Unamuno) y por La rebelión de las masas (Ortega).
 
Nosotros recordamos aquí los siete textos elegidos y sintetizamos la valoración de otros tantos especialistas que analizaron su relieve y su grado de influencia. En la sección «Imagen» de Cuaderno Joven pueden verse las ilustraciones que acompañaban a estas valoraciones y trabajar con ellas según lo que allí se indica.
 
1  MARY WOLLSTONECRAFT (1792)

Vindicación de los derechos de la mujer

 
Mary Wollstonecraft, pionera del feminismo anglosajón, analiza las causas que provocan el confinamiento de la mujer en la esfera de lo privado, que no tienen que ver con la naturaleza sino con la cultura dominante. En su estudio, que data de 1792, hay una denuncia y análisis de los modelos de educación discriminatoria y una defensa de la igualdad definitiva. Hace un examen crítico de su admirado Rousseau por el distinto rasero que aplica según se trate de la formación de Emilio o de Sofía. Y ofrece una perspectiva del derecho a una educación que nos libere y nos haga mejores (ideas de Norma Sturniolo)
 
 
2  MARX Y ENGELS (1848)

El manifiesto comunista

 
Dos jóvenes exilados alemanes, K. Marx y F. Engels dan a luz al más deslumbrante panfleto que ha visto un siglo de grandísimos panfletistas. Por encima de sus apuestas políticas externas, apuntan hacia una analítica de las relaciones materiales y simbólicas de poder que revolucionará la compresión de la subjetividad histórica y de la composición de los conflictos sociales. “La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clase” es infinitamente más que una consigna: la apertura de un horizonte conceptual cuyo esplendor matemático sólo estará a la vista 19 años más tarde: 1867, El capital. Y el mundo -tanto el teórico como el real- no volverá a ser el mismo (ideas de G. Albiac).
 
 
3  CHARLES DARWIN (1859)

El origen de las especies

 
Darwin defiende la teoría de la selección natural como mecanismo que explique la aparición de las diferentes especies animales: «el fuerte, el sano y el feliz se multiplica». La naturaleza actúa por sí misma. Se justifica así el triunfo de las mejores, que era lo que pensaba la burguesía liberal; a los marxistas les proporciona una explicación materialista del origen de la vida, y a los fascistas (especialmente a Hitler) le legitimaba en su versión del triunfo del más fuerte.
A más de un siglo de distancia, la obra de Darwin resulta  imposible de sostener científicamente. Los golpes propinados por los matemáticos, que encuentran imposible el mecanismo evolutivo por mero cálculo de probabilidades -o sobre todo, por los biólogos moleculares- han resultado devastadores. «En la actualidad sólo se puede ser devoto de Darwin por ignorancia o por pereza» (ideas de César Vidal).
 
 
4  FRIEDRICH NIETZSCHE (1888)
El anticristo
Nietzsche dejó su impronta en corrientes tan variopintas como el modernismo del cambio de siglo, los fascismos emergentes, la filosofía de la existencia y el neoestructuralismo, por no hablar de su presencia constante en la literatura (Thomas Mann, Jünger, Camus) o en la música (Mahler, Ricardo Strauss). El Anticristo no es su obra mejor ni más representativa. Se podría haber elegido Genealogía de la moral, Más allá del bien y del mal o Así habló Zaratustra
Para Nietzsche, Cristo es una maravillosa flor de invernadero decadente; algo así como una versión plebeya y algo occidentalizada del gran príncipe Gautama Sidharta El Buda, pero con un componente (judío) de autolaceración característica. El libro, escrito ya en el estribo de su existencia consciente, acaba resultando una especie de inesperado homenaje del personaje que constituía el blanco de sus críticas (ideas de Eugenio Trías).
 
 
5  FRANZ KAFKA (1910)

La metamorfosis

 
Esta obra es una tragicomedia que empieza como un relato fantástico y se convierte en una indagación acerca de la culpa, la identidad y la imposibilidad de saber quiénes son los otros, la impotencia que nos suscita saber que ante los otros siempre somos extraños para nosotros mismos.
Kafka no necesita un héroe, sino una víctima: una víctima heroica que no sabe por qué le ha pasado lo que le ha pasado (como todas sus víctimas, atacadas desde lo invisible o lo inexplicable, forzadas a defenderse de un enemigo cuyo rostro ignoran), pero al que no le queda más salida que la propia inmolación después del ocultamiento. Sólo el frío humor kafkiano podía conseguir que esta fábula se convirtiese en uno de los textos imprescindibles del siglo XX (ideas de Juan Bonilla).
 
 
6  ALBERT EINSTEIN (1915)

Teoría de la relatividad

 
En 1915 Einstein había formulado dentro de la teoría general de la relatividad que los rayos de luz de un estrella podían ser curvados por el campo gravitatorio solar. Cuatro años más tarde los científicos lo comprobaron durante un eclipse total de sol. La obra Einstein da una idea certera y precisa de cómo se deben revisar los conceptos de espacio y de tiempo, que dejan de tener el carácter absoluto que les otorgaba la física clásica newtoniana.
La relatividad explica algunas de las condiciones que hacen posible nuestra existencia: la preciada luz del Sol se debe a que en su interior se producen reacciones nucleares de fusión, que transforman la materia en energía de acuerdo con la más famosa ecuación de la física E = mc2. Cada segundo desaparecen en el Sol cuatro millones de toneladas de materia que, transformadas en energía, equivalen a la desarrollada por cuatro billones de bombas como la de Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial. La teoría de Einstein resulta esclarecedora y esencial para conocer las bases sobre las que se asienta la física moderna, aunque su modelo dista mucho de los modelos actuales… (ideas de Telmo Fernández)
 
 
7  SIGMUND FREUD  (1910)

Esquema del psicoanálisis

 
En esta obra recoge Freud todos sus descubrimientos hasta 1910. Los hallazgos del psicoanálisis no atañían a la vida anímica anormal, sino a la función normal. La locura estaba implícita en el destino del hombre, encontrándose profundas analogías entre las neurosis y las producciones sociales del arte, de las ideologías, de las religiosas y otras ilusiones… El psicoanálisis iba desvelando las verdades ocultas de los hombres y de los pueblos, sus deseos y fantasías, que al entrar en conflicto con los valores establecidos, debían ser reprimidos, aunque aparecía en los sueños, en los mitos y las obras artísticas. El psicoanálisis mostraba así un gran potencial colectivo, en cuanto que descubría el inconsciente, lo no-dicho, lo prohibido, lo moralmente inadmisible y el sentido oculto de la sociedad. Así se presentaba como amenaza de esta sociedad, cuyo origen cultural se sustentaba sobre la represión de la sexualidad, la mixtificación ideológica y la ilusión religiosa.
En Totem y tabú Freud explica el origen de la sociedad por el asesinato del padre primitivo… Al final del siglo XX se habla de una sociedad sin padre. Y él, poco antes de morir, confesaba: «Me falta el ánimo necesario para convertirme en profeta de mis contemporáneos, no quedándome más remedio que exponerme a sus reproches por no poderles ofrecer consuelo alguno” (ideas de Enrique González Duro)
 
         q Propuestas

  1. Podemos acercarnos a los siete autores: ¿Los conocemos? ¿Qué sabemos de los autores de estos siete libros?
  2. ¿Qué conocemos de los siete libros? El más conocido es el de Kafka, pero quizás no se ha leído. Es breve y muy sugerente. Se puede leer… ¿Qué refleja de nuestro tiempo?
  3. Centrarse en el tema propuesto en cada uno de ellos. ¿Qué sabemos de esos temas? ¿Cómo nos afectan?
  4. Leer y comentar la valoración de cada libro y autor que hemos resumido más arriba a partir de los diversos expertos. ¿Realmente esas ideas han contribuido a crear una persona distinta en el siglo XX? ¿Cómo repercutirá en el siglo XXI?
  5. Ver también las imágenes que lustraban esta selección y las propuestas que ofrecemos para trabajar a partir de ellas (cf. «Cuaderno Joven», pp. 14-15).
  6. Hacer una lista de los tres libros (dos al menos, o elegir uno solo) que más nos han ayudado a crecer a cada uno durante el «largo periodo» de nuestra vida (largo porque es toda nuestra vida hasta ahora). Resumir su contenido y decir cómo y por qué han ayudado a crecer. Se puede organizar una exposición con ellos… para que todos los vean y conozcan.

 
 

2                  HUELLAS DEL SIGLO XX

 
«These are the days of miracle and wonder…», a los tiempos de maravillas y milagros cantaba Paul Simon allá por 1986. Y es verdad que la inventiva humana ha llegado lejísimos en el siglo que termina; pero quizás no ha llegado a tocar el milagro más necesario: la justicia y la paz.
Dejando fuera los «grandes inventos», la revolución de la vida cotidiana se fue realizando, por ejemplo, con la aparición del «tetrabrick» (1951), la «botella de plástico» (1969), el «café instantáneo o nescafé» (1937), la «coca-cola» (1886), el «polo o helado proletario» (1922), el «microondas» (1945), el «frigorífico» (1913), el «azúcar sin calorías» (1965), los «aerosoles» (1926), el «aire acondicionado» (1911), el «aspirador» (1901), el «detergente» (1916), los «kleenex» (1924), el «bolígrafo» (1938), la «maquinilla desechable» (1975), el «bikini» (1946), las «cremalleras» (1912), las «tarjetas de crédito» (1950)… Entre las muchas publicaciones que nos recuerdan estos pequeños inventos que cambiaron la vida, remitimos al «Especial fin de siglo» de la Revista «Tiempo» (5 julio 1999).
 
Las verdaderas huellas del siglo, sin embargo, no están ni en los grandes ni en los pequeños inventos, sino en las personas que supieron ampliar el horizonte de la humanidad en sus múltiples direcciones (verdad, belleza, paz, justicia y solidaridad, etc.). Proponemos a continuación algunos ejemplos.
 
 

Q VERDAD Y BELLEZA

 

         Madame Curie

 
Compartió con su esposo vida y pasión por la investigación. Viviendo en un pequeño y estrecho piso supieron hacer avanzar el conocimiento humano y, cuando supieron que el «radio» iba a tener grandes aplicaciones en la curación del cáncer, no dudaron al elegir entre el aprovechamiento económico o comunicar a todos sus descubrimientos para el bien de la humanidad.
 

         Santiago Ramón y Cajal

 
Luchó y trabajó hasta límites insospechados para realizar sus estudios. Su vida fue un continuo estudiar e investigar. Modelo de científico serio y profundo, con muy pocos medios realizó grandes pasos en el estudio de las células del sistema nervioso humano.
 

         Thomas A. Edison

 
Tuvo que abandonar la escuela a los seis meses de empezar en ella porque apenas si sabía leer y escribir. Pero siguió leyendo todo cuanto caía en sus manos, quizás para llenar de palabras la sordera que le aquejó desde los 12 años. Así llegó a realizar cientos de inventos, trabajando más de 18 horas para servir a la humanidad, para «iluminar» la vida de las personas.
 

         Abert Einstein

 
Compaginó sus investigaciones con un esfuerzo constante por la paz, la tolerancia y los derechos humanos. Sus investigaciones fueron utilizadas para la fabricación de la bomba atómica, pero él era un pacifista convencido. Cuando se creó el Estado de Israel, terminada la guerra mundial, le ofrecieron la presidencia del mismo, que rechazó para seguir estudiando el mundo físico.
 

         Alexander Fleming

 
Hijo de unos humildes granjeros ingleses, llegó a descubrir la penicilina, dedicándose después en cuerpo y alma a buscar la salud de la humanidad y llegando —con su trabajo, constancia y dedicación— a ser una de las personas que más vidas ha salvado en la historia de la misma.
 

         Louis Pasteur

 
Arriesgó su vida para conseguir la vacuna contra la rabia. No patentó su invento para enriquecerse, antes enseñó a muchos todo lo que sabía para bien de los seres humanos. Enviaba médicos allí donde se desataban epidemias, logrando que en pocos años el uso de las vacunas se extendiera por todo el mundo.
 

         Jacques Cousteau

 
Gracias a su escafandra autónoma fue el primer hombre que exploró los fondos marinos. Enamorado del mar, hoy conocemos las maravillas que alberga gracias a sus películas y documentales. Ecologista en profundidad, fue también pionero en alertar a la humanidad sobre la grave contaminación que se cierne sobre mares y océanos.
 

         Charles Chaplin

 
Huérfano a los ocho años, conoció de cerca la soledad y la pobreza trabajando muchos años en el circo. Al conocer el éxito nunca olvidaría aquello. Por eso logró comunicar con esa mezcla de ternura, humanidad y tristeza que permitía descubrir la hondura y sencillez de la vida, transmitiendo profundas emociones. Con fino humor, mezcla de ironía y sátira, denunció aquellas situaciones que más amenazaban a la persona humana: la mecanización, el sufrimiento de los débiles, etc.
 

         Picasso

 
Nunca quiso pintar la realidad tal como se ve a primera vista (para eso ya están las fotografías); quiso interpretarla con sus ojos. Así logró dibujar como nadie los horrores de la guerra, las grandes deseos y pasiones humanas… Gracias a él hoy reconocemos mejor algunos lados ocultos de la realidad.
 

         Beatles

 
Los cuatro muchachos de Liverpool, antes de haber cumplido 20 años, dieron origen a un fenómeno social de masas con el que se identificaron mayoritariamente los jóvenes, haciendo que éstos reivindicaran un lugar en la historia. Con ellos, los jóvenes no sólo encontraron un nuevo estilo musical sino una nueva manera de vivir, vestir, peinarse; una nueva manera, en fin, de «ser joven».
 
 
 
PAZ, JUSTICIA Y SOLIDARIDAD
 

         Gandhi

 
Inicia en Sudáfrica su modo «no violento» de resolver los conflictos. Allí defendió las derechos de las minorías hindú y negra, siendo encarcelado por defender como abogado a los más pobres. En la India, funda una comunidad que vive con un estilo austero. Sus huelgas de hambre, marchas no-violentas… no lograron ser acalladas ni por el tiro que le asesinó en 1948.
 

         M. Luther King

 
Cristiano profundo y convencido —fue pastor protestante—, en nombre de Jesús animó a los negros a defender sus derechos. Y lo hizo con actitudes no-violentas, al estilo de aquél y de Gandhi. Asumió la defensa de los más pobres, de todos los marginados de la sociedad, sin importarle el color de su piel. Su «he tenido un sueño…» sigue vivo entre nosotros.
 

         Teresa de Calcuta

 
Vio con el corazón la miseria de los más pobres de Calcuta. Fundó las «Misioneras de la Caridad» para atender a “los más pobres entre los pobres”. “Siempre he pensado —diría al recoger el Nobel de la Paz— que los cristianos debemos dedicarnos a ayudar a los más pobres, a los que ni siquiera tienen un puñado de paja para tenderse y morir”. Su figura pequeña y menuda ha despertado las conciencias de todo el mundo.
 
 

         Edith Stein

 
Apasionada por la cultura, pronto empezó a defender los derechos de la mujer. Infatigable buscadora de la verdad, sus pasos la llevaron de la filosofía, hasta la conversión al cristianismo y profesión como carmelita descalza. Terminaría asesinada por los nazis en Auschwitz.
 

         Maximiliano Kolbe

 
La huella sigue siendo de las más visibles. Ha habido una evasión en el campo de concentración donde se encuentra. Todos saben que pagarán por ello. Uno de los elegidos para la muerte grita: «¡Ya no veré más a mi mujer y a mis hijos!». El padre Kolbe se ofrece voluntario para sustituirle. Se produce un denso silencio… Su ruido sigue entre nosotros.
 
 
 
 
 
 
 

3                  REFLEXIÓN Y CELEBRACIÓN

 
La reflexión se puede continuar a partir de los testimonios presentados: identificar la huella de cada uno de ellos, qué nos dice y cómo continuarla, buscar otros testimonios, etc. Proponemos a continuación, a grandes líneas, unas posibles pautas para un encuentro-celebración de reinicio de actividades, de comienzo de curso, etc.
 
Lectura del Evangelio
Pueden escogerse textos como Mt 7,24-27 (los dos clases de cimientos a la hora de construir la propia vida) o Mt 6,25-34 (no andéis agobiados pensando en la comida, la bebida, el vestido…; fijaos en cómo Dios nos ama) para programar el nuevo curso o reiniciar las actividades en el centro juvenil o parroquial.
 
Comentario: Qué necesitamos para «vivir bien»
Después del Evangelio, se comenta brevemente y se entrega una hoja con la siguiente pauta para el diálogo y el compromiso:
 
COSAS NECESARIAS PARA «VIVIR BIEN»

Nombre
de los objetos, etc.
¿Cuáles
de ellos tienes?
¿Cuáles son necesarias
para «vivir bien»?
¿Cuáles estarías
dispuesto a dejar…?

Antes de tomar el compromiso necesario para «vivir bien» durante el curso que ahora se estrena, se propone el siguiente «test de solidaridad».
0   1   2    3

 1  Presto con agrado mis cosas, apuntes y material de clase a otros compañeros…
 2. Me gusta trabajar en grupo y colaboro activamente en las tareas comunes
 3. Creo que no es justo relacionarme tan solo con quienes me pueden ayudar
 4. Me intereso por los problemas de mi zona, de mis compañeros…
 5. No considero una pérdida de tiempo ayudar a los demás, a quienes van mal…
 6. No derrocho comida ni bebida, aunque sobre
 7. Me esfuerzo por acoger y no marginar a los menos inteligentes y simpáticos…
 8. No siento envidia del éxito de los otros
 9. El fracaso de mis compañeros no me alegra
10. Los éxitos de mis compañeros me alegran
11. Defiendo las opiniones de los demás, aunque no me afecten directamente
12. Colaboro con mis padres y hermanos en las tareas de casa
13. Dedico algunas horas a la semana para «acciones de voluntariado»
14. Siento las situaciones de marginación y pobreza y no estoy cruzado de brazos…

Poner una X, según estas claves: 0– Nunca o casi nunca; 1-Algunas veces; 2-Frecuentemente; 3-Siempre.
 
Se suman las puntuaciones obtenidas. El nivel de solidaridad será bueno si se han obtenido entre 25 y 30 puntos; altosi se alcanzan 35 o más puntos y bajo si no se llega a sumar 20 puntos. A la hora de fijar los compromisos personales y/o de grupo, primero se analizan aquellas cuestiones en donde existen en ambos planos puntuaciones más bajas y, después, se concretan los compromisos para tratar de subsanar los fallos personales y grupales más habituales en la solidaridad.
 
Conclusión: «Frascos de colores»
«Un joven descubrió, a las afueras de la gran ciudad, un enorme almacén donde todos los días entraban centenares de camiones cargados con miles de pequeños frascos de colores. Lleno de curiosidad, entró dentro y preguntó al encargado qué eran todos aquellos frascos y qué contenían.
Esto que ves aquí —le respondió—, es todo lo que en la gran ciudad se desperdicia. Cada uno de estos recipientes contiene una esencia desaprovechada, algo que nadie ha querido saborear porque todos suelen estar demasiado ocupados con sus prisas y problemas.
 
El joven se quedó perplejo. El encargado continuó hablando. ¿Ves?, este frasco contiene la sonrisa de un niño que sus padres no supieron ver. En este otro hay un beso que alguien no quiso recibir. El de allí guarda la belleza interior de una persona que nadie supo apreciar. Aquél de color azul retiene la alegría que no pudo ser compartida. En los otros de la estantería de arriba están las puestas de sol y las flores del campo que nunca fueron admiradas.
 
Y así fue diciendo y diciendo lo que contenían muchos de aquellos diminutos frascos. El joven sólo pudo exclamar lleno de tristeza: ¡Cuánta abundancia de Vida que se echa a perder todos los días! Pero el encargado le corrigió inmediatamente: ¡Oh no! Aquí nada se echa a perder. Al Autor de la Vida nada le pasa desapercibido. Todo queda en sus manos. Los que están con él vienen continuamente para llevarse todos los frascos» (adaptación de un texto de J. Real).
 
Para concluir, una vez leído y comentado el texto, se puede presentar un gran frasco cerrado que contenga tantos papeles como miembros hay en el grupo. En cada uno de esos papeles está escrita alguna «esencia de la vida» —esto es, aquello que se nos ofrece desde la naturaleza, la familia, la sociedad, el «cole», la ciudad, etc., para que disfrutemos y construyamos la vida—. Cada uno coge un papel e indicar si alguna vez disfrutó de esa esencia y cómo.
Por último, entre todos se hace un larga lista de las cosas que pueden alimentar nuestra felicidad, solidaridad, etc., a lo largo del nuevo curso o de las actividades que se retoman; teniéndolas delante, cerramos el encuentro diciendo cada uno «cómo ser feliz un día cualquiera de la vida».