El último samurai

1 junio 2004

The last samurai, 2003.Dirección: Edward Zwick. Guión: basado en una historia original de John Logan.Actores: Tom Cruise, Timothy Spall…
La película se ambienta en un momento de crisis en la sociedad japonesa. Con el tratado de Kanagawa (1854) se establecían relaciones comerciales con los Estados Unidos, como lo conseguirían también Inglaterra, Rusia y Francia, además de la concesión de dos puertos.
«Sobre todo, fue una época de transición. En todas las culturas, ese momento de cambio de lo antiguo a lo moderno es especialmente doloroso y dramático. Es también extraordinariamente visual. Cada imagen, cada paisaje, cada habitación cuenta la historia, la yuxtaposición de lo viejo y lo nuevo. Un hombre con bombín pasea al lado de una mujer vestida con kimono. Un hombre que dispara un rifle de repetición se enfrenta a otro que empuña una espada.» (Edward Zwick)
¿Se trataba de una modernización imprescindible o de una traición a los valores fundamentales? ¿Era preferible mantener las tradiciones ancestrales o resultaba inevitable una apertura a las nuevas condiciones históricas?
Grupos y personajes encarnan las distintas opiniones y las defienden con sus propias armas, como ya lo hiciera Nicholas Ray con 55 días en Pekín (1963), ambientada en otra situación conflictiva china. Estructuralmente, la narración se inicia con la contraposición de los dos protagonistas. De un lado, el samurái Katsumoto, fiel a las convicciones y al emperador, preocupado por unos extraños sueños que posteriormente se confirmarán, respetado por los suyos y temido por los adversarios. Del otro, el antiguo héroe, el capitán Nathan Algren, alcoholizado, que malgasta su fama en espectáculos degradantes y ha perdido el sentido de la vida.
“La historia de un individuo que debe aceptar la pérdida del honor y del yo, y su posterior viaje para recuperar ese honor, para confiar de nuevo en sí mismo para tomar las decisiones correctas, es aplicable a cualquier época histórica pero sin duda alguna al momento actual, en que estamos rodeados por los compromisos de la vida moderna.» (Marshall Herskovitz).
Unas existencias lejanas, tanto geográfica como existencialmente, que se encontrarán extrañamente y necesitarán aprender a convivir, pese a las diferencias abismales que los separan.
«Los valores básicos de la cultura samurai siempre me han parecido admirables y válidos, en concreto, la creencia de que la violencia y la compasión van juntas, y de que la poesía, la belleza y el arte son parte de la formación de un guerrero del mismo modo que la destreza en el manejo de la espada o la fuerza física. También me interesa la inesperada posibilidad de renacimiento espiritual que llega a esas vidas para quienes parecía que tenían menos posibilidades. Nuestra historia es una aventura romántica en el más amplio sentido de la palabra y, al mismo tiempo, una odisea muy personal. El reto es crear una historia en la que las relaciones rivalicen con el contexto más amplio, el paisaje interior resonando contra la trama épica.» (Edward Zwick)

Augusto Fernández

Pistas para la reflexión

  1. La película puede servir como elemento motivador para conocer mejor la época. ¿En qué momentos se sitúa? ¿De qué acontecimientos se habla? ¿Son presentados objetiva o subjetivamente? ¿Qué información complementaria encontramos?
  2. ¿Se trataba de una modernización imprescindible o de una traición a los valores fundamentales? ¿Era preferible mantener las tradiciones ancestrales o resultaba inevitable una apertura a las nuevas condiciones históricas?
  3. Si comparamos El último samurai con 55 días en Pekín, ¿qué elementos comunes apreciamos? ¿Qué relación se puede establecer entre los personajes, conflictos, situaciones y ambiente histórico de ambas?
  4. Más allá de los casos concretos, el problema se abre a cualquier  época, a cualquier sociedad y a cualquier persona. ¿Qué valores creemos que se deben conservar en cualquier caso? ¿En qué otros cederíamos? ¿A cambio de qué?
  5. ¿Cómo se presentan inicialmente los protagonistas? ¿Qué intereses y preocupaciones los embargan? ¿Cómo se produce el encuentro? ¿Qué aprende cada uno de ellos del otro? ¿De quién nos sentimos más próximos? ¿A quién admiramos más?
  6. Abordar la obra desde el contraste de dos culturas: la occidental y la oriental. ¿Quiénes representan a cada una? ¿Por qué intereses se mueve a cada uno de los bandos? ¿Cuáles nos convencen más? ¿Qué nos gustaría que prevaleciera?

 

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