Escuchar a los jóvenes

1 enero 2002

Ángel Miranda

Para Empezar…

Al preparar esta sección del «Dossier MJ» surgía una primera pregunta. ¿A quién va dirigido? Y la determinación es bien clara. A los educadores, a los profesores, maestros, maestras, animadores/as de grupos, equipos de animación de estructuras pastorales, etc. Y siempre con una intención: proporcionar materiales o esquemas que permitan reflexionar, interiorizar o profundizar nuestra capacidad y nuestras actitudes de escucha. Por eso, cada uno de los apartados o capitulillos cuenta con un material de base y un recuadro de actividades para trabajar en equipo.
 
El uso, la aplicación o el interés del trabajo que se propone en estos materiales dependerá, como es habitual, de quienes quieran emplear los materiales. Siempre redundará en beneficio de nuestros destinatarios. ¡Seguro! A modo de síntesis, he aquí la presentación de cada uno de los ejercicios que se proponen:
 
q Un artículo de fondo

  • Objetivo: disponer de una referencia de tipo científico divulgativo sobre la escucha.
  • Contenido: la verdadera escucha exige algunas condiciones aún contando con los «ruidos».
  • Metodología: lectura y comentario en grupo del artículo.

 
q Un primer ejercicio de escucha

  • Objetivo: Analizar las posibilidades de escucha donde no resuena sino el silencio.
  • Contenido: La escucha exige ir más allá de la apariencia y entrar en la otra persona.
  • Metodología trabajar sobre dos pequeños poemas relacionados con la escucha

 
q ¿Por qué escucharlos?

  • Objetivo: buscar como educadores algunas motivaciones para la escucha.
  • Contenido: Podemos identificar algunas motivaciones más específicamente educativas.
  • Metodología: contraste entre motivaciones educativas, comerciales, artísticas…

 
q Oír – Escuchar – Atender

  • Objetivo: Profundizar y diferenciar las condiciones personales frente a las tres actitudes.
  • Contenido: Educar exige un tipo de relaciones que van más allá del «oír», aunque cueste.
  • Metodología: Comparar las intuiciones que tenemos sobre los jóvenes y lo que ellos dicen.

 
q Mensaje al móvil

  • Objetivo: Entrar al conocimiento-debate de cuestiones planteadas por los jóvenes.
  • Contenido: También plantean cuestiones serias. El problema es nuestra respuesta.
  • Metodología: Ejercicios de respuesta a los interrogantes en mensajes cifrados.

 
q ¿Moda o mensaje?

  • Objetivo: Realizar una lectura educativa del mensaje juvenil en su apariencia externa.
  • Contenido: Es preciso crecer en la capacidad de lectura positiva de la «cultura» juvenil.
  • Metodología: Análisis de aspectos externos de la vida juvenil junto con los jóvenes.

 
q ¡Aquí Jesús! ¡Dígame…!

  • Objetivo: Descubrir algunas actitudes de Jesús de Nazareth frente a la escucha.
  • Contenido: También Jesús nos indica caminos pastorales de escucha.
  • Metodología: Análisis de actitudes de escucha en el evangelio de san Lucas.

 
q Otros 10 ejercicios para la escucha

  • Objetivo: Ampliar la posibilidad de trabajo sobre la actitud de escucha en los educadores.
  • Contenido: Propuesta de trabajo.
  • Metodología: Enunciado de diez ejercicios sobre el tema.

 
 

1                                            Un artículo de fondo

 
El ámbito «María Carral» de la Universidad Autónoma de Barcelona, ofrece un servicio de investigación y difusión en el área de psicopedagogía que incluye también la transcripción de artículos concretos con diferentes contenidos. El artículo que se incluye lleva como título «El arte de saber escuchar». Vale la pena leerlo, saborearlo…; el paso de los años… –1993– no lo ha descontextualizado. Quizás como el buen vino, ha mejorado la graduación y el sabor.
 
Hoy, en nuestra sociedad, es una queja constante que los estrépitos y chirridos no dejan entrever en el horizonte ni un espacio de calma. La gente suele reclamar sus derechos de armonía y paz, intenta volver a un pasado más tranquilo, en el que no existían tantas prisas, tantas preocupaciones, tantas angustias. Hoy vivimos -¿vivimos?- en una sociedad llena de ruidos que en muchos momentos no posibilitan algo tan necesario, bueno y gratificante como es el saber escuchar.
«Saber escuchar» no es lo mismo que escuchar. Es un arte que no lo alcanza cualquiera ni se logra sin esfuerzo. Saber escuchar es escuchar empapados de silencio y de sosiego interno. Oír y escuchar son dos actitudes totalmente distintas. Oír no es prestar atención profunda e internamente a la comunicación, sino simplemente captar una sucesión de sonidos, de meras palabras. Saber escuchar es estar disponible en el momento de la audición, estar dispuesto a que la persona comunicante se sienta acogida y respetada. En este sentido, escuchar a una persona amiga puede constituir largos intervalos durante toda una vida; es un proceso dilatado que requiere mucho tiempo y mucha paciencia; necesita una actitud receptiva en la constante ayuda.
Saber escuchar es saborear las cosas, es «bien escuchar». Y también sucede que, si no nos sabemos escuchar a nosotros mismos, difícilmente sabremos escuchar a los demás.
El silencio no conduce a una negación de todos los ruidos de nuestra sociedad, no comporta que todos se tornen bellos o melódicos a la vez, o simplemente dejen de ser ruidos. Hallar silencio no significa escaparse del mundo. Guardar silencio es mucho más que detener el tráfico callejero o hacer callar esas músicas, a veces tan irritantes, que salen por ventanas y radios. Guardar silencio es saber escuchar, es saber mirar a los demás. Así, el silencio nace de uno mismo en la paz y en la fiesta.
Hemos de reconocer que, en efecto, existen otros ruidos más fastidiosos que los de la calle: son los bullicios interiores, el tumulto de nuestras ambiciones, de los celos, de los egoísmos, de la soberbia. El peor ruido, el más tremendo, es no alegrarse de vivir, es asquearse de estar aquí con los demás. Es preciso, para bien escuchar, una plena aceptación de las otras personas; una aceptación de que existan, de que sean así tal y como son y, a la vez, aceptar con gratitud nuestra existencia; saber que existimos, que somos algo que antes no era, y que incluso podía no haber sido. Esta es la verdadera fuente del saber escuchar.
 
Gemma Lloret (Pedagoga)
www.ua.ambit.org/ecuchar/
 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 

  • Cuáles son las ideas del artículo que consideramos más relevantes, de cara a nuestra relación con los destinatarios.
  • Podemos comentar algunos elementos de autoevaluación de nuestra experiencia respecto a la disponibilidad, la capacidad de saborear las cosas, de superar ruidos e interferencias, de aceptación de nuestra propia existencia en la relación con los jóvenes..

 
 
 

2                                             Un Primer Ejercicio de Escucha

También, en Internet, Vicente Molina , músico –compositor de músicas «para la escucha»–, nos ofrece la posibilidad de realizar un primer ejercicio de escucha. Leyendo los dos poemas que ofrece para la «escucha del silencio» podemos tener una pista abierta a la escucha de los múltiples silencios de nuestros destinatarios.
 
Escucha la voz del silencio,
escucha al silencio cantar,
escucha esa voz que callada,
la voz que habla sin hablar.
Escucha el abrirse una rosa,
escucha las nubes pasar,
el vuelo de una mariposa,
escucha al silencio cantar.
 
Escucha el crecer de la hierba, en los verdes prados.
las hojas caídas que al viento parecen volar,
escucha la sombra que el árbol, te da en el estío,
escucha al silencio cantar.
Escucha el color de los cielos, cuando el sol se apaga,
escucha el olor de la tierra, tras un chaparrón.
el himno que cantan de noche, millones de estrellas,
escucha al silencio cantar.
Escucha silbar a los vientos, hablar a las flores,
el viento que al mover las hojas las hace cantar,
tal vez cuando escuches las voces que hablan en silencio,
………..la voz de tu alma oirás………
 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 
Mirando la vida, intereses, inquietudes de nuestros destinatarios podemos plantear algunas cuestiones para el diálogo de educadores:

  • ¿Cuáles son hoy sus silencios, sus colores, el himno que cantan o la voz de su alma…?
  • ¿Qué limitaciones experimentamos en el día a día para ejercer la escucha que buscan o que necesitan?
  • ¿Qué actitudes podemos fomentar como personas, como equipo, para realizar una aproximación acorde con los «silencios» de nuestros destinatarios?

 

3                                   ¿Por qué Escucharlos?

 
No es difícil encontrar documentos educativos y eclesiales donde aparecen los jóvenes como centro de las actividades que queremos desarrollar. «Los jóvenes son el centro de nuestra comunidad educativa». ¡Y lo decimos tan tranquilos, como si fuera fácil o se pudiera dar por entendida la cosa! Aunque la realidad es que muchísimos jóvenes nos dicen que no se sienten escuchados por nosotros o, lo que es peor, ven reflejado en muchos de nosotros el eslogan francés del «todo para los jóvenes, pero sin los jóvenes».
Tratar de «escuchar a los jóvenes» es un desafío importante para:
 

  • Cualquier educador, porque sólo educa si cuenta con jóvenes a los que educar y si no escucha, difícil le resultará encontrarlos.
  • Cualquier agente de pastoral, siempre que piense en ayudar a la construcción de una Iglesia con futuro, más allá de lo que garantiza la presencia del Espíritu Santo, que debe ser mucho.
  • Cualquier animador, cuya tarea es animar – dar alma – llegar a lo más profundo de las personas para que salga a flote todo lo bueno que tiene.
  • Cualquier…

 
Podemos seguir añadiendo personas interesadas en escuchar a los jóvenes, por ejemplo: Profesores y profesoras de los distintos niveles educativos; Agentes de publicidad; Creadores de moda; Agentes de venta por internet; Políticos; Economistas; Periodistas; Gerentes y creadores de mass media: música, televisión, etc.
 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 

  • Podemos establecer tres listados de motivaciones para escuchar a los jóvenes:

ú Las motivaciones que nos llevan a escuchar a los jóvenes.
ú Las motivaciones de grupos como los indicados más arriba.
ú Las motivaciones que llevan a los jóvenes a querer sentirse escuchados.

  • Comparamos los dos primeros listados entre sí y analizamos cuáles de esas motivaciones coinciden en mayor medida con las expectativas de los jóvenes.
  • Tratamos de proponer alguna razón para incrementar el nivel de escucha que se presta a los jóvenes en la estructura educativo–pastoral en que nos encontramos.

 
Es fácil que surjan iniciativas de mejora en la actitud o de educación en la escucha de los educadores-agentes de pastoral de nuestra estructura (escuela, parroquia, movimiento…).
 
 

4                          Oír – Escuchar – Atender (It is the question!)

 
Basta grabar en un magnetofón los ruidos que nos entran por la ventana y veremos su diversidad y, casi nunca, ningún tipo de acorde entre los diferentes ruidos. Abre la radio en un punto de mala sintonía o busca el canal codificado de televisión cuando te falta el decodificador y encontrarás otro conjunto de ruidos. Y si haces silencio, todavía escucharás más.
Evoca los ruidos que has percibido desde que empezaste a leer esta página, y si no haz el ejercicio de volverla a leer hasta aquí tratando de percibir los sonidos que te llegan. Y verás que de ordinario oímos muchos sonidos, ruidos, toses, tecleo de teclados, rumor de la calle… sin caer en la cuenta de que los estamos oyendo. Curiosea un poco. Basta emplear el buscador de Windows para descubrir que la palabra «sound» lleva un montón de archivos incorporados con ruidos y sonidos de toda especie.
Bueno pues ahora viene el esfuerzo. Elige unos cuantos y trata de identificar de qué ruido se trata: un objeto que se cae, un disparo, algo de viento, un coche que se aleja, etc. ¡Claro, ahora es otra cosa, tratamos de escuchar! Es más, ¡atendemos! ¡Ah! Y, a pesar de las interferencias de otros muchos ruidos, fijamos nuestra atención en un sonido específico. Hemos empezado a escuchar.
 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 

  • Dedicamos algún tiempo a evocar los ruidos que nos llegan de los jóvenes: basta con que repitamos frases que nos dicen, escritos que hemos leído en las paredes, los gritos de los gestos, de las actitudes… en un día cualquiera.
  • Podemos discutir cuáles de esos ruidos «fijan más nuestra atención», «nos son más familiares» nos llevan a «tratar de interpretarlos acertadamente». Es fácil que sean «ruidos» o «gritos» relacionados con sus búsquedas, sus aspiraciones, sus inquietudes…
  • Tratamos de identificar las «interferencias» o la dificultades personales, grupales o estructurales, que encontramos para descodificar sus mensajes.
  • Intentamos ponernos de acuerdo sobre la posible aplicación de algún método: encuesta, zona de libre expresión, buzón de iniciativas, etc., donde los jóvenes puedan presentar sus mensajes.

 
Tras la reflexión anterior, proponemos sistemas concretos para que los jóvenes se sientan escuchados. Es fácil que surjan iniciativas de mejora en la actitud o de educación en la escucha de los educadores-agentes de pastoral de nuestra estructura (escuela, parroquia, movimiento…). Es posible que tras un trabajo de este tipo lleguemos a conclusiones sencillas pero de aplicación inmediata, sobre todo si tenemos en cuenta nuestra propia experiencia frente a momentos en que necesitábamos la escucha o a personas que la han practicado con nosotros.
También es casi seguro que el diálogo de educadores pondrá de relieve que existen campos de la vida de la escuela o de la estructura educativa en que nos encontramos –disciplina, puntualidad, oferta cultural, oferta religiosa, criterios éticos de conducta, etc.– que demanden una reflexión más amplia por parte del equipo de educadores, del equipo de animadores, el equipo directivo…, es decir, por parte de quienes tienen mayor poder de decisión.
 
 
 

5                                             Mensajes al Móvil

En una de las últimas convivencias con chavales y chavalas del moderno bachillerato, dedicamos algunos minutos, no demasiados, a que escribieran cuáles eran las preguntas que en ese momento de su vida les rondaban en la cabeza. El grupo las escribiría de forma totalmente anónima. Y ¡vaya si escribieron! Como es natural, algunas formulaban cuestiones iguales con distintas palabras, pero en cualquier caso el cuadro de preguntas fue el siguiente:
 

  1. ¿Por qué existe tanto dolor?
  2. ¿Por qué no podemos vivir en paz?
  3. ¿Por qué no podemos conseguir la igualdad entre todos?
  4. ¿Cuál es la función del ser humano a lo largo de la vida?
  5. ¿Qué hay después de la muerte?
  6. ¿Tenemos un rol cada uno en la sociedad?
  7. ¿Por qué hay personas a quienes el mundo las ha llevado para morir en la pobreza?
  8. ¿Por qué nunca estamos contentos con lo que tenemos?
  9. ¿Por qué en lugar de construir la paz, hacemos la guerra?
  10. ¿Es posible ser feliz?
  11. ¿Existe verdadero amor entre los jóvenes de hoy?
  12. ¿Para qué sirve vivir?
  13. ¿Hay que tener esperanza?
  14. ¿Para qué esforzarte en algo si no estás seguro de que vayas a obtener resultados?
  15. ¿Para qué sirve todo esto si después de la muerte todo se acaba?
  16. ¿Por qué me siento tan desorientada?
  17. ¿Qué estoy haciendo bien?
  18. ¿Por qué Dios nos dice que todo depende de los hombres y Él no puede cambiar nada?
  19. Si estamos destruyendo su mejor obra ¿por qué se queda impasible?
  20. ¿Por qué, de repente, no encuentras nada que te llene?
  21. ¿Por qué no encuentras sentido a lo que haces?
  22. ¿Por qué existen tantas diferencias ricos–pobres?
  23. ¿Sabemos aprovechar la vida?
  24. ¿Sabemos sacar partido de la vida que Dios nos ofrece?
  25. ¿Vale la pena afrontar los problemas, o es mejor evadirse?
  26. ¿Somos egoístas con Dios?
  27. ¿Por qué pagan justos por pecadores?
  28. ¿Quién y cómo se demuestra que Dios existe?
  29. ¿Qué voy a ser? ¿Quiero conseguirlo?
  30. ¿Por qué hay días que no queremos seguir viviendo?
  31. ¿Por qué hay gente que quiere romper y comenzar otra nueva?

 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 
Nuestros jóvenes están cada vez más acostumbrados a enviar y recibir mensajes al móvil, con fuga de letras, con iconos… pero nunca más de 150 caracteres. Podéis tomar alguna/s cuestiones planteadas que sean afines. Las comentáis y tratáis de preparar un pequeño mensaje al móvil de vuestros jóvenes, pero siempre sin más de 150 caracteres. Aunque nos parezca muy complicado, ¡ellos lo hacen posible!
 
 
 

6                                             ¿Moda o Mensaje?

 

  • Los pantalones anchos, caídos, la culera por la rodilla…
  • Los zapatos, o las deportivas con los cordones sin atar…
  • Las minifaldas cada vez más «minis» o las «maxis» cada vez más maxis.
  • Los pantalones raídos, arrastrando por debajo de los zapatos…
  • Los piercing aquí, allá o acullá, que dirían algunos…
  • Los tacos en los zapatos…
  • Algunas frases de éxito en las camisetas.
  • Los tatuajes. La comida «food».
  • Los empeines rellenos para que sean más altos.

 

  • El «loro» en la oreja desde el inicio de la mañana.
  • Los aros y, a menudo, más aros en las orejas.
  • Los pelos engominados. Las bermudas ajustadas.
  • La cabeza afeitada. Ciertas gafas de sol…
  • Las «chupas» con chapas, los remaches…
  • Pulseras y pulsera o anillos y anillos en las manos

 
¿Modas? ¿Cultura? ¿Mensajes? ¿Afán de ser diferentes? ¿Agresividad antiinstitucional? ¿Nueva estética, para muchos, antiestética?
 
 

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 
Puede ser un ejercicio para realizar conjuntamente padres, madres, educadores y jóvenes tratando de realizar entre todos un ejercicio de escucha activa y positiva sobre los puntos de vista de las «otras partes» en base a frases de este tipo:

  • Aunque yo no me vestiría así, me parece que los jóvenes lo usan porque…
  • Me resulta interesante que haya gente que… porque…
  • Yo pensaba que…, pero entiendo que haya gente que lo ve… porque…

 
Aunque no lleguemos a ningún acuerdo, se trata de:

  • Contrastar las frases que hemos escrito con la sensibilidad de los jóvenes respecto a su apariencia externa.
  • Hacer el esfuerzo de «ponernos en lugar del otro», actitud fundamental para practicar la escucha.
  • Compartir nuestros puntos de vista, evitando la actitud de «jueces» por parte de todos.
  • Leer positivamente los mensajes de todos los demás.

(…A lo mejor nos sentimos más cercanos de lo que pensábamos).
 
 
 

7                                             ¡Aquí Jesús! ¡Dígame…!

Otro ejercicio complementario: fijarnos en el Jesús del Evangelio, tratando de identificar criterios, actitudes y modos de hacer de Jesús en relación con la escucha, sirviéndonos del Evangelio de san Lucas leído paso a paso. A lo mejor encontramos un paradigma de actitudes que podemos potenciar como educadores.
 

  • Estaba en el templo, «en medio de los doctores, escuchándolos…».
  • Bajó con ellos a Nazareth y «permaneció bajo su autoridad…».
  • «Se dejó llevar por el Espíritu en el desierto.
  • Pedro: «¡Apártate!, soy pecador…». Jesús: «No temas…».
  • Oye al leproso que lleno de vergüenza «cayó rostro en tierra y le suplicaba».
  • Sabe «ver la fe» de quienes descuelgan al paralítico desde la terraza…
  • Es capaz de «leer» el pensamiento de los fariseos y de los letrados.
  • Permanece abierto a las múltiples preguntas y cuestiones de los fariseos.
  • «Escucha» a quienes interceden a favor del centurión que tiene al criado enfermo.
  • Siente «compasión» ante la viuda que lleva a enterrar a su único hijo.
  • Cuando Simón hace una lectura negativa de la mujer pecadora, Jesús aplica otras claves.
  • Escucha a los discípulos que le piden una explicación de la parábola del sembrador.
  • «¡Maestro que nos hundimos!» Y apenas se despierta se pone a su disposición.
  • Los gerasenos, presos de terror, le rogaron que se marchase: «Jesús se embarco de vuelta».
  • Sale al encuentro del desánimo de los discípulos en la Transfiguración.
  • Escucha, incluso, al anónimo que grita desde la multitud pidiendo la salud para su hijo.
  • Cuando los discípulos discuten sobre el más grande, «sabiendo lo que pensaban»…
  • Responde con lenguaje inteligible a algo «casi» evidente: «¿Quién es mi prójimo?».
  • Media en la discusión de Marta y de María sobre «lo más importante» o ante quien le pide que le pida a su hermano que «reparta la herencia».
  • «¡Señor, enséñanos a orar»… y él les contestó…
  • Acepta, incluso, la invitación de un fariseo «a comer en su casa».
  • Observa que algunos buscan los primeros sitios en el banquete y les habla de la humildad.
  • El padre bueno de la parábola escucha: deja hablar al hijo que vuelve, razona con el mayor.
  • «Auméntanos la fe»…«Si tuvierais fe como un grano de mostaza…».
  • Aunque los discípulos los rechazan, Jesús «acoge a los niños…».
  • Se para ante el ciego que grita sentado junto al camino y ante Zaqueo allá arriba, en el árbol.
  • También adivina «la mala intención» de quienes le preguntan sobre el tributo al César.
  • Y observa a la viuda pobre que echaba dos cuartos… y la elogia.
  • Acepta el beso de un traidor a quien llama «amigo».
  • No oculta su mensaje incluso cuando es acusado ante el Consejo del Sanedrín.
  • Aunque niega su respuesta a Herodes, que le hace muchas preguntas.
  • Consuela a las mujeres que estaban «llorando y lamentándose por él».
  • Perdona a quienes «no saben lo que hacen».
  • Escucha al malhechor crucificado con el: «hoy estarás conmigo…».
  • Habla con calma con los de Emaús: «abrasaba el corazón mientras nos hablaba».
  • Y cuando los encuentra desanimdos… ¡come con ellos!

Para el Trabajo de Grupo de Educadores

 
Bastaría subrayar en grupo, «escuchar» las palabras que presentan «indicadores de escucha» y que nos manifiestan esta actitud en la persona de Jesús. Después podemos tener un tiempo de autoevaluación, de comunicación de fe, de oración en grupo.
 
 
 

8                                   Otros 10 Ejercicios para la Escucha

 
No resulta difícil plantear otra serie de ejercicios para educadores relacionados con el ejercicio de la actitud de escucha a los jóvenes. A modo de sugerencia:
 
1 Preparar en grupo un decálogo de nuestro centro, parroquia… sobre la escucha.
 
2 Realizar ejercicios de escucha desde la mirada, desde las manos que se encuentran, desde colocarse frente a frente en silencio, tratando de entender lo que «tú» quieres decirme.
 
3 Escribir una carta a los jóvenes a la vez que algunos de ellos nos escriben su «carta a los educadores» comparando, después intereses, planteamientos, puntos de encuentro…
 
4 Estimular el uso de los buzones de sugerencias, con respuesta rápida a las mismas.
 
5 Analizar en diálogo modelos de jóvenes que plantea hoy la televisión en algunos de los programas juveniles o las revistas juveniles: estímulos que ofrecen, criterios éticos que plantean, puntos de vista que son motivo de controversia con los mayores…
 
6 Mesa redonda sobre los cuatro puntos de fricción más frecuentes entre adultos y jóvenes: tiempo libre y horarios, criterios sobre sexualidad, drogas y pequeños hurtos.
 
7 Realizar el ejercicio de escucha y análisis de algunas canciones de moda: letras, mensajes subyacentes, vídeo-clip de presentación, ritmo…
 
8 Debatir en grupo de educadores los elementos que deben componer hoy la mochila del educador que escucha jugando con la simbología de las cosas materiales como expresión de actitudes. Por ejemplo: unas pilas de repuesto para cuando se agota la capacidad de escucha, o un chubasquero de plástico para cuando cae más de la cuenta o…
 
9 Compartir los miedos y temores de la escucha, es decir, lo que nos entristece o desanima como educadores, cuando los jóvenes plantean, no se atreven a plantear, son incapaces de decir o de decirse, se sienten bloqueados por sus actitudes, por las nuestras, etc.
 
10 Mantener una conversación de educadores basada en cuando yo era más joven… Se trata de compartir las experiencias de «escucha por parte de los adultos» que han influido en nuestra vida, los sentimientos que experimentamos, los efectos que produjeron en nosotros, las actitudes que descubrimos en las personas por quienes nos sentimos escuchados, etc.