Una experiencia práctica
Juan Vicente Cortés y Anabel García (Colegio Salesiano Don Bosco. Alicante)
- Educar para la vivencia del mundo interior y la oración
La gran intuición de Don Bosco de querer que cada ambiente salesiano fuese: casa que acoge, patio donde educar en el tiempo libre, escuela que enseña para la vida y parroquia donde evangelizar y orar, es también el origen de esta experiencia que ahora presentamos.
Partimos del convencimiento de que la escuela es también el lugar donde educar al niño y al joven a crecer en interioridad, a poner los pilares fundamentales de una oración rica y vivida con intensidad. Nuestro objetivo es hacer que la escuela sea también “escuela de interioridad y de oración”.
Somos conscientes de la distancia existente entre la educación impartida en la escuela y la catequesis, por ello, nuestra intención se basa únicamente proporcionar, a los niños y jóvenes de nuestro Centro, unos hábitos que les faciliten una más óptima percepción y vivencia de su mundo interior y así poder ayudarles, posteriormente, a lograr una rica experiencia de oración.
- ¿Cómo nace la experiencia?
Hace cuatro años, a raíz de un curso de formación permanente en Madrid sobre interioridad en adolescentes, impartido por Elena Andrés, surgió, en el Equipo Pastoral del Centro, la idea de poner en práctica un taller de interioridad. Los primeros destinatarios fueron los alumnos de la ESO. Más tarde, viendo los resultados tan positivos, se quiso extender también a toda la Primaria.
La experiencia está enfocada a ayudar al alumno a relajarse, a tener un momento para sí mismo, a imaginar, a desconectar del ritmo de las clases, a abrirse a su mundo interior a través de técnicas de relajación y visualización. Todo ello, creemos que facilita que el alumno se prepare para un paso más: el paso hacia la trascendencia, es decir, la posibilidad de lograr una oración profunda que nace de lo vivido interiormente.
Se trata de aprovechar y desarrollar la capacidad creativa e imaginativa del niño y el adolescente, para ayudarle a encontrar su lugar interior desde donde orar. Estas capacidades, tan presentes en estas edades, creemos que son unas herramientas idóneas en nuestra labor evangelizadora. Dejarlas de lado sería perder una buena oportunidad de ayudar al niño y al joven en su acercamiento a Dios. Además creemos que los mismos destinatarios demandan que se les eche una mano a la hora de ordenar, encauzar y orientar sus propias vivencias internas, y desde ellas abrirse a la presencia de Dios en su vida.
En definitiva, pensamos que en una sociedad donde la racionalización ha quedado en un segundo plano y donde la vivencia de las sensaciones y de los sentimientos pasan a ocupar un primer lugar, es posible ganar la partida si sabemos jugar las bazas con las que contamos. Creemos que asumir esta realidad y sacarle partido no sólo es “estar con los tiempos” sino que también es responder a las necesidades de unos jóvenes que necesitan volver hacia sí mismos.
- Oratorio y taller de interioridad
En primaria la experiencia la hemos denominado “Oratorio”, en secundaria se llama “taller de interioridad”. Son similares, aunque en este breve artículo, vamos a centrarnos en la experiencia de secundaria.
Los talleres de interioridad se realizan una vez por evaluación (tres al año). Los alumnos voluntariamente bajan a la capilla y lo hacen por clases en las horas que vemos más adecuadas.
Es muy importante que todo esté muy cuidado desde la convocatoria hasta la salida de la capilla. Hay que tener en cuenta todos los detalles. A continuación desarrollamos cronológicamente la experiencia.
- Convocatoria.
La convocatoria es voluntaria. La primera vez que realiza esta experiencia nos ha resultado positivo motivarles diciéndoles que van a hacer algo diferente, sin explicar excesivamente en qué va a consistir. Se les presenta como una experiencia vital y fuerte. También se les advierte que posteriormente se les darán unas normas básicas que deben seguir si quieren participar en la experiencia.
- Ambientación
La capilla, o lugar donde se va a realizar la experiencia, debe ser acogedora. Es importante que haya moqueta en el suelo, cojines, sillas, luz tenue, velas, música de fondo, un icono y la Palabra de Dios en un lugar privilegiado.
- Llegada a la capilla
Antes de entrar en la capilla, se les comienza a explicar el taller de interioridad. Este primer paso puede realizarse en un hall, la entrada, u otra aula. Aquí se les informa de la posición del cuerpo adecuada que adoptarán en la capilla, y de la necesidad del silencio como condición imprescindible. También se les explicará que dentro de la capilla habrá dos momentos: una primera parte que hemos llamado “entrenamiento” y una segunda parte que es la más importante.
Se les presentan varias opciones de posicionamiento en la capilla. Según las posibilidades de la misma:
– Tumbados, boca arriba, con las piernas estiradas y las manos o bien sobre el suelo o bien sobre el abdomen.
– Otra opción es sentados en sillas, con las plantas de los pies apoyadas en el suelo, las manos abiertas y relajadas sobre las piernas y la espalda bien apoyada en el respaldo.
- En la capilla
Al principio, es normal que los alumnos, a pesar de las indicaciones, no entren de forma adecuada. No conviene reprocharles nada, solo esperar y comentarles, cuando estén en silencio, cual ha sido su comportamiento y cual debería ser. El tono de voz con el que hablamos también es fundamental.
Se vuelve a indicar cuales son las posiciones que se pueden adoptar y de nuevo se espera a que todos estén en la postura correcta.
Se les pide que cierren los ojos y se comienza con la primera parte o “entrenamiento”: Se hacen unos ejercicios de relajación y visualización. Estos primeros ejercicios nos ayudan a detectar al alumno que ese día no está en condiciones de participar e así poder invitarle a que nos ayude de otra forma (en la música, observando a sus compañeros, o simplemente que vuelva a clase). Tras este momento, los alumnos comparten de forma voluntaria lo vivido con algunas preguntas ya elaboradas. Hasta aquí la fase de entrenamiento. (Al final se adjunta un ejemplo de visualización)
Segunda parte. La segunda parte es similar a la primera, pero en la visualización, se introduce la figura de Jesús y la Palabra de Dios. Se visualiza a Jesús presente con el mensaje que ese día lleva la Palabra. Haciendo uso de la imaginación y, en completo silencio, se favorece el encuentro personal del joven con Jesús. Posteriormente se vuelve a compartir lo vivido: ¿con qué frase te has quedado? ¿Qué le has dicho a Jesús? ¿Quién se atreve a decir como se ha despedido de Él? En todo momento los alumnos deben saber que la participación es voluntaria y que la experiencia seguirá siendo igual de positiva aunque no compartan lo vivido.
- Despedida
Es importante fijarse en los alumnos porque, algunos de ellos, necesitan compartir posteriormente esa experiencia vivida con el profesor u otro educador. Vemos conveniente que la duración total del ejercicio no debe superar la hora.
- Evaluación
Nos hemos dado cuenta que los alumnos están muy necesitados de estos momentos de silencio, de recogimiento, de oración y que los resultados superan con creces nuestras expectativas. Aunque al principio parece difícil que vaya a funcionar, tenemos la certeza de que verdaderamente, estos momentos hacen mella en su vida.
La experiencia ha sido evaluada muy positivamente por los alumnos, padres y profesores, con quienes también se ha realizado. Un dato que nos hace constatar el éxito de de estos talleres, es el eco que han tenido en las casas de los niños y jóvenes.
También destacamos que, cuando se nos ha pedido ayuda para realizar la experiencia en otros Centros, nos hemos encontrado con la misma respuesta.
- Horizontes de futuro
En este momento, se están realizando diferentes formas de apertura a la interioridad y de oración desde infantil hasta bachillerato. Nuestro horizonte de futuro es estructurar todo lo que se está llevando a cabo, en un itinerario sólido, que facilite la continuidad de esta experiencia.
También deseamos seguir investigando nuevos modos de abrir a la trascendencia y a la oración a niños y jóvenes. Creemos que, en este gran campo, aún es posible explorar nuevos caminos.
Ejemplo de visualización: “LA PLAYA”
Ahora estás muy relajado y todo tu cuerpo puede sentirse más y más relajado con cada respiración.
Ahora vas a imaginar que estás en una playa. Fíjate bien en los detalles, qué tiempo hace, el mar, ¿cómo es?¿cómo está? Es importante que recuerdes estos detalles: los colores, la brisa, la temperatura…cada uno imaginará una playa diferente, seguro…cada uno tiene su propia playa… ahora tienes un minuto para disfrutar de un paseo por ella para poder notar mejor todas las sensaciones que la playa te transmite…este minuto es tuyo, para disfrutar de tu relajado paseo…
– (Se deja pasar un minuto)
De pronto, en tu relajado paseo, observas una barca en la orilla. Imagina tu barca. ¿Cómo es?, ¿grande, pequeña, antigua, moderna…de qué está hecha?… recuerda tu barca…porque es importante para ti…
No puedes resistir subirte en ella, y notas como la corriente te arrastra mar adentro. Puedes disfrutar de tu paseo en barca. Sentir la brisa del mar en tu cara y notar el suave balanceo del mar. Estás disfrutando de tu paseo en barca a la vez que la corriente te lleva cada vez más hacia las profundidades del mar…
Te asomas un poco por un lado de la barca y ves reflejado algo que no te gustaría ver allí, es aquello que más te asusta, quitas la mirada un poco asustado y sorprendido del agua…te vuelves a asomar deseando que sea un pesadilla y cuando vuelves a mirar…es peor de lo que creías tus problemas, aquellas cosas que te asustan, aquellas cosas que te hicieron daño…estás rodeado por todo ello….te produce agobio…menos mal que sigues en tu barca….
De pronto ves acercarse una gran tormenta que empieza a zarandearte…hacia un lado y otro….comienzas a sentir miedo…comienza a entrar un poco de agua en la barca y de pronto sin poder remediarlo caes estrepitosamente al agua…y comienzas a sumergirse y a ahogarte en esa agua que contiene todas aquellas cosas que te dan miedo, que me hacen daño, que te preocupan, tus incertidumbres…todo ello, en esa agua ahora violenta te….ahoga….intentas luchar para salir de allí sin éxito…el agua y todo eso que contiene y que te rodea por todas partes….te consiguen ahogar…y cuando sólo te queda un aliento de vida….cuando ya todo está perdido…unas manos que agarran con firmeza de la cintura y de los brazos….y te sacan con fuerza del agua….te dejan reposadamente de nuevo sobre la arena…ahora puedes respirar con tranquilidad…ahora ya estás a salvo del agua, de tus problemas, de tus miedos, de tus preocupaciones…de lo que te hizo daño…ahora ya no temes nada…ahora sólo respiras tranquilamente tumbado sobre la arena…con el único deseo de encontrar con la mirada a la persona que te sacó del agua…pero no está…no la encuentras….quisieras agradecerle lo que hizo por ti…pero no está…
Sientes que queda poco tiempo para poder seguir en la playa…exactamente que quedan dos minutos…pero serán dos minutos especiales, dos minutos en los que ya, ni siquiera escucharás mi voz…serán dos minutos tuyos…dos minutos para dar tu último paseo por tu playa…para despedirte de ella…a tu manera…porque cada persona es diferente, y cada uno hace las cosas a su manera….estos son tus dos minutos…tu último paseo tu despedida….
– (Al cabo de los dos minutos se les invita a ir abriendo los ojos lentamente para compartir. Manteniendo el mismo tono de voz suave se les dice que se les van a hacer unas preguntas que no es obligatorio contestar. Irán de fácil a difícil y no pasa nada si no contesta nadie, la experiencia habrá servido igualmente…)
¿Cómo era la playa? (indicador de su estado de ánimo o de vida actual? ¿Alguien se atreve a decir si vio la cara de quien le sacaba del agua? (Suelen ser personas por las que se sienten queridos…) ¿Alguien se atreve a decir cómo se despidió de la playa? (Es algo muy personal…no se hace ningún comentario sobre esto).
– Fin de la fase de entrenamiento (si no se ha realizado nunca la experiencia, este puede ser el final, si se ve que los chavales están predispuestos, se puede continuar).