En busca de nuestro ADN

1 junio 2006

Las palabras del ADN gallego
El verano pasado, el 25 de julio, día de Galicia, el periódico La Voz de Galicia nos sorprendió con un suplemento sobre “El ADN de los gallegos”.
Consistía ni más ni menos en una selección de veinticinco palabras que la mesa de redacción del periódico creía que nos identifican a los gallegos.
Bieito Rubido, su director, indicaba el año pasado:
“En La Voz de Galicia (…) hemos querido abordar lo que denominamos el ADN gallego, aquellos rasgos que, para bien o para mal, han caracterizado a los habitantes de esta esquina. Y ambicionamos aportar una provocación para el debate acerca de aquellos aspectos que nos convierten en un pueblo singular, de acusada personalidad. El catálogo de genes es todo lo amplio que uno quiera. Hemos decidido acotarlo y buscar  los 25 que más nos pueden definir. Lo hacemos jugando con la fecha de nuestra fiesta nacional, el Día de Galicia o de Santiago, 25 de julio”.
Posteriormente se invitaba a personalidades relevantes, que dominaban o conocían ese término, para que expresaran libremente esa palabra-cromosoma en relación con la identidad del pueblo gallego.
Como curiosidad indicamos los 25 cromosomas que podrían definir el ADN del pueblo gallego según la Voz:
“Las raíces”, “la laboriosidad”, “listos”, “la retranca”, “emigración”, “individualistas”, “creatividad”, “seductores”, “escépticos”, “reservados”, “ahorro”, “la familia”, “fiesta”, “desinhibidos”, “biotipo”, “la comida”, “españoles”, “galleguistas”, “el feísmo”, “depende”, “el idioma gallego”, “moda”, “morriña”, “mar” y “éxito.”
Nuestros ADNs en palabras
A partir de esta original idea se pueden idear y diseñar diversas ofertas educativas para trabajar en los centros educativos y con grupos de educadores.

  1. Acotar la pregunta: En primer lugar, tendríamos que acotar nuestra pregunta, pues puede haber muchos horizontes.
  • Puede ser que busquemos el ADN de nuestro centro educativo, de nuestra aula, de nuestro grupo de tiempo libre, de nuestra parroquia, de nuestra plataforma social…
  • O puede ser de nuestro barrio, pueblo, villa o ciudad…
  • O podemos referirlo a cada uno de nosotros.
  • O a Jesús de Nazaret, o al hecho de “ser cristiano”…
  1. Organización metodológica: Un segundo paso sería organizarlo metodológicamente. Aquí también surgen variados caminos.
  • Que un grupo de “entendidos”, por experiencia en la entidad, por antigüedad, por disponibilidad o por otros motivos variados, preparen un borrador de 25 (u otro número significativo, por ejemplo 31, para la familia salesiana) palabras clave que nos definen.
  • También se puede hacer siguiendo cualquier otra metodología como proponer a un número grande de personas que nos indiquen las 10 (o más)palabras que consideran más identificativas y luego seleccionar las 25 ó 31 palabras más repetidas, por ejemplo.
  • O por el tradicional método de lluvia de ideas de un grupo o de varios grupos de personas…
  1. Relacionar palabras y vida: Cuando tengamos esas palabras que nos identifican, que serían nuestro ADN, viene el tercer paso: definir, expresar u opinar sobre esas palabras en relación a nuestro objeto de reflexión (entidad, colectivo, persona…).
  • Aquí, otra vez podemos hacerlo entre todos, dejarlo a algún “experto”, invitar a diferentes personas relacionadas con nosotros o incluso repartiéndolas entre los que pertenecemos a la entidad.
  1. Editar el resultado: Posteriormente se podría editar el resultado en cualquier formato (papel, digital,…) y favorecer el diálogo y el debate para que entre todos podamos ir corrigiéndolo y aumentando palabras que consideremos clave…, pues nuestro ADN se va cambiando y adaptando a nuestra realidad y tiempo.

El objetivo es que nos ayude a descubrir nuestra identidad, a confrontar con personas cercanas qué entendemos por esas palabras y, sobre todo, a ser cada vez más nosotros mismos sin tener que compararse con otros.
Deseamos que esta actividad nos ayude a sorprendernos con nuestro ADN y a comprender que todos los cromosomas que localicemos nos llevan a la única raza que existe: la humana.

Xulio C. Iglesias

 

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