El deporte educativo, horizonte y formación

1 octubre 2002

José Joaquín Gómez Palacios
 
José Joaquín Gómez Palacios es director y profesor del Colegio Salesiano «San Antonio Abad» de Valencia.
 
Síntesis de Artículo
 

N

o toda forma de actividad deportiva es, de por sí, educación. José Joaquín Gómez Palacios, veterano educador y curtido en el día a día de las actividades escolares y evangelizadoras, nos presenta las grandes líneas de un proyecto educativo en el cual el deporte sea una pieza más. Tan importante como las demás. Para cuidar ese factor «educativo» del deporte es necesario tener claras las opciones fundamentales de la actividad física en los ámbitos educativos. ¿Cómo marginar, en el marco de una educación integral, la aportación que al desarrollo físico, psicológico y social propicionan las actividades deportivas y lúdicas? El autor insiste especialmente en la figura del monitor deportivo como pieza imprescindible en esta visión del deporte. Si queremos una actividad física y deportiva que eduque y que evangelice, no podemos improvisar o ignorar la formación de las agentes responsables de llevar adelante dichas actividades. Un buen material para revisar y programar el deporte del ambiente educativo en el que trabajamos.

  1. Juegos y deportes, derecho fundamental

 

E

l juego y el deporte han sido actividades practicadas por todos los pueblos a lo largo de la historia. Las culturas primitivas incluyeron juegos y deportes en el llamado «tiempo festivo y sagrado»; un tiempo que distinguían claramente del «tiempo profano y de producción».
El ser humano, desde los albores de la historia, ha trazado una línea divisoria entre dos tipos de actividades: aquellas que facilitan la supervivencia mediante la recolección o elaboración de alimentos, y aquellas que le sumergen en una dimensión festiva, cultural, religiosa… tiempo que trasciende la producción.
 
Deportes y juegos, practicados por niños y adultos indistintamente, se situaron siempre en el llamado «tiempo sagrado y festivo». Los juegos estuvieron relacionados con las actividades religiosas. Baste como ejemplo rememorar los juegos rituales practicados por los Incas (una especie de juego de pelota en estadios construidos a tal efecto), por los indios de las Grandes Praderas (un tipo de hockey con sticks y pelotas de cuero rellenas de grano), o las Olimpíadas instituidas por los griegos.
 
 
Juego y deporte constituyen acciones humanas tan importantes que la Declaración Universal de los Derechos del Niño, no dudó en asumirla con las siguientes palabras: «Los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente de la vida cultural y en las artes” (art. 31)
«Descanso y esparcimiento», «juego y actividades recreativas» son expresadas de manera tal que inducen a pensar que nos hallamos ante fenómenos socio-culturales diversos, aunque pertenecientes a un mismo rango. Sin embargo, una lectura detenida de tales actividades nos lleva a considerar que «descanso y esparcimiento» son necesidades básicas, mientras que «juego y actividades recreativas» son los instrumentos concretos para satisfacer necesidades primarias.
En otras declaraciones asumidas por los estados democráticos, se afirma: «Todo menor deberá disponer diariamente de tiempo suficiente para practicar ejercicios físicos al aire libre, durante el cual se proporcionará normalmente una educación recreativa y física adecuada. Para estas actividades, se pondrán a su disposición terrenos amplios y las instalaciones y el equipo necesario. Las entidades deberán velar para que cada menor esté físicamente en condiciones de participar en los programas de educación física disponibles. Deberá ofrecerse educación física correctiva y terapéutica, bajo supervisión médica, a los menores que la necesiten». Y todo ello sin discriminación alguna de raza, sexo, cultura o situación económica.
 
Pero los derechos referidos al juego y deporte no contemplan solamente los aspectos físicos. El art. 26, referido al derecho a educación, menciona también la formación integral de la persona, afirmando que el juego es una forma de lograrla. El juego, como derecho fundamental de la persona no se relaciona simplemente con la actividad física saludable, sino que se le nombra como uno de los medios para el crecimiento positivo.
 
 

  1. Actualidad del deporte

 

E

l deporte se manifiesta actualmente desde una doble vertiente:
 

  • Como un fenómeno de masas que, impulsado y promovido por los medios de comunicación, genera amplios espacios de espectáculo para niños, jóvenes y adultos. Esta vertiente está ligada a múltiples factores económicos.
  • Como ocupación del Tiempo Libre, promovida, cada vez más, por el creciente interés que posee nuestra cultura por la calidad de vida en su vertiente corporal y estética.

 
Una propuesta educativo-pastoral, comprometida con la educación integral de los chicos y chicas, halla en el espacio deportivo un lugar privilegiado para la intervención educativa.
Ambas facetas socio-deportivas pueden convertirse en intervenciones pedagógicas de gran interés. Pero, para lograr que un medio tan valioso como es el deporte devenga en espacio educativo, se requiere una adecuada estructuración de objetivos, medios, recursos humanos y materiales… que confluyan en una Propuesta del Deporte Educativo.
 
Toda institución escolar que se precie de tal, busca dar respuestas a la globalidad de las necesidades de niños y adolescentes.
Si el aula es el lugar idóneo para gestionar los contenidos académicos de la educación, el patio debe ser el lugar donde ejercitar el derecho a una educación que hace del juego y el deporte, complemento esencial. «El patio» puede llegar a constituirse en el espacio que amalgama la totalidad de las propuestas educativas: lugar de alegría y participación que responde a las necesidades lúdicas y festivas de niños y adolescentes. «El patio» debe ser lugar de encuentro espontáneo y de relación interpersonal. Especial momento para un estilo de acompañamiento pedagógico que huye de estructuras encorsetadas y busca manifestarse con la profundidad que otorga la cercanía y amistad entre educador y educando.
 
El patio es, en primer lugar, espacio privilegiado donde profundizar valores tales como: el desarrollo físico y corporal, la cercanía personal, la alegría, la fiesta… Posteriormente, y como desarrollo de esta primera intuición, el patio se transformará en «cancha deportiva» donde se practica un deporte encaminado a fomentar una educación integral para muchachos y muchachas.
 
 

  1. El deporte, instrumento educativo y pastoral

 

M

uchas instituciones educativas han utilizado el deporte como una herramienta para la intervención educativa y pastoral.
Son muchos los educadores deportivos que se hallan comprometidos con el deporte, encontrando en él una propuesta digna de ser tenida en cuenta, dados los múltiples valores que ofrece:

  • Capacidad de esfuerzo
  • Hábitos de vida saludable y calidad de vida
  • Prevención
  • Sentido de equipo
  • Coherencia
  • Colaboración e intercambio
  • Procesos de socialización
  • Respeto a las normas establecidas

 
Todos estos valores pertenecen a esa pedagogía del umbral que debe estar presente en cualquier proceso de evangelización. Porque, mediante el deporte, niños y adolescentes llegan a ser «hombres» y «mujeres» con un nivel de madurez que les otorga una mayor densidad personal y les abre al mensaje del Evangelio.
 
 

  1. Opciones fundamentales del deporte educativo

Cualquier práctica deportiva no es educativa en sí, aunque responda a una de las necesidades fundamentales del ser humano desde tiempos inmemoriales. Para que el deporte se convierta en herramienta pedagógica, debe tener en cuenta una serie de características. De entre ellas subrayamos las siguientes opciones:
 
4.1. Un deporte popular, alejado del elitismo
 

  • Un deporte popular y abierto, que se convierte en servicio social al que todos tienen derecho y posibilidad de acceder.
  • El deporte no elitista, alejado de discriminaciones, que no favorece la dimensión popular y la amplia convocatoria.
  • Un deporte concebido como actividad para muchos.

 
Cuando el deporte abandona el elitismo para tornarse popular, abandona los criterios consumistas, mercantilistas y elitistas que configuran el deporte profesional, convertido en espectáculo capaz de generar pingües beneficios.
Una adecuada conciencia de deporte educativo es capaz de ofrecer filtros críticos a los jóvenes deportistas para que aprendan a valorar adecuadamente el deporte convertido en fenómeno de masas.
 
4.2. Un deporte humanizador
 
El deporte transformado en espectáculo de masas y practicado por una selecta elite de deportistas, suele olvidar valores fundamentales. El olvido de estas actitudes humanizadoras llega a generar conflictos entre algunos sectores marginales de aficionados que, curiosamente, suelen ser personas poco o nada integradas en la práctica del deporte.
Alguna de las características que contribuyen a hacer humanizadora la práctica del deporte son las siguientes:
 

  • Apertura a todos con posibilidad de participación directa.
  • Cooperación y amistad para evitar antagonismos cerrados.
  • Consideración del deporte como expresión vital global.
  • Ubicación del deporte en el lugar que le corresponde, dentro de la jerarquía de valores que debe orientar la vida de niños y jóvenes.
  • Medio para educar y desarrollar armónicamente aspectos del crecimiento físico, mental y ético.
  • Ambiente de encuentro que facilita el encuentro interpersonal con otros compañeros y compañeras.

 
4.3. Un deporte preventivo
 
La cultura actual busca hacer frente a una ocupación negativa del Tiempo Libre. A medida que se amplían los espacios de Tiempo Libre, urge encauzarlos adecuadamente para que se conviertan en tiempo de crecimiento positivo. Son muchos los educadores y educadoras que hallan en la práctica del juego y el deporte un medio para hacer de los espacios de ocio, tiempo de actividad que facilite el crecimiento integral.
Estas ideas llevan a considerar al deporte como un excelente medio para la prevención de ulteriores problemas. Un deporte, entendido como prevención, pone el acento en las siguientes características:
 

  • Busca prevenir problemas antes que estos se produzcan.
  • Acoge preferentemente a aquellos niños y jóvenes que se hallan en situaciones difíciles y en grave necesidad.
  • Favorece la autoestima y la visión positiva del propio crecimiento.
  • Se convierte en plataforma desde la que inculcar la calidad de vida, informando y haciendo praxis de los hábitos principales de la vida saludable.

 

  • 4 Un deporte situado

 
Para conseguir todos los beneficios anteriormente expuestos, el deporte no puede ser considerado en sí, sino integrado en un proyecto educativo más amplio. Las especializaciones deportivas excesivamente tempranas son un escollo para favorecer la dimensión pedagógica del deporte. Así mismo, los educadores deportivos, que pretenden calcar medios y modos del «deporte profesional» entre niños y jóvenes, cercenan toda posibilidad educativa.
 
Para evitar estos inconvenientes, el educador deportivo deberá saberse integrado en un proyecto educativo amplio. Saber situar al deporte en su lugar contribuye a hacerlo educativo. Las siguientes características contribuyen a situar el deporte en su lugar correspondiente:
 

  • Integrado en el seno de un plan educativo global.
  • Inserto en los límites temporales que le son propios, a tenor de las necesidades y posibilidades de los destinatarios.
  • Capaz de responder a las necesidades profundas y de crecimiento que tienen los niños y jóvenes, no sólo en el aspecto físico o en la mera competición.

 
4.5.Un deporte flexible, creativo y gradual
 
El deporte educativo es un medio para el crecimiento integral, no una finalidad en sí mismo. El deporte entendido como educación no se puede ceñir a las exigencias de la competición, sino que se torna gradual y flexible, buscando dar respuestas a las necesidades que presentan los deportistas. Para ello tiene en cuenta las siguientes características:
 

  • Se adapta a las circunstancias personales y psico-sociales de los participantes.
  • Está abierto a nuevas experiencias que no terminen en el campo de deportes, sino que proponen nuevas acciones colaterales encaminadas a facilitar una educación integral.

 

  • 6. Un deporte con dimensión pastoral

 
El deporte no agota su acción con la mera potenciación de factores de crecimiento en lo humano. El educador cristiano halla, a través de su práctica, la posibilidad de profundizar aquellos valores que circundan la actividad deportiva. Entendido así el deporte, puede convertirse en plataforma de pre-evangelización. Para que esto sea posible, el educador deportivo subraya aquellos factores deportivos:

  • Que facilitan el desarrollo total de la persona, tanto individual como comunitariamente.
  • Que generan la propuesta y asimilación de actitudes y valores auténticamente humanos.
  • Que favorecen una visión cristiana de la vida, abierta a los valores evangélicos.
  • Que potencian el binomio educar evangelizando y evangelizar educando.

 
 

  • 7. Un deporte estructurado y organizado

 
El deporte, como corresponde a cualquier actividad educativa, debe ser convenientemente planificado y estructurado. Si se desea construir un deporte educativo, hay que tratarle como a cualquier proceso pedagógico. La actividad deportiva educativa debe ser un proceso:
 
 
 

  • Que se desarrolla sobre la base de un proyecto escrito donde figuren: objetivos, estrategias y modo de evaluación.
  • Que es consciente de los recursos humanos y de los medios materiales necesarios.
  • Que tiene en cuenta los medios necesarios para desarrollar itinerarios formativos para los educadores deportivos.
  • Que se relaciona con otras entidades deportivas, ya sean públicas o privadas, con quienes colabora en bien de la juventud y a las que ofrece sus intuiciones y logros.

 

  1. El perfil de los educadores deportivos

 
El monitor o entrenador deportivo es, ante todo, un educador, que comprometiéndose con el hecho deportivo en sus múltiples líneas y opciones, desarrolla proyectos de formación integral en bien de los niños y adolescentes con quienes comparte su actividad.
El educador o educadora deportivo trabaja por alcanzar un adecuado nivel de maduración humana y técnica. No es simplemente un entrenador que interviene en la preparación física y en la destreza técnica de un determinado deporte. Es persona coherente. Anuncia con su vida aquellos valores que propone de palabra. En definitiva, es persona capaz de relacionarse adecuadamente consigo mismo, con los demás y con el entorno.
El educador deportivo asume un desarrollo armónico en su preparación, sabiendo conjugar aspectos de formación humana, pedagógica y técnica. Dos son las grandes áreas de formación: área de maduración humana y área de conocimientos técnicos
 
5.1. Área de maduración humana
 

  • El educador deportivo es una persona madura, con equilibrio afectivo, capaz de proponer la rica constelación de valores que se derivan del mundo deportivo.
  • El educador deportivo vive en su propia persona aquellos valores que propone, logrando un equilibrio entre los mismos:

 

  • q Capacidad de esfuerzo
  • q Hábitos de vida sana y saludable
  • q Control emotivo de sus reacciones
  • q Visión positiva de la vida
  • q Reflexión y serenidad ante los acontecimientos
  • q Expresión y capacidad de comunicación de su riqueza interior
  • q Superación ante las dificultades
  • q Afecto y aprecio hacia quienes le rodean
  • q Capacidad para aceptar a todos con sus límites y cualidades
  • q Alegría y sentido festivo de la vida

 

  • El educador deportivo mantiene relaciones positivas con los demás:

 

  • q Aceptando a cada cual como es y facilitando su desarrollo
  • q Siendo comprensivo y flexible ante los logros y limitaciones de los demás
  • q Con capacidad para entrega y la gratuidad

 

  • El educador deportivo se relaciona críticamente con el medio:

 

  • q Conociendo los rasgos de la cultura actual, sobretodo en lo concerniente al deporte
  • q Abriendo su horizonte para sintonizar con los grandes problemas de la humanidad
  • q Manteniendo actitudes críticas ante el deporte de masas, concebido como un simple espectáculo que genera beneficios económicos, aun a costa de tornar pasivos a los destinatarios
  • El educador deportivo vive su tarea en grupo, compartiendo con otros educadores deportivos un proyecto amplio de intervención educativa mediante el deporte. Para ello asimila aquellas actitudes que le facilitan el trabajo en equipo.

 
 
5.2. Área de conocimientos técnicos
 
El hecho de haber acentuado la importancia de los aspectos humanos que debe poseer el educador o la educadora deportivos, no es óbice para olvidar aspectos técnicos. El educador deportivo que subraya las características humanas de su personalidad, pero olvida las instrumentaciones que ofrecen las ciencias de la educación y las técnicas del deporte en el que desarrolla su actividad, es un educador incompleto que no podrá desarrollar su tarea con eficacia.
El educador deportivo es una persona preparada para las tareas educativas que debe desarrollar. La capacitación técnica es condición indispensable. Para ello se prepara adecuadamente en aquellas especialidades que constituyen el entramado sobre el que sostener su actividad. A modo de elenco, señalamos aquellos aspectos que serían deseables en la formación el educador o educadora deportivos, sabiendo que se trata de una meta a la que llegar y no de un punto de partida. El proceso hasta llegar a ser un buen educador deportivo es un largo camino.
 

  • Área pedagógica

 
El educador deportivo posee los recursos fundamentales de un proyecto que pretende facilitar el crecimiento positivo y la maduración integral de los chicos y chicas mediante el deporte.

  • q Modelo de persona que propone a través de la práctica deportiva
  • q Relación interpersonal educador-educando
  • q Autoridad y tipos
  • q La motivación
  • q Educación en valores, actitudes y conductas
  • q Educación física

 

  • Área sociológica

 

  • q Análisis del contexto socio-cultural de los destinatarios

 

  • Área de instrumentación pedagógica
    • q El proyecto educativo:

Finalidades
Objetivos
Estrategias
Secuenciación
Distribución en tiempos
Recursos humanos y materiales
Evaluación
 

  • Área psicológica

El educador deportivo vive una especial relación personal y grupal con los destinatarios. Y realiza este acompañamiento desde el conocimiento de las estructuras fundamentales de la psicología evolutiva.
 

  • q Psicología evolutiva

Infancia
Preadolescencia
Adolescencia
Juventud

  • q Factores de la personalidad:

Físicos y psicomotrices
Afectivos y emotivos
Intelectuales y cognitivos
Sociales y morales
Religiosos

  • q Psicología deportiva

 

  • q Técnicas de observación

Tests psicológicos
Tests físico-motrices
Tests sociológicos

  • q Procesos psicológicos de socialización
  • q Medios educativos:

El grupo-el equipo
Las actividades deportivas
El ambiente

  • q Ayudas para modificación de conductas

 

  • Área de dinámica y conducción de grupos

 
El educador deportivo desarrolla su actividad en constante interacción con equipos que pretenden llegar a ser grupos. Para ello utiliza técnicas que faciliten esta transformación, en vías a una mayor profundidad educativo-pastoral.
 

  • Área de educación para la salud

 
El educador deportivo desarrolla su función en contacto directo con la actividad y el cuidado físico. Por ello es conocedor de los recursos físicos de la persona, así como de los límites y posibilidades. Pone especial interés en el campo específico relacionado con las lesiones deportivas.

  • q Concepto de salud y calidad de vida
  • q La salud en la globalidad de la persona
  • q Higiene: Hábitos, Actitudes, información…
  • q Prevención:

Factores de riesgo en la actividad deportiva
Prevención y primeros auxilios
Prevención en ritmos de actividad y recuperación
Prevención y espacios físicos deportivos

  • q Primera atención:

Fracturas, esguinces, heridas…
Hemorragias

  • q Inmovilización y conducción de heridos
  • q Recursos legales y seguros para la atención sanitaria

 

  • Área deportiva global

 
La formación del educador deportivo debe partir de una visión global del hecho deportivo, para ir progresivamente especializándose en aquellas temáticas y disciplinas que le van a ser propias.

  • q Historia y desarrollo del hecho deportivo
  • q Principales disciplinas deportivas.
  • q El juego
  • q El pre-deporte
  • q La preparación física
  • q El entrenamiento
  • q Naturaleza y deporte
  • q Deportes en general

 

  • Área deportiva específica
    • q Deportes individuales: Atletismo.
    • q Deportes colectivos y en equipo: Fútbol, Baloncesto, Voleibol, Balonmano, Fútbol sala, Hockey, Tenis de mesa, etc..
    • q Normas y reglamentos
    • q Técnicas específicas de entrenamiento

 
 
5.3. Visión cristiana del educador deportivo
 
El educador deportivo, que desarrolla su actividad en asociaciones o entidades que se definen como cristianas, debe compartir una visión cristiana de la vida a fin de saber iluminar, desde el deporte, aquellos valores que orientan hacia un humanismo cristiano, haciendo del hecho deportivo lugar apto para la evangelización en su sentido amplio.
 
El deporte no es el lugar de la catequesis, entendida ésta como el proceso sistemático de conocimiento y vivencia de la fe. Los Itinerarios específicos de educación en la fe se desarrollan en lugares y tiempos dotados de características específicas. Sin embargo, el deporte educativo es un campo susceptible para la presentación y vivencia de determinados valores que facilitan el hecho religioso.
La formación cristiana de los educadores y educadoras deportivos que desarrollan su actividad en entidades que poseen un proyecto de inspiración cristiana, subraya las siguientes capacidades:
 

  • Creación de unidad en el grupo de niños y jóvenes.
  • Actitud de servicio y entrega.
  • Visión celebrativa de la vida en acontecimientos humanos y cristianos.
  • Visión cristiana de la corporalidad y del crecimiento físico.
  • Tolerancia y respeto hacia los demás.
  • Cercanía y ayuda a los menos dotados.
  • Actitud preventiva.
  • Visión global de la persona humana

 
 

  1. Estructuras de formación

 
La formación sólida y adecuada es un factor fundamental para llegar a conseguir que el deporte devenga en educativo. El eje central, sobre el que gira todo lo anteriormente expuesto, hunde sus raíces en la formación. Una primera formación práctica y concreta desde el inicio. Y una formación que se tornará específica progresivamente.
 
El itinerario de formación del educador deportivo se inicia en el propio club o centro. Este itinerario tendrá en cuenta los contenidos fundamentales que le capacitan como persona madura, como técnico y como creyente. Para ello cada Centro Deportivo Local establece un itinerario básico para mejorar la calidad de sus entrenadores y entrenadoras. Tendrá en cuenta las siguientes etapas:

  • Praxis deportiva
  • Acción-Reflexión de las distintas actuaciones del educador deportivo
  • Bloques temáticos relativos a formación humana
  • Bloques temáticos relativos a formación técnica
  • Iniciación en la confección y desarrollo de proyectos de deporte educativo
  • Visión educativo-pastoral del deporte
  • El equipo de entrenadores y entrenadoras como comunidad educativa

 
 
 
José Joaquín Gómez Palacios
estudios@misionjoven.org