Ahora que Papá Noel nos ha invadido, podemos recordar a Jesús. Él sí que es una ayuda siempre presente. Y podemos acudir especialmente a él, por comparación, en Navidad.
Santa Claus llena tus calcetines con regalitos… | Jesús suple todas tus necesidades. |
Santa Claus baja por tu chimenea sin invitación… | Jesús se detiene en tu puerta y toca, después entra a tu corazón cuando tú lo invitas. |
Para ver a santa Claus tienes que hacer fila… | Jesús esta tan cerca como el hecho de mencionar su nombre. |
Santa Claus te deja sentarte en sus piernas… | Jesús te deja descansar en sus brazos. |
Santa Claus no se sabe tu nombre, todo lo que puede decir es «Hola pequeño, como te llamas?»… | Jesús sabe tu nombre desde antes de que nacieras. No solo sabe tu nombre, también sabe tu dirección. Él sabe tu historia y tu futuro. |
Santa Claus tiene una barriga que parece llena de mermelada… | Jesús tiene un corazón lleno de amor. |
Todo lo que Santa Claus puede ofrecer es HO HO HO… | Jesús ofrece salud, ayuda, esperanza. |
Santa Claus dice: «No llores», «You better not cry»… | Jesús dice «Descansen sus preocupaciones en mí, que yo cuidare de ustedes.» |
Los pequeños ayudantes de Santa Claus hacen juguetes… | Jesús hace nueva una vida, repara corazones lastimados y arregla hogares rotos. |
Santa Claus puede hacerte sonreír… | Jesús te da la alegría que es tu fuerza. |
Santa Claus deja regalos debajo de tu árbol… | Jesús fue nuestro regalo y murió en un árbol. |
Es obvio que no puede haber una comparación real. Necesitamos recordar «quién» es el verdadero protagonista de la Navidad: Jesús. Así tendrá más sentido decir ¡¡Feliz Navidad!!
Para hacer
La comparación ahí está. ¿Con quién nos quedamos de hecho? ¿Por qué?
La frase que dice «La Navidad es tiempo de dar y compartir», no se refiere a los regalos de Santa Claus, sino más bien a la entrega que hizo Jesús. Él nos muestra un camino a seguir… ¿Por dónde vamos?
Y ya que estamos en tiempo de regalos, será bueno recordar que más vale un buen gesto de afecto que muchos regalos…