Tomamos de Vida Nueva la síntesis que hizo Miguel Ángel Moreno de las intervenciones del papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Todas ellas conforman un legado ofrecido por el papa Francisco durante esta primera visita pastoral fuera de Italia, que merece ser estudiado con detenimiento.
Como no podría ser de otra forma, el gran foco de las atenciones de Francisco en sus discursos han sido los protagonistas de su visita: los jóvenes. Unos jóvenes a los que pidió que hicieran “lío” y salieran a la calle, a los que también recomendó que “no se desanimen” y “no pierdan la confianza”, y a quienes invitó a la “revolución de la fe”, y a “jugar hacia adelante”.
- “Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: ‘La paz de Cristo esté con ustedes’.”
Recepción y bienvenida con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (lunes, 22 de julio)
- “Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad. Demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad. Ellos no sólo necesitan cosas. Necesitan sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, la memoria de un pueblo.”
- “Jesús nos ha mostrado que el rostro de Dios es el de un Padre que nos ama. El pecado y la muerte han sido vencidos. El cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo.”
Misa en el Santuario de Aparecida (miércoles, 24 de julio)
- “En cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre. Hoy, en este lugar de lucha contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme esperanza su camino, y también el mío.”
- “La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad. No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química”
Visita al Hospital de São Francisco de Assis na Providência (miércoles, 24 de julio)
- “Es importante saber acoger; es todavía más bello que cualquier adorno. Digo esto porque, cuando somos generosos en acoger a una persona y compartimos algo con ella —algo de comer, un lugar en nuestra casa, nuestro tiempo— no nos hacemos más pobres, sino que nos enriquecemos.”
- “Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague”
Visita a la comunidad de Varguinha en la favela de Manguinhos (jueves, 25 de julio)
- “Espero lío. Aquí en Río Janeiro sé que va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga fuera. Quiero que la Iglesia, las parroquias, los colegios salgan a la calle.”
- “Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida (ancianos y jóvenes) que son las promesas de los pueblos”.
- “Por favor, no licúen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no se licúa”.
Encuentro con los peregrinos argentinos en la JMJ (jueves, 25 de julio)
- “La fe en nuestra vida hace una revolución que podríamos llamar copernicana. Nos quita del centro y pone en el centro a Dios. Nos inunda de su amor, que nos da seguridad y esperanza. Parece que no cambia nada, pero en lo profundo cambia todo. (…) ¿Estáis dispuestos a entrar en esta onda de la revolución de la fe?”.
- “Pon fe, y tu vida tendrá un sentido nuevo. Pon esperanza y cada día estará iluminado. Pon amor, y tu casa estará construida sobre roca. Pon fe, pon esperanza, pon amor.”
Celebración de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud (jueves, 25 de julio)