FORMACIÓN INICIAL PARA DIRECTIVOS DE ESCUELAS SALESIANAS

1 septiembre 2011

Óscar González, Coordinador de la Comisión Nacional de Escuelas Salesianas
 
El contexto de una Experiencia
Que los seglares están asumiendo tareas de responsabilidad y dirección en las escuelas no es ya una intuición, sino una realidad que empieza a consolidarse. Del cuidado de estas experiencias depende su éxito, y por ende la viabilidad de las escuelas católicas como oferta de educación con un carácter propio definido y fiel al carisma fundacional más allá de la presencia directa de los religiosos.
Desde hace unos años, la Comisión Nacional de Escuelas Salesianas viene reflexionando sobre esta realidad y comenzó, como punto de partida, a definir un plan de formación inicial para aquellas personas que asuman responsabilidades directivas. A partir de aquí, se inicia una experiencia que va a comenzar su tercera edición, y que ha formado ya a 100 personas de más de 90 escuelas de salesianos y salesianas en toda España.
 
Áreas y líneas maestras
Lo primero que hicimos antes de elaborar el plan fue definir el perfil que debía tener el directivo de nuestra escuela en el presente y en el futuro. Es el punto de partida imprescindible para delinear un plan formativo que nos ayude a desarrollar el citado perfil. Basándonos en algunos modelos formativos actuales y ligados al mundo del trabajo, realizamos un perfil competencial estructurado en cuatro grandes áreas, que nos ayudaron a estructurar la información, aunque en la realidad muchas de dichas áreas se solapan. Las áreas son:

  • Humana: Aspectos personales y de madurez imprescindibles para asumir responsabilidades directivas.
  • Profesional: Habilidades y capacidades profesionales deseables para ejercer la tarea encomendada.
  • Cristiana: Elementos de fe y testimonio personal propios de quien encabeza una escuela católica.
  • Salesiana: Subrayados y cuestiones de nuestra identidad y estilo educativo que son necesarios para garantizar el carácter propio.

 
A partir de aquí, empezamos a delinear las líneas maestras de este plan de formación inicial. Son las siguientes:

  • Optamos por una formación modular, adaptable y en consonancia con los modelos de formación profesional y para el empleo vigentes. También combinamos una parte presencial y otra a distancia (tele-formación) a partes iguales.
  • Una de las claves del plan es que todos los módulos formativos (siete en total) están bañados del propio carisma. Se trata de formarse en cómo hacemos determinadas cuestiones (gestión, animación pastoral, liderazgo, desarrollo curricular, opciones pedagógicas…) no de manera genérica, sino desde nuestro propio estilo.La identidad de la escuela no se juega en un módulo definido o en ideas, sino en toda la acción educativo-pastoral de la misma. Esto tiene sus claras repercusiones, no tanto en la temática a desarrollar, cuanto en las personas que se eligen para ello.
  • A nivel metodológico se potencia un modelo formativo sostenido en el tiempo (un curso completo), y en el que se privilegia la reflexión sobre la propia práctica para iluminarla y mejorarla. Se trata de partir de la realidad para volver a ella.
  • Hemos logrado la certificación universitaria de la formación, dando a ésta una mayor seriedad y actuando como elemento motivador para todos los participantes.
  • Otro elemento fundamental en la experiencia es la convivencia e intercambio entre los participantes. La rica realidad de un mismo carisma encarnado en distintos lugares se valora como clave a la hora de crear identidad y misión común, más allá de matices normativos o realidades culturales.
  • Por último, intentamos privilegiar la formación conjunta de religiosos y seglares, lo que comporta un enriquecimiento mutuo de gran calado.

 
Estructura del plan
A nivel organizativo el plan se estructura en siete módulos formativos, que pretenden recoger aspectos básicos en el desempeño de un directivo en nuestras escuelas y responden al perfil trazado en un principio. Dichos módulos son:

  • Identidad de las Escuelas Salesianas. En él abordamos aspectos educativo-pastorales propios del estilo salesiano y su aplicación al ambiente escolar.
  • Función directiva y recursos humanos. Cuestiones relacionadas con el liderazgo, el trabajo en equipo, la selección y formación del personal…
  • Programación y proyectos. Nos centramos en este módulo en el valor de la realización, seguimiento y evaluación de Proyectos Educativos que marquen el rumbo de cada escuela.
  • Organización y gestión de centros concertados. Aspectos de tipo legislativo y económico, necesarios para una adecuada gestión de nuestras escuelas.
  • La calidad en la gestión educativa. Apostamos por una clara orientación hacia la calidad y la mejora continua, ayudándonos de los modelos existentes para ello.
  • Liderazgo pedagógico. Nuestra escuela tiene unas opciones pedagógicas definidas que los directivos deben liderar. En este caso, los acentos no son indiferentes.
  • Proyecto final. A nivel personal se debe realizar un proyecto de dirección en el que se sintetice todo lo trabajado y se proyecto en la propia escuela.

 
La parte presencial se articula en tres semanas distribuidas a lo largo del curso, un por cada trimestre, y la parte online se desarrolla a continuación de la presencial, como complemento y ampliación de lo trabajado. En total son 200 horas de formación, y la superación de los módulos y el proyecto dan derecho a la expedición de un título de Experto en Dirección de Centros Educativos, título propio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Como hemos indicado al principio, la experiencia se está consolidando y creemos que goza todavía de bastante recorrido. La apuesta por la formación como motor de cambio y mejora de nuestras instituciones, comenzando desde los cargos directivos, es clara y queremos mantenerla en el tiempo.
 
Conclusión
De nuestra corta experiencia, que vamos revisando sistemáticamente, vamos sacando las siguientes enseñanzas y conclusiones:

  • Invertir en formación y en personas es claramente invertir en futuro. La identidad de nuestras escuelas se juega en sus personas, en su corresponsabilidad y compromiso en la misión compartida, no tanto en magníficas instalaciones o proyectos estrella.
  • Hoy más que nunca la formación debe ser conjunta entre religiosos y seglares. Una nueva forma de trabajar implica una nueva forma de formarse, trabajando en equipo y enriqueciéndose mutuamente.
  • Hay que pensar modelos de formación serios y continuados en el tiempo. Son los procesos los que transforman a las personas y a la realidad, no acciones formativas puntuales.
  • A partir del curso próximo, iniciaremos también la formación permanente, de modo que vayamos completando una oferta global para nuestros cuadros directivos. Queremos convertirla en un foro en la que compartir inquietudes, descubrir retos, adquirir competencias y ser capaces de proyectar el futuro de las Escuelas Salesianas en España juntos.

 
Desde aquí nos ponemos a vuestra disposición por si queréis ampliar la información sobre esta experiencia y su desarrollo.
 

Oscar González

escuelas@pjs.es