Dicen las estadísticas que cada español producimos al año 7.000 kilos de basura, y en toda España, 276 millones de toneladas. La sociedad de consumo es también la sociedad de la suciedad. Deseos y caprichos, excitados por la publicidad, empujan a comprar de modo compulsivo cosas que no hacen falta, pronto desilusionan y se tiran.
¿Y qué decir del tópico de «la elegancia social del regalo»? ¡Qué de complicaciones y de gastos en Navidad o Reyes, santos y cumpleaños, bodas, primeras comuniones y otras mil ocasiones, intercambios de montones de cosas y cacharros que no nos sirven para nada ni hacen ninguna falta a nadie…!
Desde los Santos Padres, hay en la Iglesia una constante tradición, según la cual lo que no es necesario no es estrictamente nuestro, sino que pertenece a los pobres. Por ejemplo: «No le das al pobre lo tuyo, sino que le devuelves lo que es suyo.» (S. Ambrosio) «Todo lo que uno tiene de más lo debe a los pobres para su sustento.» (Sto. Tomás de Aquino) Y Juan Pablo 11 habla de la hipoteca social de toda propiedad privada. Y así, un largo etcétera.
¿No podríamos los cristianos aplicar esta norma a nuestras costumbres consumistas? Antes de comprar aquello que no nos hace falta, ¿no deberíamos mandar su importe al Tercer Mundo? Y acaso hasta podríamos sustituir muchos inútiles regalos entregando un recibo de Cáritas, por ejemplo, como un donativo hecho en nombre de la persona a la que queremos obsequiar. (Seguramente Cristo les diría a los dos, al obsequiado y al obsequiante: «¡Gracias por el regalo…!» Mt 25,31) Un saludo cordial de vuestro buen amigo.
Alberto Iniesta
Vida Nueva, 4.11.97
PARA HACER
- Centrarse detenidamente en cada uno de los dibujos: ¿Qué nos dice? ¿A qué nos invitan? ¿Qué podemoshacer en concreto?
- Comentarios el texto después de haberlo leído también detenidamente. ¿Estamos de acuerdo? ¿A qué nos lleva?¿Quépodíamos hacer?
- Cuál sería nuestro mejor regalo esta Navidad? Concretar: Para mí mismo, para la gente del grupo, para N y N…
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