Lectura orante del texto bíblico:
La moneda perdida (Lc 15, 8-10)
¡Señor, hoy toca limpieza!
¡Cuánto desorden, cuánta suciedad…!
En mi hogar, en mi vida, en mi corazón.
Hoy quiero encender la luz de tu Palabra,
hoy me quiero poner el mandil de tu vida.
¡Señor, hoy toca limpieza!
Entre tantas cosas urgentes por hacer
he perdido lo más importante,
se me ha extraviado la moneda más preciada:
La certeza de que Tú caminas siempre conmigo.
¡Señor, hoy toca limpieza!
Abre las ventanas…
¿Sientes el amor sincero, transparente, misericordioso de Dios?
Pasa la aspiradora…
¿Tienes motas de odio incrustadas en lo más profundo de tu corazón?
Sacude las alfombras…
¿Has dejado que alguien, últimamente, entre en tu vida?
Revisa los armarios…
¿Permites que Dios revuelva los cajones de tu alma?
Pon la colada…
¿Usas el programa de Dios, el programa “perdono y olvido.”?
Tiende la ropa…
¿Cuelgas los trapos sucios o los guardas como “oro en paño.”?
Señor, ¡hoy toca limpieza!
Hoy quiero adecentar mi corazón,
hoy quiero abrir, de par en par, las puertas de mi vida,
hoy quiero compartir con tus hijos, mis hermanos
la dicha del encuentro, la alegría del perdón.
¡Amigos, venid, la fiesta está a punto de comenzar!
Gritad, gritad fuerte conmigo:
¡Dichosos los que tiene un corazón limpio
porque ellos, porque nosotros, veremos a Dios!
José María Escudero