EXTRAESCOLARES: MEJOR EN CASA QUE FUERA

1 octubre 2013

Los centros juveniles salesianos son auténticas escuelas prácticas (y teóricas también) de animación. De ellos surgen auténticos profesionales del tiempo libre educativo. Se compagina, casi sin darse cuenta, reflexión teórica, actividad educativa con programación, evaluación y celebración, formación general y específica, vivencia comunitaria, trabajo en equipo, creatividad realista… y un sinfín de elementos que ayudan, y mucho, a llevar la hermosa tarea de la animación con un grado de calidad bastante elevado.
En muchas ocasiones, al lado, o encima o debajo del centro juvenil está un colegio con alumnado en edad de Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria, Bachillerato o Formación Profesional. Y ese centro educativo programa actividades complementarias y extraescolares… que los centros juveniles pueden gestionar con profesionalidad y dedicación complementaria.
A veces no hay una relación fluida entre colegio y centro juvenil. Eso se puede deber a varias causas:
–         Tener una visión poco integradora y poco educativa, creyendo que lo educativo se realiza exclusivamente en horario escolar y que lo extraescolar es un añadido.
–         No tener visión conjunta de obra.
–         No valorar el trabajo en animación de los centros juveniles.
–         Funcionar como compartimentos estancos.
–         Creer que lo extraescolar no es terreno para el centro juvenil.
–         En muchos centros, encargar estas actividades a empresas ajenas al carisma del centro educativo.
Y puede haber infinidad de razones más por ambos lados.
Nuestra propuesta es romper con estos prejuicios y trabajar en común el centro educativo y el centro juvenil. Y lo concretamos esta vez en el mundo de las extraescolares, aunque se podría ampliar a otros campos como atención a los comedores, a los madrugadores, a las actividades de conciliación, al apoyo escolar, etc.
Las riquezas y ventajas de la propuesta son muchas, sobre todo de carácter educativo:
–         Se trata de una propuesta integral que se desarrolla en las diversas ofertas del centro educativo.
–         Los valores que se trabajan en la escuela también se trabajarían en las actividades extraescolares.
–         El carisma ganaría campos de actuación.
–         El estilo educativo sería el mismo en distintos ámbitos escolares.
–         Aumentaría la capacidad de convocatoria de las actividades propuestas.
–         La solidaridad real de los distintos ambientes de una obra se vería fortalecida.
–         Conseguiríamos educadores para el centro educativo contagiados de nuestro carisma que vamos conociendo en su práctica educativa…
La idea que defendemos es que, desde la propia obra (colegio, centro juvenil, parroquia, asociación deportiva, familia salesiana…), podemos buscar todas las respuestas que necesitamos para ofertar una propuesta completa a las familias que se acercan a nuestro “cole”, ofrecer todas las extraescolares posibles para cubrir todas las necesidades de nuestros destinatarios, desde la complementariedad y solidaridad entre todos los ambientes de la obra.
El camino a seguir lógicamente es gradual. Donde haya convenios con otras entidades que organizan extraescolares y tiene calidad, se seguirá manteniendo esos acuerdos. Pero, para las nuevas actividades extraescolares o nuevos servicios que se oferten porque lo demandan las familias de nuestros alumnos, sería interesante comenzar con una oferta que surja de los distintos ambientes de la obra en primer lugar; y, si no pudiesen responder, se pasaría en segundo término al ámbito autonómico o provincial religioso.
Creemos que este camino, ya iniciado en muchos colegios, debe fortalecerse justamente para expandir y potenciar nuestro carisma educativo entre nuestros destinatarios.

Xulio C. Iglesias

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