[vc_row][vc_column][vc_column_text]UTOPÍA PARA CAMINAR
La utopía es necesaria porque anticipa el futuro. Mediante las imágenes utópicas expresamos aquello que todavía no hemos conseguido, pero que ya intuimos. Al no tener experiencia de ello, no podemos definirlo ni concretarlo… por eso recurrimos a imágenes que son deseos; a intuiciones que son trozos de un futuro mejor que anclamos en nuestro tiempo presente. Aquí proponemos algo más que imágenes, unas cuantas historias y gestos cargados de utopía que, sin duda, pueden seguir dando vida a nuestras tareas de caminantes.
¡Que no se acabe el paisaje con el horizonte! Y cada nueva generación sigue encandilándose con las rutilantes utopías que marcan el caminar de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Quienes tienen la posibilidad y el coraje de percibir —mediante las utopías— cómo desean que sea la realidad, ya han encontrado la meta. Vislumbrando la meta hallarán el camino.
Desde el principio de la historia, el ser humano ha intuido horizontes mejores para su existencia material y espiritual. Porque la evolución no es tan sólo un concepto biológico, sino también intelectual y espiritual. Cuando el aspecto parcial de una utopía se realiza y consigue, deja de ser utopía. Pero no todo termina. La evolución espiritual del ser humano se abre a nuevas realidades que en el futuro mejorarán el tiempo presente.
Las líneas que siguen realizan un recorrido esquemático por alguna de las utopías que han marcado el caminar de la humanidad; con ellas se han superado dificultades y se ha tornado más humano el rostro del hombre.
DEL «OJO POR OJO» A LA NO-VIOLENCIA
Lo del «ojo por ojo y diente por diente» significó un avance para la humanidad, aunque parezca lo contrario. Esta máxima legal pertenece al antiguo Código de Leyes de Hammurabi (1750 a.C.). Quien recibía un daño de su vecino, no podía devolverle mayor cantidad de daño que la recibida.
Pero a pesar de las leyes al uso y los progresos, el ser humano siempre ha tenido una mala conciencia con esto de la violencia. El libro del Génesis recoge el sentir de la humanidad con respecto a la violencia en el relato de Caín y Abel. Una vez se ha actuado por codicia o envidia de forma violenta sobre el débil, queda flotando en el aire la pregunta: ¿Dónde está tu hermano?
La utopía de la no-violencia aparece también en este mismo relato, en ese final que casi nadie lee. Una vez que Caín ha recapacitado sobre la gravedad de «manchar la tierra con sangre» y es condenado a marchar errante, teme que si alguien le reconoce le mate, vengándose por el crimen que ha cometido. Pero este texto, que tiene alrededor del unos 2800 años, dice: «Dios marcó a Caín para que si alguien tropezaba con él no le matara». Tal vez nos hallamos ante el primer texto de la historia que condena la pena de muerte.
La historia humana ha estado marcada por guerras y batallas innumerables. Se afirma que la primera guerra organizada tuvo lugar en Egipto hacia el año 3400 antes de Cristo, cuando se enzarzaron en una gran confrontación civil los habitantes del Alto y Bajo Egipto.
Las grandes potencias de Mesopotamia anduvieron en guerras continuas, con una larga secuela de crueldades y atrocidades. Dibujos de la época muestran al rey Asurbanipal colocando a sus prisioneros de grupos cien. El mismo vaciaba los dos ojos a noventa y nueve de ellos; al último del grupo tan sólo le sacaba un ojo para que fuera el lazarillo del resto de sus compañeros.
Los asirios inventaron los ejércitos ordenados y equipados: túnicas iguales, botas militares, espadas y carros de combate.
El progreso técnico no consiguió que el ser humano mejorara en lo referido a no-violencia. El siglo XX se ha visto conmocionado por dos Guerras Mundiales, holocaustos y etnocidios y las primeras explosiones atómicas utilizadas como arma de muerte en Hirosima y Nagasaki, Kosovo, Chechenia, Sudán, etc.
Pero el anhelo de un tiempo nuevo de paz también ha recorrido la historia. De norte a sur y de este a oeste han existido personas de buena voluntad que han pensado que es mejor construir paz.
«¿Qué resulta del dominio de la fuerza? La respuesta es que el grande atacará al pequeño, el fuerte saqueará al débil, la mayoría maltratará a la minoría, el listo engañará al simple, los ricos robarán a los pobres… ¡Que siempre gobierne la equidad y la bondad! (Mo-Tseu, China, siglo V a.C.)
La utopía de «convertir las lanzas en arados y las espadas en podaderas» —proclamada por Isaías en el año 700 a.C.— sigue viva. En el pasado siglo XX ha crecido la conciencia que propugna la no-violencia. Los desastres ocasionados por las grandes guerras y la amenaza nuclear han hecho surgir con fuerza un rechazo sistemático a toda violencia: Gandhi, H. Dumat, M. Luther King y otros muchos concretaron la utopía de la no-violencia.
Mohandas Gandhi
De la India sale para Londres a los diecisiete años. Termina los estudios de derecho y marcha a Sudáfrica. Como abogado, ahí comienza a utilizar un modo no violento de resolver los conflictos, defendiendo los derechos de la minoría hindú y negra. Regresa a la India a los cuarenta años y funda una comunidad que vive con un estilo de vida austero. En 1918 Gandhi es el líder indiscutible del movimiento nacionalista de su país, que intentaba liberarse del yugo de los ingleses.
Tras pasar por diversas cárceles, en 1930 organiza una marcha de protesta, no-violenta, para que no se pague el impuesto de la sal a los ingleses. Ante la dureza de las fuerzas militares, muchos de sus seguidores quieren utilizar la fuerza, pero él se mantiene firme en su actitud no-violenta. Además de mantenerla toda su vida, defendió a los «parias», casta social considerada como inferior e indeseable. En 1948 inicia su última huelga de hambre y, estando en ella, un fanático le asesinó. Concluía la vida del hombre que enseñó a resolver conflictos sin utilizar la violencia.
Martin Luther King
De raza negra, vivió en propia carne todas las humillaciones que sus hermanos negros sufrían desde pequeños. Cristiano profundo y convencido, fue pastor protestante. En nombre de Jesús animó a los negros a defender sus derechos. Y lo hizo con actitudes no-violentas, al estilo de Jesús de Nazaret y de Gandhi. Fue encarcelado muchas veces y sufrió humillaciones por parte de los que defendían una ley injusta que segregaba a los hombres por el color de su piel. Nunca cedió a la tentación de las acciones violentas que le sugerían algunos de sus seguidores.
Un buen día recibió el premio Nobel de la paz: era el reconocimiento a su acción en favor de la humanidad. Porque no sólo defendía los derechos de los hombres de color, también asumió la defensa de los más pobres, de todos los marginados de la sociedad, sin importarle el color de su piel Un fanático terminó con su vida. Bastaron unos cuantos disparos, pero su recuerdo perdura en todos aquellos que quieren hacer un mundo más justo.
SOLIDARIDAD: DE TENER COSAS A SER PERSONAS
Cuando la persona humana se hizo sedentaria, comenzó a disponer de medios suficientes para su supervivencia. El desarrollo de las primeras ciudades de Mesopotamia y Oriente Medio está ligado al cultivo del trigo y la cebada, y la domesticación de la oveja, la vaca, el cerdo, las gallinas… La aparición de la metalurgia y la fabricación de vasijas de cerámica consolidó un estilo de vida donde era posible poseer riquezas.
El trueque y las primeras transacciones comerciales hicieron necesarias las monedas, y comenzaron a existir personas capaces de amasar grandes fortunas: extensiones de tierra, grandes rebaños, cantidades ingentes de metales preciosos, ricos vestidos, etc. Han llegado hasta nuestros días antiguos sellos de arcilla con los que hace más de 6.000 años los habitantes del Oriente Medio marcaban sus pertenencias, en un intento de afianzar la propiedad familiar sobre los bienes.
Sin embargo, al mismo tiempo que se desarrollaba esta cultura de bienestar, aparecían voces críticas que se alzaban contra la costumbre de aumentar los bienes propios, poseídos en detrimento de una mejor distribución de riquezas y recursos. El Libro de los Muertos de los egipcios contiene párrafos enteros en los que se alaba, por encima de la consecución de las riquezas, la generosidad y magnanimidad del difunto.
La Biblia del pueblo de Israel consigna oráculos de Isaías, Amos, Joel…: profetas preocupados por un tipo de civilización que, a fuerza de subrayar la propiedad y el enriquecimientos, olvida la solidaridad y la concepción fraterna y solidaria de la tierra. Cuando las palabras no fueron suficientes, surgieron personajes con gestos valientes. Muchos de ellos, abandonando la comodidad, optaban por vivir en una austeridad voluntaria.
Las riquezas y los bienes no son la medida de la profundidad humana. Por ello y desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha deseado algo más, caminando en pos de la utopía de la austeridad: un estado de vida en el que cuenta más el ser que el tener. A lo largo de la historia este impulso ha ido tomando múltiples formas: Eremitas, monjes budistas, sufis, anacoretas, órdenes mendicantes… Todos ellos caminando en pos de la utopía de una vida más humana. En la actualidad siguen alzándose voces críticas que abogan por una solidaridad voluntaria y gratuita.
Francisco de Asís
Una reciente encuesta realizada en la Comunidad Europea le consideraba —por sus ideas y forma de vida— como el personaje más influyente del último milenio. Realizó en su tiempo la revolución de la pobreza y austeridad voluntaria. Nadie como él ha sido tan ecologista, nadie ha sentido tanto amor a la naturaleza, a los animales, a las flores y al sol. Su padre era dueño de un comercio importante en Asís. Francisco, cansado de tantos lujos y derroches, un día entró en la tienda de su padre, cogió una pila de piezas de tela, las montó en un burro y las vendió. Tomó todo el dinero y se lo dio al párroco de su pueblo para que cuidara a los mendigos. Cuando se enteró su padre, fue donde el obispo a reclamarle el dinero. Entonces Francisco se desnudó entero, cogió todas sus ropas y se las tiró a su padre delante de todos; y le dijo a voz en grito: «Desde ahora no tendré más padre que a Dios».
Su pobreza y sencillez ha encandilado a millones y millones de cristianos y no cristianos que han visto en él una alternativa al consumo y a una vida vacía y sin sentido.
El 0’7 del PIB
En una importante reunión de las Naciones Unidas durante el año 1972, se analizaron los problemas económicos causantes del subdesarrollo del Tercer Mundo. Se llegó a la conclusión que si todos los países ricos y desarrollados destinaran 70 céntimos por cada 100 pesetas de riqueza obtenida al cabo del año, se solucionarían muchos de los graves problemas sanitarios, de alimentación, escolares, etc., de los países en vías de desarrollo. Era una buena solución para aminorar las diferencias que entre el Norte rico y opulento y un Sur cargado de problemas cada día mayores.
Pocos aportan ayudas por encima de este 0’7 %: Arabia Saudí es el país más generoso y entrega el 3’4%; Noruega, Holanda, Dinamarca y Suecia alrededor del 1%. La mayoría de los países ricos están por debajo de 0’7: Finlandia, Francia, Canadá, Australia, el 0’5; el 0’3 dan muchos de los países desarrollados; USA, a pesar de su riqueza y propaganda, tan sólo ayuda con 20 céntimos, Portugal con 19 céntimos y España, con 15 céntimos.
IGUALES Y DIFERENTES
Desde los labores de la humanidad los seres humanos se han percibido como diferentes. Estas diferencias son raciales, de lengua, credo, costumbres… Pero, al mismo tiempo, algo une profundamente a todas las personas por encima de sus diferencias. La igualdad en la diferencia es otra de las grandes utopías.
Cada grupo humano ha creado un conjunto de hábitos sociales, normas y tradiciones encaminadas a dar sentido a la vida y a resolver de la mejor forma las necesidades vitales. Cuando estas diferencias no se integran, aparece el racismo. Todas las épocas ha estado marcadas por diferencias no integradas, y por grupos de personas que han sojuzgado a otros. Afortunadamente también existieron gentes comprometidas con defender la igualdad y contribuir a una integración efectiva de las diferencias.
En concreto, siempre existió la esclavitud. Desde la más remota antigüedad hallamos documentos en los que se regula la propiedad de unas personas, consideradas como pertenencia de otras. El documento más antiguo y extenso sobre la esclavitud nos los proporciona el Código de Hammurabi, que en el año 1.700 antes de Cristo ofrecía un amplio elenco legal sobre la compra de esclavos, la forma de actuar ante el esclavo huido, la compensación exigida por las lesiones causadas a un esclavo, etc. Los fenicios y algunas tribus del desierto fueron expertos comerciantes de esclavos alrededor del siglo XV antes de Cristo.
En este mismo siglo, Egipto inventó una nueva forma de extorsión y esclavitud. Conscientes como eran de que cada cierto número de años la cosecha de cereales de la ribera del Nilo era desastrosa, tomaban como rehenes-esclavos a los hijos de los grandes jefes de las zonas productoras de cereales cercanas. De esta forma siempre tenían abiertas las puertas de los graneros vecinos.
La situación se mantuvo estable durante el Imperio Romano. En él multitud de esclavos soportaban su situación de forma resignada; formaban parte del engranaje de aquel vasto imperio. Esta situación tan sólo se vio alterada con la aparición de Espartaco, esclavo que encabezó una importante rebelión.
El descubrimiento de América agravó la situación. Multitud de conquistadores dudaron de que los individuos de las nuevas etnias descubiertas fueran personas. Les trataron como bestias de carga. Afortunadamente se alzaron voces valientes que exigieron leyes justas.
Más grave fue aun la importación de esclavos efectuada por Inglaterra para poblar de mano de obra las extensas plantaciones del sur de Norteamérica. Hacinados en barcos insalobres fueron arrastrados a la esclavitud millones de individuos de raza negra, capturados en las costas occidentales de África.
Han transcurrido muchos siglos. La esclavitud fue abolida progresivamente en todos los países. Sin embargo, en la actualidad se abren nuevas formas de opresión. Algunas de ellas están o hunden sus raíces en los países más desarrollados.
Francisco de Vitoria
Es el autor del primer manifiesto sobre los derechos humanos, destinado a defender a los indios de Latinoamérica del exterminio masivo y la esclavitud. Sus escritos causaban sorpresa en España porque hasta su aparición nadie había expuesto ideas tan revolucionarias acerca de la naturaleza y condición de los indios. Muchos conquistadores consideraban a los indios como seres inferiores, dudando incluso de que fueran personas, dotadas de alma, inteligencia y libertad.
Francisco de Vitoria, fraile, investigador y profundo conocedor de los indios dictó a lo largo de su vida una serie de normas que contribuyeron a mejorar la relación entre los españoles y los indígenas. Sus escritos son ejemplo de respeto y tolerancia entre las razas, considerando a todos iguales ante la ley. Multitud de indígenas acudieron a su entierro para rendirle el último homenaje, manifestando así el agradecimiento hacia el hombre bueno que gastó la vida defendiéndoles de la esclavitud y el etnocidio.
Nat Turner
Estados Unidos, 1931: muere ahorcado el dirigente negro Nat Turner, emblemático personaje que había encabezado una rebelión contra la esclavitud en el Sur profundo de los Estados Unidos. Era predicador y recorría los diversos estados sureños anunciando la libertad para sus hermanos de raza. Conocía la miseria de los esclavos que trabajaban en las plantaciones de algodón. Conocía también el vergonzoso proceso de la «cría de negros», destinada a favorecer un alto nivel de natalidad en este colectivo, a fin de incrementar el lucrativo mercado de esclavos. Desde su situación, le entristecía ver cómo sus hermanos de raza se enfrentaban a la esclavitud con el suicidio, la apatía, la rebelión, la huida…
Un buen día tuvo una intuición religiosa: Dios le llamaba a ser un nuevo Moisés, colocándole al frente de su pueblo explotado para conducirlo hacia la tierra de la libertad. Y así lo hizo. Muchos siguieron sus enardecidas predicaciones e iniciaron la lucha, gracias a la cual más de 100.000 esclavos consiguieron huir a Canadá, tierra donde podían ser libres.
MÚSICA, FORMAS Y LUZ, COLOR
No se sabe con certeza cuándo el ser humano comenzó a sentirse artista y a plasmar sentimientos, ideas e intuiciones mediante la música y las artes plásticas. Pero lo cierto es que el arte recorre la historia en un intento de hacer realidad una vieja utopía: dar forma a los sentimientos que bullen en el interior del ser humano y que buscan expresarse para ser comunicados.
Los antropólogos afirman que ni la pintura ni la escultura habrían sido posibles a no ser por la fina sensibilidad y precisión de movimientos que el ser humano desarrolló en los dedos de sus manos. De igual forma, cuando la evolución dotó al hombre de una laringe más alargada fue cuando los órganos de fonación estuvieron preparados para emitir una amplia gama de sonidos que facilitaron palabra y canto. Parece ser que los rituales mágicos para asegurar la caza motivaron las pinturas de colores ocre halladas en cuevas prehistóricas. Y que el alarido ritual, repetido rítmicamente una y otra vez, dio lugar a primitivas canciones.
La inteligencia humana, unida a siglos de aprendizaje y cultura hizo posible pasar del grito rítmico a la orquesta sinfónica; del trazo simple a los cuadros de las pinacotecas. Los egipcios construyeron los primeros instrumentos de los que se tiene noticia: Arpas y flautas. Los griegos acompañaron sus obras teatrales con coros de palabra rítmica. Al mismo tiempo, en África, la música evolucionaba desde el ritmo. Orquestas formadas por unas diecisiete clases distintas de tambores y balafones (especie de xilófono africano) se convertían en vehículo de expresión musical. La China milenaria tuvo orquestas formadas por laúdes, gongs, flautas y tambores…
Las artes plásticas madrugaron aún más. Las primeras estatuillas femeninas de la fecundidad, mostrando mujeres embarazadas, poseen 27.000 años de antigüedad. Las pinturas rupestres nacieron en cuevas prehistóricas hace 12.000 años. Colores ocres elaborados a partir de minerales dieron vida a escenas de caza.
Con la colaboración de millones de seres humanos el planeta se pobló de obras de arte. Leonardo da Vinci, Bach, Mozart, Picasso, Giotto, Beethowen, Van Gogh, Velázquez, Renoir, Dalí, Miguel Ángel, Rafael, El Greco, Verdi, Goya, Sorolla, Rubens, Palestrina, Tomás Luis de Victoria, Vivaldi, Albinoni, Murillo, Paul Gauguin… fueron dando realidad a otros tantos paradigmas del arte.
Pero el arte no es patrimonio de celebridades encumbradas por el éxito. Es expresión vital de cualquier ser humano que desee expresar aquello que es y siente. El arte no es actividad elitista, sino canal y lenguaje a través del cual todo ser humano concreta la utopía de la belleza y la comunicación.
Leonardo da Vinci
Dicen que ha sido la persona de cultura más completa que ha dado la historia de la humanidad. Desde joven comenzó a pintar y, sin abandonar la pintura, se dedicaba a observar el mundo que le rodeaba. Así fue como se apasionó por la anatomía y demostró que nuestros músculos son como palancas, que nuestro ojo es como una lente, que el corazón es como un aparato que bombea constantemente la sangre. Inventó puentes colgantes y portátiles, bombas para sacar agua… Dirigió la construcción de una red de alcantarillado y conducciones de agua potable para su ciudad… Pensó en volar y dibujó bocetos de alas de cuero cosido y hélices similares a las de los modernos helicópteros. Inventó casas portátiles y prefabricadas. Escribió fábulas, poemas, libros de anatomía y de ciencias naturales…
Y pintó cuadros como «La última Cena» y «La Gioconda». Vivió siempre en soledad. Durante los últimos años de su vida sintió la tristeza de tener las manos paralizadas, aquellas manos que tanto habían construido.
Juan Sebastián Bach
Allá por el mes de enero de 1829, un joven músico descubrió una partitura de Juan Sebastián Bach titulada «La Pasión según San Mateo». Aquella obra era de tal envergadura y grandiosidad que precisaba de dos orquestas y dos coros para poder ser interpretada. Nunca hasta entonces la música religiosa había sido empleada para conciertos. El mundo comenzó a valorar —ochenta años después de haber fallecido— a aquel humilde músico que componía para las funciones religiosas, firmando con una escueta frase en el margen: «A la gloria de Dios».
Interpretaba sus propias obras. Las creaba por la noche y las interpretaba al día siguiente. Pero de tanto trabajar por la noche, a la luz de una vela, quedó completamente ciego. De nada sirvieron dos operaciones hechas sobre sus maltrechos ojos. A pesar de esta dificultad siguió ejecutando música al órgano. Murió en el año 1750. La última obra que compuso la tituló: «Oh Señor, ante tu presencia comparezco». Juan Sebastián Bach fue un genio de la música y de la sencillez.
VENCER AL DOLOR, ERRADICAR LA ENFERMEDAD
En todas las épocas de la historia las personas han tratado de hallar remedios para aliviar dolencias y enfermedades. En los inicios primaba la magia. Con el paso de los siglos se descubrieron las causas de las enfermedades y fueron aplicados remedios científicos. Pero desde que el ser humano tiene conciencia, ha buscado eliminar el dolor y erradicar las enfermedades.
La calidad de vida ha mejorado. Sin embargo, la esperanza de una vida mejor sigue siendo una utopía. Más allá del bienestar físico hay un deseo profundo de armonía en el ser humano. No sólo es necesario añadir años a la vida, sino «vida a los años».
Aunque parezca increíble, los primeros tratamientos médicos de los que se tienen datos verificables son trepanaciones de cráneo, del año 8.000 antes de Cristo. Las trepanaciones son orificios practicados en el cráneo para acceder al cerebro. Tanto en América como en el Antiguo Egipto ya se practicaba este tipo de operaciones. Y, lo que es más admirable, algunas personas tratadas de esta forma, vivieron bastantes años después de la operación.
El hallazgo reciente del cuerpo de un hombre congelado en un glaciar del Tirol (Hombre del Tirol, 1991) que vivió hace unos 5000 años, nos ha revelado que este europeo prehistórico portaba en su zurrón varias medicinas naturales para la travesía que estaba realizando.
En el año 2.700 a.C. aparece en Egipto uno de los grandes médicos de la antigüedad: Imhotep. También fueron los egipcios quienes crearon un sistema de atención sanitaria para los trabajadores que construían las pirámides, que no eran esclavos, sino campesinos que en años de carestía recibían alimento del estado a cambio de su trabajo en las construcciones funerarias estatales. El análisis de esqueletos de estos trabajadores nos permite conocer que en aquellos tiempos ya se practicaban amputaciones de miembros, se entablillaban brazos y piernas rotas, etc.
En China e India también madrugó la medicina. Hacia el 2.500 a.C. ya escribieron «los Cánones de la Medicina», donde se recoge un apunte muy interesante sobre la circulación sanguínea. Siglos después, en la lejana India se practicaban injertos de piel, amputaciones, y se curaban las cataratas de los ojos. Los mapas corporales de acupuntura —consistente en clavar agujas en diversas partes del cuerpo para tratar las más variadas dolencias— tienen una antigüedad cercana a los 2000 años.
Hipócrates es considerado como el primer médico. Murió el año 377 a.C. dejando muchos discípulos a los que había inculcado que el primer deber de un médico es procurar lo mejor para sus pacientes. Así quedó por escrito en unas normas que constituyen la base del «Juramento Hipocrático» que aún siguen los médicos actuales.
La medicina ha seguido desarrollándose con el paso del tiempo. Hoy en día podemos hablar de transplantes de órganos, de ecografías y resonancias magnéticas, de cirugía con rayos láser, de haber erradicado la viruela y hallarnos a punto de erradicar la polio, de la aplicación de los avances genéticos a la medicina… Pero seguimos anhelando la utopía de erradicar el dolor y el sufrimiento.
A. Fleming – L. Pasteur
Hijo de unos humildes granjeros ingleses, A. Fleming llegó a descubrir la penicilina, dedicándose después en cuerpo y alma a buscar la salud de la humanidad y llegando a ser —con su trabajo, constancia y dedicación— una de las personas que más vidas ha salvado en la historia.
L. Pasteur arriesgó su vida para conseguir la vacuna contra la rabia. No patentó su invento para enriquecerse, antes enseñó a muchos todo cuanto sabía para bien de los seres humanos. Enviaba médicos allí donde se desataban epidemias, logrando que en pocos años el uso de las vacunas se extendiera por todo el mundo.
Dos de los muchos ejemplos de vidas consagradas a la medicina para bien de la humanidad. Y no quedaron ahí, fueron verdaderos maestros capaces de mover con su ejemplo a otras muchas personas para que lucharan por el bien de los seres humanos, y de crear instituciones que perduran hasta nuestros días.
Cada año mueren…
Según últimos datos ofrecidos por UNICEF, a pesar de los avances conseguidos en favor de la sanidad infantil, cada año siguen muriendo 3 millones de niños y niñas menores de un año por no tener medios para vacunarse de las siguientes enfermedades que, aquí en nuestro país, no suponen problemas graves. La enfermedad que mayor número de muertes infantiles provoca al año es el Sarampión. En los países donde no se puede vacunar a los niños por falta de asistencia sanitaria mueren 1.500.000 niños y niñas al año.
Cuando nos hacemos una herida con un clavo nos inyectan en el hospital una sencilla vacuna. La falta de esa sencilla inyección hace que mueran al año más de 1 millón de niños. Por otro lado, más de medio millón perecen al año a causa de la tosferina. Lo más grave: vacunar a un bebé de todas estas enfermedades cuesta alrededor de 200 pesetas… A pesar de ello nuestra sociedad sigue derrochando billones y billones en armamentos y campañas inútiles.
ECOLOGÍA Y LEYES MÁS HUMANAS
La conciencia ecológica es muy antigua, sin embargo se ha agudizado en las últimas décadas, cuando la persona humana ha comprendido que un desarrollo insostenible puede dar la traste no sólo con el progreso, sino también con la especie humana. Por otro lado, la convivencia en orden y armonía es otra de las grandes utopías de la persona humana desde que surgieron las primeras ciudades en la antigua Mesopotamia.
La contaminación del aire y del agua comienza a generar nuevos problemas no vividos con anterioridad por la especie humana. En los últimos 300 años, por ejemplo, los humanos han multiplicado por mil la tasa de extinción de especies: se estima que actualmente desaparece una especie cada 15 minutos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza asegura que en la actualidad hay unas 500 especies de mamíferos en vías de extinción. Las aves que se hallan en esta situación son 880, los reptiles 170; tortugas, osos, tigres, mariposas gigantes, monos, foca monje, panda gigante, cóndor, rinoceronte… son algunos ejemplos de animales que podrían desaparecer en breve de la faz de la tierra.
Respecto a otros aspectos de la convivencia, ya hace unos 3.750 años, el rey babilonio Hammurabi estableció las primeras leyes escritas que regulaban el comportamiento de sus ciudadanos. Este código se halla esculpido en una piedra negra de algo más de dos metros de altura. En ella el dios Marduk entrega a Hammurabi las leyes que facilitarán la convivencia de su pueblo. Y allí aparecen 282 normas y preceptos que organizan el comportamiento relativo a la familia, las propiedades, los esclavos, los salarios, las disputas entre vecinos, las lesiones ocasionadas… Tras enunciar estas leyes viene un epílogo que cita maldiciones para quien no cumpla con la legalidad y bendiciones para los cumplidores.
Las Tablas de la Ley de Moisés fueron una continuación de esta costumbre babilónica de grabar las leyes en piedra. Este código fue recopilado en algunos de los libros del Pentateuco.
El Imperio Romano recogió las anteriores intuiciones y elaboró un cuerpo de leyes tan bien estructurado que todavía los códigos legislativos europeos actuales están basados en aquella forma romana de legislar. Crearon tribunales con jueces que se encargaban de decidir si una persona era culpable de un delito o no. En los casos más graves, los acusados contaban con la ayuda de un abogado (ad-vocatus) que hablaba en su nombre.
El ideal de justicia está representado por una estatua femenina con ojos vendados. En una mano sostiene una balanza, con la otra mano empuña una espada. Con esto se quiere significar que la justicia debería tener los ojos vendados para no tener favoritismos con nadie, y sopesar como en una balanza, todas las pruebas con equidad. La espada significa el castigo que deberá aplicar a quienes transgredan la ley.
El orgullo de la civilización moderna, que cree poder vivir de espaldas a la naturaleza, se halla en el fondo del problema ecológico. Pero la utopía de un planeta limpio y renovado, sigue viva. En cuanto a las leyes y pesar de los pasos que se han ido dando a lo largo de la historia, la justicia es imperfecta y sigue siendo una meta todavía por alcanzar. En la actualidad hay cerca de 105 países que aún contemplan la pena de muerte como un castigo posible, aunque en bastantes de ellos nunca llega a ejecutarse. Austria fue el primer país que abolió la pena de muerte allá por el año 1787.
Licurgo, el primer legislador
El legislador Licurgo (700 a.C.), según afirma la tradición, recibe de los dioses el encargo de ordenar la sociedad, regular la convivencia y facilitar el mutuo respeto. Por ello, inició un trabajo pionero y fundamental para la convivencia y la tolerancia de los pueblos, por el que se le recordará siempre como el autor de la primera Constitución de la historia. Recibió el encargo de promover leyes tan interesantes como las siguientes, citadas al pie de la letra: «Fundar un santuario. Crear familias y comunidades de personas que se ayuden mutuamente. Nombrar un parlamento de ancianos de 30 miembros, dirigidos por un presidente. De tanto en tanto reunir a toda la asamblea del pueblo, para que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de dar su opinión, porque las grandes decisiones deben estar en manos del pueblo».
Las ideas que subyacen en este primitivo documento comienzan a ordenar la vida ciudadana. Los pilares donde se asienta esta legislación son el respeto mutuo, la participación y el consenso a la hora de tomar decisiones.
Greenpeace – Amnistía Internacional
La organización «Greenpeace» lucha y se esfuerza, desde hace años, por defender la vida de la tierra y del mar, de las agresiones a las que está sometida continuamente. En los últimos tiempos ha realizado espectaculares acciones para la defensa del mar y se ha hecho clásica la imagen de sus miembros a bordo de pequeñas lanchas «zodiac», intentando detener las acciones contaminantes de grandes barcos y petroleros. En la actualidad cuenta con tres millones de socios en todo el mundo.
Uno de los derechos fundamentales de la persona es el ligado a ideologías políticas. Sin embargo, en multitud de países, millones de personas han sido encarceladas, torturadas y ejecutadas por tener determinado pensamiento político. «Amnistía Internacional» —una de las primeras ONG, creada en 1962— ha conseguido un merecido reconcimiento por el trabajo de sus voluntarios comprometidos con la utopía de defender la justicia y los Derechos Humanos.
ESCRIBIR, LEER, VIAJAR, EXPLORAR… PARA COMUNICAR
El ser humano ha mantenido siempre viva la utopía de la comunicación. Aquello que piensa, siente, ve e imagina no sólo puede ser comunicado entre los que conviven en un momento histórico concreto, sino que puede ser transmitido a otras personas lejanas en el tiempo y en el espacio. Igualmente, mujeres y hombres han vivido siempre la utopía de llegar más allá de los límites del horizonte que contemplan, para adentrarse en lugares ignotos. En el empeño, no sólo pesa el afán de aventura, también el de conocer nuevos lugares y encontrar otros caminos para la vida.
La escritura es uno de los grandes pasos dados por el ser humano en el intento de comunicarse más y mejor. Parece ser que fueron los egipcios quienes inventaron un primer sistema de signos para representar ideas. Estos signos fueron creados a partir de dibujos muy estilizados de realidades materiales. A este primitivo tipo de escritura se le denominó escritura jeroglífica. Los sumerios, por su lado, poseían gran cantidad de narraciones, datos históricos, contratos comerciales… que fueron grabados con punzones sobre tablillas de arcilla tierna. Gracias a su alfabeto formado por letras con rasgos en forma de cuña (cuneiforme) ha llegado hasta nuestros días la biblioteca del Palacio del rey Asurbanipal, dotada con cerca de 25.000 tablillas. El documento «estrella» de esta biblioteca es el «Poema de Gilgamesh», relato del Diluvio anterior al narrado por la Biblia. A su vez, el primer libro de la humanidad, conservado en el Museo Británico, es una copia de lujo del texto sumerio «Enuma Anu Entil», datos muy valiosos de astrología y predicciones del futuro. Está formado por 16 planchas de marfil y 16 de madera.
En lo tocante al explorar y viajar, los antropólogos han hallado restos de primitivas embarcaciones que dan fe de viajes por mar que se remontan a plena época prehistórica, hace 300.000 años. Existen noticias de los viajes que realizaban los polinesios 1.500 años antes de Cristo. Mejor conocidas nos son las actividades comerciales de los fenicios o las actividades viajeras de los griegos. Marco Polo no sólo realizó un viaje que duró cerca de veinte años, sino que lo narró todo en el «Libro de las maravillas». Casi dos siglos después, en 1492, Cristóbal Colón consolidó la ruta hacia el «Nuevo Mundo». Recientemente, la nave espacial «Mars Polar Lander» llegaba a Marte, pero no consiguió culminar la empresa que tenía encomendada: un fracaso que, sin duda, seguirá espoleando el deseo de aventura y exploración.
Guía de Reflexión y Compromiso
No proponemos ninguna pauta concreta de trabajo. Cada uno de los apartados del texto sugiere diferentes caminos de la utopía que debemos seguir abriendo con nuestra propia vida. Tras su lectura, pueden hacerse cuadros con los valores —y posibles «contravalores» que se escondan detrás— que aparecen, analizarlos y tratar de concluir con las implicaciones de todos ellos para la vida personal.
La tortura es abolida en Inglaterra
El 13 de abril de 1.638 fue definitivamente abolida la tortura en Inglaterra. Así se pone fin a un bárbaro sistema empleado tanto con delincuentes comunes como con presos políticos.
Desde la antigüedad el ser humano ha ideado sistemas y artilugios destinados a causar males físicos y psíquicos a sus semejantes. Singular importancia ha tenido el método de la tortura, encaminado a arrancar confesiones a los reos y a prolongar o agudizar sus sufrimientos.
La tortura aceptada en la Inglaterra del siglo XVI incluía la posibilidad legal de: romper brazos y piernas, practicar quemaduras a los presos con antorchas o hierros candentes…
Los delitos menores se castigaban con amputaciones de manos, orejas o lengua. Los delitos mayores conllevaban la pena de muerte: horca, decapitación, enterramiento en vida, hoguera…
Este tipo de procedimientos está en vigor actualmente en algunos países del mundo.
Henri Dumat
Fundador de la Cruz Roja Internacional y primer premio Nobel de la Paz. Durante el año 1859 participó en la guerra que enfrentó a Napoleón III y al emperador Francisco José. En el campo de batalla vio a miles de soldados agonizar heridos, durante varios días, entre terribles sufrimientos y en la más absoluta soledad. También sintió el abandono de millones de civiles que recibían en sí los horrores de una guerra en la que ellos no participaban: Ancianos, mujeres y niños heridos, hambrientos, exiliados a países desconocidos. Acabada esta guerra daba a conocer al mundo entero sus experiencias en un libro ya clásico que tituló: «Recuerdos del Solferino» .
Tanto impacto causaron sus escritos y sus propuestas que le encargaron formar una «Conferencia Mundial para la ayuda a las Víctimas de la Guerra». En ella nació la Cruz Roja Internacional, organismo extendido por todo el mundo, comprometido fundamentalmente con ayudar a las víctimas de la guerra.
Albert Schweitzer
Nacido en Alemania y también Premio Nobel de la Paz en 1952. Médico y teólogo renombrado y crítico, llegó a ser también un excelente músico capaz de ejecutar magistralmente piezas al órgano. Un buen día, cansado de teorías y tras profundizar en sus conocimientos de medicina, marchó al corazón de África. Allí compartió su vida, como voluntario, con los más necesitados. Quería hacer el bien, cuidar cuerpos enfermos y devolver la esperanza y la alegría a quienes sufrían. En medio de la salvaje e intrincada selva africana, cerca de la aldea de Lambaréné, se levantó el hospital del «Gran Doctor». Era como la aldea donde se cuidaba la vida.
Albert Schweitzer abandonó todo lo que tenía en su Alemania natal y buscó el lugar más inaccesible y necesitado de toda África. Los inicios fueron difíciles porque hubo de adaptarse a las formas culturales diversas. Pero muy pronto conseguiría hacerse un hueco entre aquellas gentes. Todos acabaron llamándole «el hombre bueno». Hablaba el lenguaje de la solidaridad que no conoce fronteras.
Toribio de Paredes
Hace más de cuatro siglos, vivió en México un hombre bueno llamado Toribio de Paredes, fraile franciscano a quien los indios llamaban «el pobre» por la vida austera y generosa que llevaba.
A pesar de la pobreza en la que vivía, tenía los ojos bien abiertos y miraba al futuro .Su contribución a la historia de las razas y culturas fue la siguiente:
Muchos de los conquistadores, hombres supersticiosos y de poca cultura, quemaban libros y manuscritos de los aztecas, considerándolos obras diabólicas. Fray Toribio de Paredes se dedicó a estudiar estos libros que contenían leyes, leyendas y costumbres. Los guardó y defendió de las llamas… lo cual casi le cuesta a él ser arrojado a la hoguera. No contento con estudiarlos, creó una escuela para investigar estos manuscritos aztecas rescatados de la destrucción.
Hoy en día, gracias a su esfuerzo, los antropólogos saben muchas cosas acerca de los aztecas y otras civilizaciones que existían en América antes del Descubrimiento.
El respeto a otras culturas y formas de pensamiento es algo por lo que las grandes personas han luchado a lo largo de la historia.
Promulgada el Acta de Emancipación
El presidente Abraham Lincoln publicó un 22 de septiembre de 1862 el Acta de Emancipación. Dicha acta es ley por la cual quedan en libertad todos los esclavos existentes en los estados sureños.
Varios siglos antes de esta fecha, cientos de miles de hombres y mujeres de color, procedentes del África negra fueron conducidos hasta las plantaciones del nuevo mundo. Cruzaban el océano Atlántico hacinados en barcos insalobres, sometidos a toda clase de humillaciones y vejaciones, castigados a punta de látigo por sus captores. En el transcurso de estos viajes multitud de ellos morían de hambre, afixia o enfermedades. Sin embargo nada de ello importaba al hombre blanco, pues eran considerados como mera mercancía.
Tal día como hoy, millones de esclavos negros han adquirido la libertad. Sin embargo el camino hasta conseguir la igualdad de derechos con los blancos es un largo trayecto a recorrer.
Lincoln deseó, además del buen propósito de terminar con la humillante lacra de la esclavitud, facilitar la rebelión e insurrección de los esclavos, poniendo así en graves dificultades a sus enemigos del Sur.
4. Escribir para comunicar
El ser humano ha mantenido siempre viva la utopía de la comunicación. Aquello que él piensa y siente no sólo puede ser transmitido a quien convive a su alrededor, sino que, -mediante la escritura-, puede ser transmitido a otras personas lejanas en el tiempo y en en el espacio.
La escritura es uno de esos grandes pasos que ha dado el ser humano en su intento de comunicarse. Mediante un sistema de signos grabados sobre distintos materiales, otras personas pueden comprender las ideas y narraciones que contienen
La biblioteca. Alejandría. Año 350 a.C.
Una biblioteca es un conjunto ordenado de libros, debidamente clasificados y situados en lugares concretos para acceder a ellos, pudiendo de esta forma consultarlos y leerlos. Distintas culturas, desde los principios de la producción literaria, comenzaron a almacenar textos escritos.
Fue el rey Asurbanipal, en el Oriente Medio y hacia el segundo milenio antes de Cristo, quien inició la actividad de recopilar textos escritos. Sin embargo esta primera biblioteca no estaba constituida por libros en el sentido actual de la palabra. Se trataba de tablillas de barro escritas con punzones sobre la arcilla húmeda y blanda. Posteriormente eran cocidas, dándoles una consistencia tal que les ha permitido durar milenios. El rey Asurbanipal recopiló en su palacio alrededor de 22.000 tablillas de barro, escritas de esta forma. Muchas de ellas han llegado hasta nuestros días y son estudiadas y descifradas en la actualidad.
No obstante, la primera biblioteca en el sentido actual de la palabra, la creó el sabio Calímaco de Cirene, hacia el año 350 antes de Cristo en la ciudad de Alejandría, en el norte de África. Él realizó el primer esfuerzo de almacenar, clasificar y ordenar más de medio millón de obras literarias.
Sin embargo, toda esta inmensa riqueza cultural no ha llegado hasta nuestros días: un pavoroso incendio la destruyó completamente la primera y gran biblioteca de la historia de la humanidad.
Los libros, desde el principio de la humanidad han sido símbolo de cultura, de ideas que se transmiten y pasan de generación en generación.
Miguel de Cervantes Saavedra
Nació en Alcalá de Henares durante el año 1547, hijo de un pobre cirujano. Su niñez transcurrió en diversas ciudades debido a la precariedad económica de su familia, lo que no le impidió recibir una educación superior a la normal para su condición. En Madrid estudió en un colegio dirigido por López de Hoyos, auténtico maestro literario de Miguel de Cervantes.
Llevó una vida agitada: En 1569, a causa de un duelo, huyó a Italia, donde fue ayudante de cámara del cardenal Acquaviva. En 1571 intervino en la batalla de Lepanto y una herida le inutilizó la mano izquierda. En 1573 participó en una expedición militar contra Túnez. Estuvo cinco años cautivo en Argel, de donde fue rescatado por la Orden de los Trinitarios, que se dedicaban a liberar prisioneros y esclavos.
A los 37 años se casó con Catalina de Salazar. Un año después publicaba sus primeros libros, al tiempo que frecuentaba los ambientes literarios de Madrid e iniciaba sus enfrentamientos dialécticos con Lope de Vega.
Ejerció de recaudador en Sevilla para la Armada Invencible, y fue encarcelado al no justificar la pérdida de cierta cantidad de dinero. En 1605 se publicó la primera parte del «Quijote», que le reportó muy pocos beneficios económicos, lo cual le incitó a ingresar en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento como medio para conseguir alguna protección. Bajo el mecenazgo del conde de Lemos publicó las «Novelas ejemplares»
Ha pasado a la historia como el creador de la novela moderna a raíz de su obra «El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha», pero también como maestro de la novela corta, de lo que son buena prueba sus «Novelas ejemplares».
Julio Verne
Era un sencillo escritor de obras de teatro. Pero sus comedias no llegaron nunca a alcanzar gran éxito. Sin embargo todo cambió en 1865, a raíz de la publicación de una original novela titulada «De la tierra a la Luna». No sólo era una novela. Por medio del relato, Julio Verne, anticipaba el futuro con prodigiosa exactitud. Ello hizo que sus escritos fueran tan populares y alcanzaran tanta difusión.
Animado por el éxito de su primera novela de ciencia ficción abandona el teatro y se entrega a escribir títulos como: «20.000 leguas de viaje submarino», «La vuelta al mundo en 80 días», «Viaje al centro de la Tierra», «La Isla misteriosa»…
Millones de personas han gozado con sus fabulosas visiones del futuro, a menudo revestidas de aspectos científicos. Pero sus novelas no son sólo visiones futuristas. Julio Verne se esfuerza por realizar una fina descripción de personajes. También aparece la constante descripción de un mundo en el que los avances técnicos están al servicio del bien. Recientemente se ha descubierto una novela inédita suya. En ella ya se describe un aparato similar al Fax actual, que sirve para enviar mensajes escritos a través del teléfono.
Julio Verne es una mente privilegiada que supo clavar su visión en el futuro, pero de forma creativa y con un sentido positivo. Julio Verne está convencido que las personas van a utilizar, para el bien y para la paz, todos los inventos que serán capaces de producir.
Murió en marzo de 1905 en la ciudad francesa de Amiens a la edad de 77 años. Le cabe el honor de haber inventado, y dominado magistralmente, el género de ciencia-ficción, y de haber mantenido una esperanza grande y una visión positiva de la humanidad.
Miguel Ángel Buonarotti
Miguel Angel Buonarotti ha pasado a la historia como el mejor escultor que haya producido la humanidad. Su madre murió cuando él apenas contaba seis años y su infancia transcurrió en un ambiente hostil y sin ternura. Se refugió en el dibujo. En la escuela gastaba todo el tiempo dibujando y, al llegar a casa hacía otro tanto. Su padre le pegaba para corregirle… y las palizas se hicieron más frecuentes y más duras, pero el espíritu artístico del muchacho permaneció incólume.
Comenzó como aprendiz de grandes maestros. Sus primeros trabajos consistieron en desbastar bloques de mármol en los jardines de los Médicos. Día a día se fue entrenando y sus músculos cobraron vigor, y su vista y su tacto se hicieron más seguros.
Amplió su cultura con numerosas lecturas y se aficionó a escribir poemas y sonetos.
Cuando ya era un artista famoso, le humillaron: Había nevado y el hijo de los Médicos le mandó que esculpiera un muñeco de nieve… Pero se sintió tan humillado que huyó y se fue a Roma. En Roma, dolido por la humillación, produjo una de sus obras maestras: La Piedad. Consiste en una imagen de la Virgen que tiene en su regazo el cadáver de Cristo descendido de la cruz.
Se sentía muy orgulloso de esta obra… Pero un día escuchó a varias personas atribuir su escultura a otro artista. Esto le ofendió, y amparándose en las sombras de la noche, entró en el Vaticano y, provisto de un mazo y un cincel grabó estas palabras en la banda que rodea el pecho de la Virgen: «la hizo Miguel Ángel Buonarotti, de Florencia» Fue la única vez en su vida que firmó una escultura.
También realizó las pinturas de la Capilla Sixtina, en el Vaticano. Se trata de una serie magnífica y compleja de pinturas que van desde la Creación de Dios hasta el Juicio Final, adornando el techo de una gran sala. Las complicadas formas curvas del techo le supusieron a Miguel Ángel una dificultad añadida.
Miguel Ángel ha sido uno de los mejores artistas que ha tenido la humanidad. Sin embargo, sus biógrafos subrayan lo agrio de su carácter y un altivo orgullo que le acompañó casi hasta el final de sus días, cuando conoció a Vittoria Colonna, una mujer que le comprendió y ayudó a dulcificar su carácter.
A. Fleming
Nació en Inglaterra en el año 1881. Era hijo de unos humildes granjeros. preocupados por la formación de su hijo. Se trasladó a Londres, donde se matriculó en la Facultad de Medicina del Saint Mary Hospital. Estudió medicina, farmacología y química orgánica.
En 1908 se doctoró para dedicarse a investigar las infecciones producidas por las bacterias. Fue médico en la I Guerra Mundial y estudió las infecciones producidas por heridas en combate, desarrollando algunos métodos para vencerlas. También descubrió la importancia de los glóbulos blancos de la sangre como agentes muy importantes para combatir bacterias nocivas.
En 1926 accedió a la cátedra de bacteriología del Saint Mary, y dos años más tarde descubrió casualmente la penicilina: En unos cultivos bacterianos que se proponía estudiar observó la presencia de un hongo que tenía la propiedad de disolver y hacer desaparecer las colonias de bacterias. Era la penicilina. A partir de este momento se dedicó en cuerpo y alma a perfeccionar su descubrimiento, consciente de la importancia que iba a tener en el bienestar y la salud de la humanidad entera.
En 1942, Fleming completó sus investigaciones sobre la penicilina, aplicándola eficazmente a casos clínicos. Su utilización salvó la vida de decenas de miles de soldados heridos en la Segunda Guerra Mundial. Poco después se fabricaba industrialmente en varios países. Fleming recibió el premio Nobel de medicina en 1945
El hijo de aquellos humildes granjeros quizás sea la persona que más vidas haya salvado en la historia de la humanidad, gracias a la penicilina, y a su trabajo, constancia y dedicación.
Luis Pasteur
Un 14 noviembre de 1888 se inauguraba en París la sede del Instituto Pasteur, una de las entidades científicas y humanitarias que más ha contribuido en los últimos cien años a salvar vidas humanas. En este lugar un doctor llamado Luis Pasteur inventó la vacuna
Otros doctores habían investigado la vida de los microbios. Sin embargo fue Luis Pasteur el primero en comprender las su vital importancia tanto en lo negativo, – como portadores de enfermedades -, como en lo positivo.
Comenzó sus largas investigaciones sobre la fermentación del vino, la cerveza y el vinagre. Luego centró sus estudios sobre lo importante que era desinfectar los quirófanos e instrumental con el que se realizaban las operaciones, dado que muchas personas operadas morían a causa de infecciones contraídas con el instrumental de la operación.
Su gran descubrimiento comenzó cuando inició investigaciones para combatir la rabia, enfermedad terrible transmitida por mordedura de perro o animal rabioso, que en aquellos tiempos no tenía solución y conducía a un muerte terrible. Pensó Pasteur que si se debilitaba convenientemente el virus de la rabia, podría emplearse como una vacuna protectora que estimulase al organismo a producir defensas.
Arriesgó muchas veces su vida, dado que para conseguir este virus, con un tubo de vidrio chupaba la saliva babeante de perros rabiosos, para inyectarla luego en conejos… y preparar la vacuna.
Inició experimentos con animales y obtuvo éxito. Por fin un día le llevaron a un niño de 9 años, llamado José Meister, que había recibido catorce mordeduras de un perro rabioso… Y dado que el niño iba a morir sin remedio, le inyectó su vacuna, y curó.
Pasteur, no sólo realizó este descubrimiento sino que hizo algo muy interesante: No guardó este invento para enriquecerse. Tras los primeros éxitos enseñó todo lo que sabía a muchos médicos a quienes enviaba a aquellos puntos del mundo donde se desataban epidemias. Así, en pocos años el uso de las vacunas se había extendido por todo el mundo. Como muestra de reconocimiento, y para potenciar esta labor se creó el instituto que lleva su nombre.
Cuando hoy en día se desata una epidemia en cualquier parte del planeta, la sanidad de todo el mundo sabe que las puertas del Instituto fundado por el doctor Pasteur siguen abiertas.
8. Viajar y explorar para conocer
Hace pocas fechas la nave espacial «Mars Polar Lander» llegaba a Marte, en un intento de explorar antiguos vestigios de agua y captar el sonido de un viento que barre el planeta a quinientos kilómetros por hora… El fracaso de la nave y los enigmas que la han rodeado, son un nuevo aliciente que espoleará el deseo de aventura y exploración del hombre.
El ser humano siempre ha vivido la utopía de llegar más allá de los límites del horizonte que contempla; romper el paisaje conocido para adentrarse por lugares ignotos. En este empeño ha pesado tanto el afán de aventura como el de conocer nuevos lugares; el deseo de comerciar y el ánimo de encontrar nuevas riquezas.
El «homo antecesor» (hombre de Atapuerca) ya fue heredero de grandes migraciones anteriores provocadas por el afán de sobrevivir. Todo ello ocurría cuando la inteligencia se hallaba en sus albores y el lenguaje oral era tan sólo un esbozo.
Los antropólogos han hallado restos de primitivas embarcaciones, muy semejantes a grandes troncos toscamente labrados, que dan fe de primitivos viajes por mar hace 300.000 años, en plena prehistoria.
Los polinesios navegaron todo el Océano Pacífico. Hacia el año 1500 antes de Cristo, la reina egipcia Hatseput, financió a sus exploradores para que recorrieran todo el continente africano. Documentos escritos hablan del misterioso país de Punt al que llegaron. Circunvalaron por mar el continente Africano.
Alrededor del año 800 antes de Cristo los fenicios comerciaron con multitud de lugares de la cuenca del Mediterráneo. Trescientos años más tarde, el fenicio Hanno, atravesando el Estrecho de Gibraltar, se adentraba en el Atlántico y bordeaba toda la costa africana, llegando a Senegal en un intento de hallar nuevos lugares para asentamientos fenicios.
Los griegos, representados por Piteas allá por el año 350 antes de Cristo, salieron del Mediterráneo y, bordeando la península Ibérica y la costa occidental francesa, llegaron hasta Gran Bretaña, Islandia y Noruega.
En el otro extremo del mundo el monje budista Fa Hsien, atravesó el continente asiático, por la ruta de la seda, en un intento de aprender más sobre los orígenes y textos de la religión.
Existen pruebas históricas de que los vikingos Erik el Rojo y Erikson, atravesaron el Atlántico Norte y establecieron poblados en Terranova y Groenlandia por el año 800. Posteriormente arribaron a un nuevo país al que denominaron «Vinland», la actual Norteamérica.
Y el afán de viajar fue haciéndose más fuerte y consciente.
Marco Polo, el venciano, no sólo realizó un viaje que duró cerca de veinte años, sino que lo describió en el «Libro de las maravillas». Hacia el año 1300 Ibn Battuta se adentró por el desierto del Sahara. Lo cruzó de norte a sur, llegando al país Bambara, actualmente República de Malí.
Casi dos siglos después, en 1492, Cristobal Colón consolidó el camino hacia el Nuevo Mundo. Pocos años más tarde Magallanes partía con cinco barcos y 260 hombres con el propósito de circunvalar el mundo por mar. Murió en el intento. Pero un resto de su expedición, -formada por un barco y 18 hombres-, llegó a puerto comandada por Juan Sebastián Elkano.
Hernán Cortes, Francisco Pizarro, Vasco de Gama, San Francisco Javier, David Livingstone, Amundsen y Scott…concretaron la utopía de abrir horizontes.
Cristobal Colón
Cristobal Colón nació en 1451. Desde joven sintió la llamada del mar. Antes de realizar su gran viaje, realizó cientos de viajes por mar, transportando cargamentos de azúcar desde España y Portugal a la isla de Madeira.
Tenía 40 años cuando llegó a la conclusión de que dirigiéndose hacia occidente llegaría necesariamente a la India, país de la seda y las especies. Muchos le trataron de loco y le negaron la ayuda, pero los Reyes Católicos confiaron en él y financiaron su viaje. Hay investigadores que afirman que tal vez, en alguno de sus viajes anteriores a 1492, pudo haber llegado a América, dada la seguridad que siempre mostró en su proyecto. Pero se trata de una mera suposición.
El 3 de agosto de 1492 comenzaba una de las mayores aventura de todos los tiempos. Zarpó desde el puerto de Palos con tres carabelas: Pinta, Niña y Santa María. Colón viajaba en la última. Le acompañaban ciento veinte tripulantes. Transcurrieron casi tres meses de ansiedad y sufrimientos. Por fin avistaron el primer islote, se llamaba Guanahaní. Colón lo llamó San Salvador porque en él hallaron salvación.
En marzo de 1493 regresaban. Trajo consigo diez indígenas y una carga de productos exóticos. Los Reyes le nombraron almirante, virrey y gobernador de las nuevas tierras. Colón realizó tres nuevos viajes.
Colón murió en 1506 creyendo que había descubierto un nuevo camino hacia la India, sin saber que había descubierto un Nuevo Continente.
Marco Polo
En el mes de enero de 1295 regresaba a la ciudad italiana de Venecia el más famoso viajero del mundo: Marco Polo. En el transcurso de un viaje, que duró veinticuatro años, descubrió los parajes más recónditos y extraordinarios de Asia entera.
Marco Polo había nacido en esta ciudad. Fue en el año 1271, cuando sólo contaba 17 años, cuando partió junto con su hermano hacia la lejana China. Varios años después habrá cruzado el inmenso territorio de China hasta llegar a Pekín.
En su viaje se encontrará con el mítico Kubla Khan, emperador omnipotente del territorio mongol. En medio de una cultura extraña Marco Polo conseguirá sobrevivir gracias a su ingenio y capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias que surgían en su caminar.
Su estancia en Asia Central durará dieciséis años y se granjeará la amistad y aprecio del Kubla Khan, quien le nombrará su embajador para los territorios del Tíbet y la India. Ello aumentará la capacidad viajera de Marco Polo. En 1291, aprovechando que el Gran Kan le manda conducir una princesa hasta Persia, aprovechará para regresar a Europa y volver a establecerse en su querida Venecia, que tanto añoró siempre. Tras cuatro años de penosa navegación consigue arribar a su tierra.
Recién llegado participará en la guerra que la ciudad de Venecia mantiene con la ciudad de Génova y será hecho prisionero. Estando en la cárcel conoce a un escritor llamado Rusticiano de Pisa. En largos espacios de tiempo le narrará la historia de sus viajes y será este escritor quien redacte el famoso libro que narra las aventuras de Marco Polo: «Libro de las Maravillas del Mundo».
Liberado de la cárcel regresó Marco Polo a Venecia, donde murió en 1324, a los sesenta años de edad. Sus paisanos no terminarán nunca de creer las aventuras que se relatan en el libro de sus viajes y le advierten de las penas que sufrirá en el otro mundo por decir tantos embustes. Marco Polo, por toda respuesta se justificará diciendo: «No he contado ni la mitad de lo que vi».
Marco Polo no sospechó nunca que el mundo fuera redondo. Sin embargo su narración inspiró, ciento cincuenta años después, a otro gran navegante: Cristobal Colón, quien llevó en su travesía, un ejemplar del «Libro de las maravillas del Mundo» de Marco Polo.
Su vida arriesgada y valiente le ha convertido para siempre en modelo de explorador, caminante y aventurero.
Amundsen y Scott
Hasta el 14 de diciembre de 1911 el corazón de la Antártida era un lugar tranquilo e inexplorado. En esta fecha el explorador noruego Roald Amundsen, de 39 años, al frente de un equipo integrado por cuatro hombres, fue la primera persona en llegar al Polo Sur. Amundsen nació en Noruega en el 1872.
Pero la gloria no hay que otorgársela tan sólo a él. Simultáneamente a su viaje, el inglés Robert Falcon Scott, se propuso seguir la misma hazaña, aunque no llegó nunca a conseguir su propósito.
Durante todo el otoño de este año, ambas expediciones encabezadas por Amundsen y Scott lucharon encarnizadamente y compitieron hasta la extenuación por ser los primeros en conseguir el objetivo del Polo Sur.
Amundsen escogió como punto de partida la base antártica de Likttle América: desde allí partió el 28 de octubre utilizando 4 trineos tirados por 56 perros.
Scott, por su parte emprendió el arriesgado viaje por una ruta a partir de Cap Evans, situado en el mar de Ross. El capitán inglés eligió un itinerario más largo, pero utilizó trineos tirados por caballos y trineos a motor. Amundsen, utilizando medios más tradicionales y apropiados al clima terminó por conseguir su objetivo. La mala suerte se ensañó con Scott: los caballos no se adaptaron al clima y fueron sacrificados; los motores de los trineos se averiaron. Finalmente una tormenta obligó a parte de la expedición a replegarse…
Es de admirar la capacidad de esfuerzo y sacrificio que desarrollaron estos dos exploradores, enfrentados en la vida, pero unidos en el tiempo. Son conocidas las penalidades que ambos exploradores hubieron de sufrir en su camino hacia el Polo Sur.
Noah Sealth
En el año 1855, el jefe indio Noah Sealth, pronunció un discurso ante los grandes jefes blancos que deseaban comprar las tierras de su pueblo por 150.000 dólares. Su voz resonó anticipando el futuro:
«Cómo pueden ustedes comprar o vender el firmamento, ni aún el calor de la tierra? Si nosotros no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas limpias, ¿cómo podrán ustedes comprarlos? Esta idea nos es desconocida.
Cada trozo de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante púa de pino, cada grabo de arena, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado para la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo la memoria de los Pieles Rojas.()
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y roba de la tierra lo que su capricho precisa. La tierra no es su hermana, sino su enemiga. El hombre blanco secuestra a la tierra sus hijos… Y su ambición devorará la tierra… dejando atrás sólo un desierto.
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola visión de sus ciudades apena los ojos del Piel Roja. Aunque quizás sea porque el Piel Roja es un salvaje y no comprende nada. Pero lo cierto es que no existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni un sitio donde escuchar como se abren las hojas en primavera, o como aletean los insectos. Pero quizás esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada.()
Inculquen a sus hijos que la tierra que pisan está enriquecida con la vida sus semejantes. Enseñen a sus hijos que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.
Ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria.
¿Dónde están los búfalos? Pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y comienza la supervivencia»
Jacques Yves Cousteau
Cousteau nació en Saint-André-de-Cubzac (Francia), en el año 1910. Ha sido el primer gran explorador submarino.
Su condición de oficial de marina y oceanógrafo le posibilitó aplicar sus dotes intelectuales al conocimiento de los fondos submarinos. Gracias a la invención de la escafandra autónoma, que facilita la libertad de movimiento del submarinista, el comandante Cousteau fue el primer hombre que exploró con largos paseos los mundos marinos.
Dirigió numerosas campañas científicas, tecnológicas y cinematográficas. Fascinado por las profundidades marinas, hizo construir el “Calypso” un navío especialmente dotado para las investigaciones y estudio submarino. Este navío es una auténtica “casa bajo el mar” que permite vivir bajo el agua con todas las comodidades.
Cousteau fue un enamorado del mundo submarino: Grabó todos los viajes, paseos y experimentos científicos. Hoy, conocemos las maravillas del mundo submarino gracias a sus películas, obras y documentales, entre los cuales destaca “El mundo del silencio” y “El mundo sin sol”.
A partir de 1957 dirigió el museo oceanográfico de Mónaco y pasó a militar en el movimiento ecologista, advirtiendo al mundo entero del creciente deterioro que sufren los mares y las especies que en ellos habitan. Cousteau ha divulgado sus experiencias submarinas y ecológicas en la enciclopedia “Mundo submarino”.
Gracias a Cousteau podemos disfrutar de toda la belleza que ofrece el mar en sus profundidades.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Historias y gestos cargados de utopía