In America, 2002. Dirección: Jim Sheridan. Guión: Jim Sheridan, Naomi Sheridan y Kirsten Sheridan. Producción: Jim Sheridan y Arthur Lappin.
- Vivencias personales: El nombre del cineasta irlandés Jim Sheridan se ha dado a conocer gracias a una serie de títulos que reflejan su preocupación por los límites personales, sociales y políticos que condicionan la existencia humana, sin que falten los elementos propios de su tierra. Mi pie izquierdo(1989), En el nombre del padre (1993), The boxer (1997) recreaban las historias de seres que superaban las minusvalías físicas, las condenas injustas o el rechazo de los amigos de siempre. En esta ocasión, el director se basaba en las propias vivencias. Basta observar el nombre de quienes intervienen en el guión -Naomi Sheridan y Kirsten Sheridan-, las hijas del cineasta irlandés. O detenerse en el del homenajeado, homónimo del hermano ausente en la ficción.
“Verás, cuando se hace una película, lo que uno quiere es soltar toda la información desde el principio. Por eso la primera secuencia es muy delicada porque debe cumplir la misión de situarnos en todos los futuros acontecimientos de la historia. Es el momento en que las niñas insinúan que sus padres no tienen trabajo. Lo que se ve son unos padres con muy poco dinero, que intentan abrirse camino en esa América, tierra de sueños, y huyendo, al mismo tiempo, del fantasma de la reciente muerte de su hijo Frankie. Ellos sienten miedo porque las autoridades de inmigración se les van a echar encima. Pero no ocurre así… Creo sinceramente que para los irlandeses la llegada a América siempre ha sido más fácil. Quizá hemos sido el único pueblo colonial que hayamos sido aceptados después de una hambruna. Tanto irlandeses como americanos aceptamos este mito.”
- En familia: Johnny y Sarah forman una joven pareja de inmigrantes que llegan a la ciudad soñada, Nueva York, para dejar detrás un pasado traumatizante y triunfar en sus profesiones respectivas. Viajan junto a ellos las dos hijas, Christy y Ariel, además del nombre del hijo Frankie, a cuya ausencia no son capaces de sobreponerse.
“Es algo que me viene heredado. En Irlanda la familia es muy importante. De niño se murió un hermano mío, Frankie. Mi padre decidió entonces reunirnos a todos para discutir y asimilar la pérdida. En cierto modo, ya lo he dicho alguna vez, mis películas son un medio para restaurar ese ambiente de intimidad de la familia, que mucha gente anda buscando.” (Jim Sheridan)
- Los sueños: La ciudad encantada ofrece un aspecto más deprimente en el barrio al que se ven abocados a vivir. Calles, edificios, vecinos, audiciones… se levantan como escollos cotidianos. ¿Es posible conseguir los sueños, emprender una nueva vida?
“Recuerdo nuestra llegada. Cruzar la frontera fue sencillo, pero enseguida nos detuvieron porque mi mujer conducía con exceso de velocidad. El juez me multó con 40 dólares. Sólo tenía 38. Me iban a meter en la cárcel pero uno de los policías me dio los dos dólares que necesitaba. Después me dio otros diez dólares para la gasolina y el peaje. Se despidió diciéndome que sus abuelos eran irlandeses. No introduje esto en la película porque resultaba demasiado estrafalario.”
César Augusto Fernández
Pistas para la reflexión
- A partir de la obra de Jim Sheridan se pueden analizar los motivos e intereses de sus creaciones: ¿Qué problemas aborda en cada película? ¿Cómo afectan a los protagonistas? ¿De qué manera intentan superarlos? ¿Qué consiguen finalmente?
- ¿El tono y el tratamiento de En América es idéntico al de la producción anterior? ¿Cómo lo definiríamos? ¿A qué se puede deber?
- A lo largo de la narración, la música –Loovin’ Spoonful con Do You Believe in Magic-, las películas –ET, de Steven Spielberg, 1982-, las palabras… se refieren a la magia como posibilidad. ¿En qué momentos aparecen? ¿Qué tienen que ver con lo narrado? ¿Creemos que es posible la magia en la vida? ¿Qué experiencias hemos tenido?
- ¿La voz en off, presente desde el inicio, a quién corresponde? ¿Cómo va analizando los sucesos? ¿Los interpretan de igual manera las hijas y los padres? ¿Quiénes están más cerca de la realidad? ¿Y de la imaginación? ¿Cuáles nos convencen más?