1.- Levántate una hora antes; si eres mañoso prepárales un delicioso chocolate con churros; si lo tuyo no es la cocina, no desesperes, corre a comprarlo.
2.- Haz un retrato de tu mujer, de tu hijo, de tu amigo…; no importa que salga mal, ponle un bonito marco y regálaselo.
3.- Seguro que alguno está pasando por un momento malo. Haz una gran pancarta con un eslogan que exprese ánimos hacia esa persona. Reúne a los demás y «monta» una gran manifestación con «gritos subversivos de ayuda y de amor.» La marcha se puede hacer por la casa; no obstante los más osados pueden hacer el recorrido por el barrio, la plaza, el centro comercial…
4.- Apunta todas las cosas buenas que sin darse cuenta hacen las personas que están a tu lado. Al concluir el día dales las gracias y no te preocupes si ponen cara de circunstancias. Con todas esas noticias buenas, vete elaborando un periódico que regalarás a cada uno al finalizar las vacaciones.
5.- Reúne a todos (no importa el lugar ni el momento) y haz una oración, hablando a Dios en voz alta de cada uno de ellos.
6.- Dedica un tiempo a las personas más necesitadas. Si vas con tu familia, una residencia de ancianos puede ser el lugar perfecto para que todos comprendan el valor de la familia. Si vas con tus amigos un centro social de transeúntes, toxicómanos… os ayudará a ensalzar el valor de la vida.
7.- Seguramente conoces de sobra a muchas de las personas con las que vas a pasar las vacaciones. Elige un texto del evangelio que pueda ayudar a cada uno en su vida, y mientras duermen ponlo en un sitio donde puedan encontrarlo fácilmente a la mañana siguiente.
8.- Compra una gran bolsa de globos. Coge unas cuartillas pequeñas de papel. Escribe en ellas mensajes de ánimo: «Tu vales mucho» «Gracias por ser como eres» «Eres la repera» «Cuenta conmigo siempre»… Envuelve el papel e introduce cada uno de ellos en un globo diferente. Finalmente ínflalos, átalos con un bonito lazo y mientras duermen «atiborra» de globos las habitaciones.
9.- Cuando te acuestes pide a Dios por cada uno de ellos, y antes de que el sueño se apodere de ti… ¡inventa nuevas estrategias!
10.- Seguramente, amigo, la sorpresa te la llevarás tu, pues te aseguro que te sentirás muy feliz haciendo un poco más agradable la vida de los que te rodean. Ah, y no te preocupes, estas vacaciones no se agotan, si tú quieres pueden durar toda la vida.
José María Escudero
Para hacer
He aquí un decálogo de propuestas distintas para vacaciones. Leerlas. ¿Qué nos parecen?
¿Cuáles podríamos llevar a cabo nosotros?
El autor ponía de subtítulo: (Sorpréndeles) “a tu padre, a tu hermana, a tu mujer, a tu mejor amigo, a tu familia, a tu novia, a tus compañeros…”. Concretamos las sorpresas para alguna de esas personas o para otras a quien queramos.
Pensamos en otras propuestas que podamos llevar a cabo en vacaciones. Entre todos elaboramos otro decálogo.