Lectura orante del texto bíblico:
Parábola de la higuera estéril (Lc 13,6-9)
Señor, hoy me presento ante ti
con las manos vacías, con mi vida estéril…
¿Qué fue de los talentos que me entregaste?
¿Qué fue de las semillas que sembraste en mi corazón?
Señor, hoy me presento ante ti
sin más frutos que ofrecerte
que innumerables y pesadas calabazas
que he ido almacenando en mi corazón.
Señor, hoy me presento ante ti
al igual que hice el año pasado,
y hace dos y tres y cuatro y…
Señor, ¿por qué he de seguir ocupando un lugar inútil en tu corazón?
Señor, hoy me presento ante ti
cansado, infecundo, avergonzado…
¿Por qué te empeñas en darme otra oportunidad?
¿Por qué sigues depositando toda tu confianza en mí?
Señor,
a pesar de mis fracasos,
a pesar de mis debilidades,
a pesar de mis nulos resultados…
Tú sigues
pacientemente,
alocadamente,
amorosamente…
(Gracias Señor, seguiré “en la brecha”)
apostando por mí.
José María Escudero