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1. Un poco de historia
La «JOC» nace en Bélgica, en 1925, como respuesta de Joseph Cardijn a una situación laboral y juvenil que se puede definir partiendo de tres grandes marcos: 1 / La situación del Movimiento Obrero que, con algunos años de historia, se iba encarnando en la sociedad a través de pensamientos, ideologías, sindicatos, partidos políticos, etc.; 2/ La Iglesia de comienzos de siglo, con gran bagaje de experiencias del mundo rural y de la cristiandad, aunque arcaicas, que hacen que no confíe demasiado en el naciente Movimiento Obrero; 3/ La situación juvenil, ajena a ambas instituciones: si los obreros adultos utilizan a los jóvenes como mano de obra, tampoco se puede decir que la juventud obrera se sintiera identificada con la Iglesia del momento.
La doble perspectiva a integrar, obrera y cristiana, que persigue la JOC, desde la misma pretensión de su fundador, hace de ella una obra cercana al mundo obrero y juvenil, así como un perfecto medio de evangelización del mismo.
El P. Cardijn intuye la posibilidad de prestar un servicio más humano a la juventud desde una doble óptica, obrera y cristiana. Empieza a trabajar con un grupo de jóvenes de la Parroquia Obrera de Laeken (Bruselas) y crea un movimiento juvenil que pretende hacer la síntesis entre lo obrero y lo cristiano, desde el «Jesús de los necesitados». Aquí nace la JOC.
El jocista, o militante de la JOC, desarrolla su tarea, siempre educativa y formadora, tanto en grupo como personalmente. No se conforma con el ambiente en que vive, sino que con alegría y actividad constantes intenta transformar el mundo desde las bases sociales, preferentemente desde «los pobres».
- Ámbitos de compromiso
La JOC parte de la vida, la revisa y vuelve a ella para transformarla, lo cual supone una fidelidad absoluta a la vida de cada joven y a la del conjunto de la juventud obrera. La tarea de la JOC la desarrollan todos los jocisias en conjunto y cada uno en particular, en un ambiente de compromiso, intentando transformar la realidad y el ambiente que les rodea desde su fe cristiana. Optando, como la Iglesia debe optar, por los pobres. Su compromiso, sin ser específico de los jocistas, sí que lo es desde la perspectiva obrera: actuar en la vida cotidiana (la empresa, el instituto, el barrio, la familia, etc.) para llevar o colocar todo «en Cristo».
La tarea de la JOC es siempre educativa y de promoción humana, laboral y social. Nunca se pretende solucionar los problemas de los/as jóvenes, sino, más bien, enseñarles a hacer una lectura de su realidad, para que sean ellos mismos quienes la transformen. Aquí se hace patente el viejo dicho misionero: «No hay que dar pescado, sino dar una caña y enseñar a pescar».
Pío XI llamaba a los jocistas los misioneros del interior. «Hay en la Iglesia dos tipos de misiones. Las misiones del exterior: en China o en Japón […]. Pero están también hoy en la Iglesia las misiones del interior: en las fábricas, en los talleres, en los medios de trabajo, donde hay también alejados de la Iglesia. Yo os nombro misioneros del interior».
- Metodología de la JOC
Una de las claves de la JOC, tanto del desarrollo de la identidad como de las actividades, se encuentra en la «Revisión de la Vida Obrera» (RVO). Este sistema se usa con cierta periodicidad en todos los equipos de la JOC, así como en otras muchas organizaciones o movimientos cristianos. La revisión arranca con un hecho o acontecimiento concreto, algo que pasa a nuestro alrededor y de lo que se haya sido testigo. Parten, pues, de la propia vida, después de lo cual se desarrollan tres momentos consecutivos como método de análisis y transformación: ver, juzgar y actuar.
Ver significa analizar la propia vida, sus acontecimientos, profundizando en ellos para conocer y comprender las situaciones de las personas que los protagonizan y la trama social en la que se desenvuelven, es decir, todas las dimensiones de personas y hechos sociales.
Juzgar supone reflexionar y contrastar esa realidad, con los valores que la humanidad ha ido consiguiendo en su trabajo por la liberación, desde sus protagonistas fundamentales y, sobre todo, desde el mensaje de Jesús en el Evangelio. Se trata de reflexionar para descubrir la presencia de Dios en el hecho que se analiza y en los acontecimientos de nuestra vida. Desde ahí, con todos estos elementos, es fácil sacar conclusiones sobre la liberación humana y social que Dios quiere de la persona trabajadora.
Actuar constituye el último paso. Se trata de sacar adelante una acción concreta y evaluable para transformar la realidad personal y colectiva, las actitudes y las estructuras; orientados siempre por los valores evangélicos asumidos y dirigidos hacia la conversión profunda que solicitaba el paso anterior (juzgar).
El movimiento de la JOC en todo su conjunto realiza puntualmente una Campaña, o una RVO para la gran masa de jóvenes. Es una actividad colectiva como proceso continuado de acción-reflexión ante la situación colectiva del mundo juvenil.
- ¿Cómo se organiza la JOC?
La base de la organización jocista es siempre el Equipo de Vida, o grupo de personas que comparten, revisan, celebran y profundizan toda su vida como miembros de la Asociación y la vida del Movimiento, exigiéndose, ayudándose y planificando juntos. Es como una especie de permanente revisión de vida.
En cada «equipo de vida» hay un responsable de grupo que, junto al encargado federal o local, forma el Equipo de Responsables (lo mismo ocurre respecto a la economía, secretarios, etc.). Estos equipos, en cada lugar, forman el Comité Federal, siendo los responsables de la JOC en cada ciudad. Todos los responsables federales de una Diócesis forman la Coordinadora de Zona, junto al encargado y consiliario de zona. El mismo esquema, más o menos, se puede trasladar a la organización nacional e internacional.
La Federación de cada ciudad está formada por todos los grupos de la misma, cada uno con todos los jóvenes militantes. Esas federaciones se agrupan a niveles distintos hasta constituir el complejo organigrama mundial.
En Valencia, donde se ha extraído la información y testimonios que publicamos, la Sede Social de la JOC está en C/ Purísima, 14 / 46001 – VALENCIA. La sede central española de la JOC está en Madrid: Alfonso XI, 4 / 28014 – MADRID (91-521.54.33).
Del Junior a la JOC
Somos cuatro jóvenes de lo más normal que, como todos los niños, hemos hecho gamberradas típicas; ¿quién no las ha hecho? Por casualidades de la vida nos metimos en lo que llaman JuniorAC, donde jugábamos, cantábamos y, sobre todo, conocíamos gente con la que podíamos compartir nuestras experiencias e inquietudes. Fue una etapa de nuestras vidas en la que, sin darnos cuenta, fuimos adquiriendo unos valores que hicieron que hoy en día seamos quienes somos.
Al llegar el último año de Junior y decirnos que ya no podíamos seguir porque éramos demasiado mayores, nos planteamos participar en las catequesis de Confirmación, más que nada porque no queríamos perder las relaciones que habíamos creado como grupo. El tiempo que estuvimos en Confirmación, visto desde lejos, nos damos cuenta de que, más bien, fue una etapa transitoria que sirvió para despertamos un poco más nuestra fe, pero no de un modo activo, como a nosotros nos hubiera gustado, sino de una forma muy teórica.
Al confirmamos decidimos continuar en la JOC, sin conocerla apenas, para ver lo que nos podía aportar y, en el fondo, para seguir en ese ambiente en el que habíamos crecido. No fue un camino de rosas. Pasamos muchos momentos en los que creíamos que el grupo iba a disolverse. En realidad, no todos los que empezamos nos mantenemos juntos hasta hoy.
Fue Ramón quien nos inició en esto. Le agradecemos el apoyo y confianza que nos dio para seguir creciendo en valores como buenos jocistas.
En la JOC sí que pudimos encontrar esa oportunidad de hacer cosas, de movemos y reivindicar ante aquellas situaciones injustas que nos rodean: estuvimos en Madrid, en el ManifiestaJOC, reivindicamos el trabajo digno; fuimos a Sagunto de convivencia conjunta; organizamos un campamento en la Extremera. En fin, con la JOC, hemos seguido descubriendo, día a día, a Jesús identificándonos con sus vivencias y actitudes.
Y nos llegó la duda con el momento en que había que decidirse por la militancia. Ramón nos mostró que, en realidad, no era para tanto. Simplemente se trataba de seguir adelante, comprometiéndonos un poco más, ya que si habíamos llegado hasta aquí, sería por algo. Y la verdad es que no nos arrepentimos.
Esperamos que nuestra humilde aportación sirva para todos los lectores de Misión Joven, para continuar luchando por la construcción de la sociedad ansiada en la que no exista ni racismo, ni marginación, ni contratos basura, ni un largo etc.
Carpena, Pablo, Nuria y Dani (Valencia)
– Con el problema a cuestas
Ignacio y yo trabajábamos en una residencia de chavales, con horario de 3 a 11’30 de la noche, categoría laboral no reconocida, salario de 86.000 ptas, sin descansar festivos ni vacaciones. Más tarde entramos en un contrato de tres meses con la promesa de que se nos volvería a contratar. Formamos un comité de empresa. Empezamos a hacer asambleas y negociaciones (la primera vez en quince años de la misma).
Evidentemente, a la empresa esto no le gustaba. Cuando llegaron las renovaciones, a Ignacio no lo llamaron, ya que tenían que enchufar a alguien. Se pusieron en marcha campañas de protesta que acabaron con una demanda. La mayoría de nuestros compañeros se pusieron en contra de nosotros por miedo a represalias.
Aún hoy no sabemos lo que pasará. Quizás perdamos el juicio, pero nunca la dignidad como trabajadores. Somos jocistas y creemos en algunos valores y principios básicos de dignidad humana.
Rafael (Sevilla)
CONGRESO DE PEDAGOGÍA “PEDRO POVEDA, EDUCADOR”
Madrid, 10-13 Julio 1997
Conferencias
– Aránzazu Aguado Arrese, Directora de la Institución Teresiana.
– Angeles Galino Carrillo, de la Universidad Complutense.
– José Luis García Garrido, Director del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación.
– Juan Carlos Tedesco, Director General de la Oficina Internacional de Educación.
Secciones
– Antropología Pedagógica.
– Educación social. Formación en valores.
– Un nuevo educador para una sociedad nueva.
– La familia educadora.
– Jóvenes comprometidos con el futuro.
Matrículas y Comunicaciones
– Secretaría del Congreso: Velázquez 55,4°D – 25001 Madrid / (91) 435 7510
– Inscripciones: hasta el 30 de Junio 1997.
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