GRAN SUBASTA DE VALORES

1 junio 2005

José María Escudero

 

  1. Anotaciones pedagógicas

 

  • Destinatarios

El juego está dirigido a profesores, catequistas, monitores de grupos juveniles… para ser preparado especialmente con jóvenes, aunque no se descarta la participación de niños y de adultos. Debido a la riqueza del tema, el juego se presta a llevarlo a cabo en diversos lugares y acontecimientos: convivencias, catequesis, jornadas especiales, retiros de una mañana…
 

  • Objetivo

Se pretende que cada uno de los jóvenes reflexione sobre su propia vida, en especial, sobre qué valores están cotizando con mayor fuerza en “la bolsa de su corazón,” cuáles son los más importantes, qué valores cultiva con mayor asiduidad y cuáles necesitaría incorporar para ser más y mejor persona.
 

  • Dinámica

El juego tiene un funcionamiento sencillo y atrayente (gira en torno a una subasta). Se dividiría en tres momentos.
 
Primer momento
– El grupo se coloca en forma de un semicírculo grande, con mesas u otros soportes que permitan poder escribir. En el otro semicírculo y visible para todo el grupo hay una pizarra, un corcho u otra superficie donde el animador tenga escritas en letra grande los diferentes valores (Panel de Valores).
– El animador, brevemente, explica al grupo lo qué es un valor, y la importancia que éstos tienen en la vida de una persona. Posteriormente entrega a cada joven la hoja del Listado de Valores (es posible cambiar, aumentar o suprimir algunos) Cada uno de los participantes debe leerlos pausadamente. Este es también el momento en que el animador puede explicar algún valor que los jóvenes no entiendan del todo o no lo identifiquen muy bien.
– La duración de este primer momento es de unos 15 minutos aproximadamente
 
Segundo momento
– El lugar se dispone de la misma forma que en el primer momento.
– Este es el momento central del juego: la Subasta de Valores. El animador explica que, mediante una subasta, cada joven deberá hacerse con los valores que –para cada uno de ellos- son los más importantes, o que les gustaría incorporar o mejorar en sus vidas. Para ello a cada joven se le entregará 100 puntos de manera simbólica (también puede realizarse mediante billetes hechos con cartulina). Con esos 100 puntos tienen que manejarse en la subasta para hacerse con los valores que más les interesan, al menos uno. En la hoja del Listado de Valores, que tiene cada uno, pueden ir haciendo sus propias anotaciones (lo que pagan por cada uno de ellos, lo que les queda por gastar…)
– El animador empieza citando cada uno de los valores y da un tiempo oportuno. Mientras, los jóvenes van escogiendo aquellos que deseen (se quedará lógicamente con el valor, el joven que puje más, que más puntos gaste). Se mantiene un cierto orden, de manera que el que quiera apostar por un determinado valor o incrementar los puntos del compañero, lo hace levantando la mano. El animador va borrando o tachando los valores escogidos y apuntando en una hoja qué valores escoge cada uno.
De esta manera transcurre el juego, hasta que se llega al último valor. Solamente si al final alguno de los participantes no se ha hecho con ningún valor, se le da un tiempo breve para que escoja uno entre los que queden.
– La duración es de unos 50 minutos aproximadamente.
 
Descanso
Cuando se de por finalizado el segundo momento, y por lo tanto la subasta, se tiene un tiempo de descanso. En este tiempo el animador, o los animadores si hubiesen varios, que tiene ya apuntados los valores de cada joven, rellena para cada participante la Parábola de los Valores (si es posible a ordenador, o bien con su propia letra).
 
Tercer momento
– A ser posible se realiza en otro lugar, una capilla, un oratorio, en torno a un crucifijo o una imagen religiosa. No se descarta tampoco la posibilidad de hacerlo al aire libre.
– Durante 10 minutos (aunque seguramente ya lo hayan comentado entre ellos en el descanso) el animador deja que los jóvenes se expresen libremente sobre el juego. Posteriormente y en una cuartilla, cada participante (se puede poner una música de fondo) escribe brevemente por qué ha elegido ese o esos valores, por qué es tan importante para el, qué cantidad tuvo que pagar por cada uno de ellos…
– Finalmente el animador lee la parábola de los talentos (Mt 25, 14-30) y a continuación, y en silencio, les pide que lean la Parábola de los Valores, que Dios ha escrito para cada uno de ellos, que la conserven y que sea motivo de reflexión en sus momentos de oración.
– La duración es de unos 30 minutos aproximadamente
 
Revisión
Pasado algún tiempo, se puede volver sobre el juego, y poner en común cómo está llevando cada uno su Parábola de los Valores.
 

  1. Panel de valores

(Cuadro adjunto)

  1. Listado de valores
  1. Bondad

2-Creatividad
3-Generosidad
4-Felicidad
5-Inteligencia
6-Ayuda
7-Diálogo
8-Sinceridad
9-Igualdad
10-Tolerancia
11-Fidelidad
12-Amor
13-Esfuerzo
14-Entrega
15-Fe
16-Aceptación
17-Valentía
18-Educación
19-Perdón
20-Dios
21-Confianza
22-Ilusión
23-Utopía
24-Superación
25-Responsabilidad
26-Trabajo
27-Sensibilidad
28-Compromiso
29-Alegría
30-Agallas
31-Humor
32-Libertad
33-Verdad
34-Fiesta
35-Acogida
36-Esperanza
37-Amistad
38-Oración
39-Familia
40-Personalidad
41-Paciencia
42-Belleza
43-Paz
44-Compartir
45-Servicio
46-Coherencia
47-Inconformismo
48-Puntualidad
49-Agradecimiento
50-Constancia

  1. Parábola de los valores
 
PARÁBOLA DE LOS VALORES
 
De parte de Dios para:______________________________
 
Sucede con el Reino de los cielos lo que con aquella persona que debiendo ausentarse, llamó a sus hombres de mayor confianza, entre los que te encontrabas tu, encomendándoos sus bienes más preciados: los Valores de su Reino.
 
A cada uno le dio una cantidad, a ti te entregó ­________ : el/a __________________________________________ a cada uno, según la destreza que había manifestado tener en la subasta de valores. Y se ausentó…
 
 
Cuando vuelva (puede aparecer en cualquier momento) y te pida cuentas de los valores recibidos, qué le dirás:
 
Tal vez:
 
“Señor, _________ valor/es me entregaste, aquí tienes el resultado. No sólo he cultivado y he perfeccionado los que Tú me diste, sino que, al lado de mis hermanos, he aumentado la lista: ___________________
________________________________________________________________”
 
O tal vez
 
“Señor, sé que eres un hombre duro, tuve miedo y guardé los valores que me encomendaste, no fuese que al compartirlos con mis hermanos, se desgastaran o alguien pudiera arrebatármelos…”
 
Entonces el Señor te dirá…
 
¡Piénsalo!
 

 
 
¡No me tires! Colócame en un lugar visible: en el corcho de tu escritorio, en la mesilla de noche, en la carpeta… Acude a mí cuantas veces lo desees y hazme motivo de reflexión y de oración; además no dejes de añadir tantos valores como vayas incorporando a tu vida.