Cada vez son más las adolescentes que, sin desearlo, se quedan embarazadas. Y cada vez son más las que recurren al aborto para poner fin a ese estado. De cada 10 jóvenes de entre 15 y 19 años que en 1995 se quedaron embaraza­das, cuatro abortaron. Exactamente, el 37%. Son cifras del estudio La fecundidad joven y adolescen­te en España, realizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Pero los datos también se pueden leer al re­vés. A saber: más de la mitad de las menores de veinte años que se quedaron embarazadas, el 55,6%, siguieron adelante con la gestación, a pe­sar de que la maternidad no entraba en sus pla­nes inmediatos. En 1994, 11.067 chicas adoles­centes tuvieron un hijo que no deseaban.
«Indudablemente, todo indica que la anticon­cepción no se usa en la medida en la que se dis­pone de ella. Los embarazos no deseados y el incremento de los abortos así lo ponen de mani­fiesto», aseguraba ayer Margarita Delgado, in­vestigadora del Departamento de Demografía del Instituto de Economía y Geografía del CSIC y autora del estudio. «Los jóvenes, o no tienen la suficiente información sobre anticonceptivos o no son conscientes del riesgo que existe de que una relación sexual termine en embarazo».
 
Hoy se producen más gestaciones no desea­das en adolescentes que hace nueve años. En 1987, el 80,38% de las menores de 20 años que se quedaron embarazadas no lo deseaban. En 1994, la cifra aumentó al 89,31%.
Pero en la actualidad son menos las adoles­centes que se convierten en madres. En 1987, 25.435 menores de 20 años tuvieron un hijo. En 1994, la cifra se redujo a casi la mitad, 13.140. El motivo fundamental: el recurso al aborto. Las interrupciones voluntarias del embarazo se han triplicado en ese periodo de tiempo. «En 1987, poco más del 7% de los embarazos entre ado­lescentes finalizaba en aborto, frente al 37% re­gistrado en 1995», se lee en el estudio del CSIC.
Y lo mismo ocurre en las mujeres de entre 20 y 24 años: en 1987, sólo el 5% de los embarazos en esta franja de edad terminaba en aborto. En 1995, los hacía el 22,42%. De cada 20 chicas que se quedaron embarazadas, siete no querían (el 35,03%).
De todos los abortos que se producen en Es­paña, el 40% se dan en menores de 25 años. Pero no vale generalizar. Lo que ocurre en Madrid, por poner un ejemplo, no tiene nada que ver con la situación que se vive en Extre­madura. (Ver gráficos).                  –
 
PARA HACER

1. Comentar los datos aparecidos en «El Mundo» (19.6.98). ¿Qué conclusiones sacamos?
2. Pero las estadísticas no dan la cave moral. Para abordar este problema hay que meterse en el pellejo de la gente: realizar un juego de papeles: Ana, que queda embarazada, su chico, los padres de ambos, un cura, un amigo, una amiga… Y ahora sacar conclusiones…