Comunidad «Talitha Qumi»

1 septiembre 1999

1  Origen del grupo

 
Nuestra comunidad TALITHA QUMI es una de las muchas comunidades que aparecieron en España cuando llegó el movimiento FE Y LUZ de Francia. En Madrid, en la actualidad, hay seis comunidades de FE Y LUZ; todas ellas se han ido creando poco a poco desde la década de los ochenta hasta ahora. En el resto de España hay también varias comunidades.
FE Y LUZ es un movimiento iniciado en Francia, gracias a Jean Vanier. Es una comunidad arraigada en Jesús donde los chavales con alguna deficiencia mental son el corazón. Jean Vanier, al ver la injusticia cometida contra dos hermanos deficientes a los que en un viaje a Fátima, organizado por su parroquia, les fue negado el derecho a participar, formó su propio grupo con personas especiales, con los que viajó a Fátima.
 
Así nacieron en 1968 las comunidades de FE Y LUZ. Hoy están distribuidas por todos los continentes, pueblos, razas, culturas e incluso religiones.
La peregrinación de estos chavales discapacitados, con sus padres y amigos, nació para integrar a dichas personas en la comunidad cristiana, en la que hasta ahora sólo habían sido tratados como enfermos, y no como personas capaces de desarrollar una espiritualidad.
 
 

        2  La comunidad

 
Nuestra comunidad está integrada, como todas las comunidades de FE Y LUZ, por tres grandes grupos de personas: los chicos con deficiencia mental, sus padres y nosotros: los amigos o jóvenes que nos acercamos a estas comunidades para vivir a Jesús de una manera diferente. Además, y ocupando un lugar especial, nos acompaña un sacerdote, guía de nuestro camino en la fe
Un sábado al mes nos reunimos, desde la mañana hasta después de comer, para vivir y compartir un montón de cosas.
En nuestras reuniones tienen hueco los juegos, las canciones, la oración, la reflexión, la eucaristía y la comida. Preparan la reunión el responsable de la comunidad y un equipo de coordinación, a quienes elegimos periódicamente entre nosotros; cada mes tratamos temas diversos y reflexionamos sobre diferentes cosas, haciendo dinámicas, oraciones y juegos; terminamos siempre antes de comer con la eucaristía, algo que es muy importante para nosotros.
 
Además de esta reunión fija, cada uno es libre de verse, quedar y llamar a los miembros de la comunidad durante el mes. Muchos de nosotros, como también pertenecemos a un club de ocio y tiempo libre, nos vemos continuamente durante todo el mes, haciendo así más fuerte nuestra amistad.
Junto con estos encuentros, nos reunimos una vez al año un fin de semana con el resto de comunidades de FE Y LUZque hay en Madrid En estos fines de semana, se vive a tope el espíritu de Jesús al más puro estilo feyluciano. Compartimos un fin de semana lleno de dinámicas, oraciones, juegos, eucaristías, canciones, comidas, ratos libres, paseos. Son momentos muy especiales para todos, ya que se viven situaciones de unión fraternal muy fuertes.
Después de este fin de semana, la otra gran fiesta, en la que nos reunimos las comunidades, la celebramos en Febrero; la llamamos la fiesta de la Luz. Durante toda una tarde recordamos el porqué estamos en estas comunidades especiales, y como los discípulos en Pentecostés, nos preparamos para recibir al Espíritu Santo, que nos hace constantes y fuertes en nuestras respectivas comunidades.
 
Estas dos celebraciones –el fin de semana y la fiesta de la Luz– son actividades que organizan todas las comunidades, pero también cada comunidad puede programar encuentros especiales y diferentes a las reuniones mensuales.
Nosotros nos reunimos un fin de semana al año, en un retiro espiritual, en el que hacemos balance y oramos juntos para no olvidar la luz que nos une. Además, si podemos, al final de curso nos vamos de excursión.
Este último año, y por primera vez, se organizó un campamento de verano para todos aquellos que quisieron ir; ha sido una magnifica experiencia, que esperamos se repita en años sucesivos.
 
 
        3  La espiritualidad de FE Y LUZ
 
FE Y LUZ es un movimiento de espiritualidad comunitaria para personas con deficiencia mental, sus padres y sus amigos. No es un movimiento orientado a hacer cosas, organizar escuelas, catequesis o talleres.
El centro de esta espiritualidad se encuentra en la unión y encuentro con Jesús, que está en el corazón de los más débiles. Es una espiritualidad esencialmente compasiva, que te llama a olvidarte de tu promoción personal y colocarte al lado de los que están en el último lugar.
Es una espiritualidad que se vive en comunidad, con todo lo que conlleva ser comunidad y saberse comunidad. Todos estamos llamados a la santidad, a la vida en Jesús, hasta las personas deficientes, que caminan como uno más de la comunidad hacia Jesús, que se enfadan, lloran, pecan, ríen, juegan, como cada uno de nosotros, y por eso también rezan y se ponen en presencia del Señor, como lo hacemos todos los creyentes.
 
Cuando escuchamos rezar a un deficiente con su estilo natural y directo, quizá nos damos más cuenta de su genuina relación con Dios. Para ellos. su vida cotidiana y la religión no son dos compartimentos independientes, como para muchos de nosotros. Hablar con Dios se vuelve una parte natural de su vida cotidiana.
La espiritualidad que se vive en FE Y LUZ es la espiritualidad de la alegría de estar con Dios y saber que él nos ama en Jesús. Así nos lo enseñan nuestros amigos deficientes.
 

TESTIMONIO

 
Es difícil expresar con palabras una experiencia de vida que ya dura varios años. Son pocas las palabras que quiero decir.
No sólo FE Y LUZ, sino el mundo de los chavales con alguna deficiencia ha llenado mi vida desde hace ya ocho años, haciendo de mí una persona diferente a lo que hubiera sido sin encontrarme con ellos en mi camino. Pero FE Y LUZ, que es experiencia de fe, me ha enseñado a vivir en Jesús de una manera sencilla, especial, fuera de grandes trascendencias; me ha enseñado a vivir la fe en comunidad, unida a personas de tan diferentes edades y vidas.
Dios es un refugio, un compañero en el camino de mi vida, al que me puedo abandonar tranquilamente. Está en mi experiencia de Fe más profunda; él siempre tiene los brazos abiertos para mí y yo puedo confiar en él ciegamente. Así me lo han enseñado mis chavales.

ARANTXA GARAY-GORDOVIL