Hablando de la juventud, suelo señalar dos errores básicos que no hay que cometer. En primer lugar, adularlos, mimarlos en exceso, sobreprotegerlos, aceptando sin más lo que digan y deseen. Ya lo decíaPlatón hace 24 siglos con estas palabras: «Cuando los padres se acostumbran a dejar hacer a sus hijos; cuando los hijos ya no toman en cuenta lo que aquellos dicen; cuando los maestros tiemblan ante sus alumnos y prefieren adularlos; cuando, finalmente, los jóvenes desprecian las leyes porque ya no admiten por encima de ellos la autoridad de nada ni de nadie, es el principio de la tiranía y el fin de la pedago- gía».
El segundo gran error consiste en identificar al joven con la violencia, la droga, el alcoholismo, la juerga y, en general, con todo lo negativo. Así, los jóvenes de hoy no tienen valores, solamente piensan en divertirse, comer la sopa boba en casa, de donde no se van ni con aceite hirviendo. Nuestros jóvenes son individualistas, sin valores solidarios.
Quisiera dedicar estas líneas a este segundo error, para empezar diciendo que los jóvenes son como son en razón de la sociedad en la que crecen (individualista y que sacraliza el bienestar personal, valor supremo de la mayoría de la población adulta), que sus valores son, en gran medida, reflejo de los de los adultos, que no hay juventud, sino jóvenes, con valores muy distintos entre sí y, la gran mayoría, con valores similares a los valores de sus propios padres.
De ahí que, cuando hace dos años, me llamaron de la Obra Social de La Caixa a participar en un programa que llevaba por título el de este artículo, me interesé de inmediato. El objetivo es sacar a la luz pública que también hay jóvenes con valores. Mediante una convocatoria abierta a todos los jóvenes de España, se presentaron, esta vez, 921 proyectos, y un jurado decidió los cuatro mejores. Quizá ilustre mejor que mis palabras un breve resumen de los cuatro proyectos ganadores. Los dos primeros, entre adolescentes de 12 a 18 años. Los dos siguientes, entre jóvenes entre los 19 y los 25 años.
En el denominado Senderismo Adaptado, en Castellón, se potencia la labor de 20 jóvenes del Grupo Scout 377 que realizan travesías en la naturaleza adaptadas a personas mayores, normalmente personas ingresadas en una residencia. Al mismo tiempo, se potencia la relación entre las edades, tan necesaria en nuestra sociedad.
La iniciativa Música Solidaria surge de un grupo de siete jóvenes de un instituto tinerfeño. Han creado un grupo de música y danza con jóvenes subsaharianos y magrebís llegados en pateras a España y residentes en los centros de acogida, buscando mejorar los niveles de integración social de los jóvenes inmigrantes, así como propiciar mecanismos de comprensión y tolerancia por parte de los jóvenes canarios hacia «el otro».
Cinco jóvenes voluntarios de la Fundació Ludàlia, desde el año 2005, han llegado a un acuerdo con la discoteca Luz de Gas de Barcelona para poder contar con un espacio a fin de satisfacer las necesidades de apoyo a los jóvenes con discapacidad intelectual. Así, unos 150 jóvenes con discapacidad intelectual disfrutan todos los domingos, de 17 a 20.30 horas, de una opción de ocio inclusivo para promover relaciones personales y sociales en un espacio de baile, música, expresión e interacción.
En Madrid, un grupo de 12 jóvenes voluntarios llevan a cabo un proyecto de carácter socioeducativo con el Centro Penitenciario de Alcalá-Meco. Los jóvenes ofrecen una atención específica a algunos presos de 18 a 21 años: taller de lectoescritura, prevención de drogodependencias, inserción sociolaboral, ocio y tiempo libre, acompañamiento de los jóvenes tras su salida de prisión…
El 5 de junio, los escaños del Senado se llenaron con estos jóvenes, sus padres, educadores, los representantes y promotores de la idea y de su puesta en funcionamiento, y los miembros del jurado, para la entrega de los premios. Apenas vi reflejo del acto en los medios de comunicación. Claro, ningún joven había agredido a un profesor, a su madre, a su compañero de clase. Estas líneas quieren testimoniar que también hay otros jóvenes. Con valores muy positivos.
JAVIER Elzo
El periódico, 17/6/2008