La comedia romántica

1 noviembre 1997

El auge de la comedia romántica es, proba­blemente, uno de los fenómenos cinematográfi­cos más representativos de estos últimos años, parangonable a otras tendencias del cine actual de las que hemos ido hablando en esta sección, como el interés creciente por la reflexión sobre las raíces de la violencia o el intento de propo­ner salidas airosas a la actual crisis de valores.
Desde que «Cuando Harry encontró a Sally» se convirtiera en una obra de culto, y Meg Ryan, su protagonista, impusiera un nuevo modelo de heroína sentimental, la comedia romántica no ha dejado de ganar adeptos en las taquillas de to­do el mundo. Esto ha supuesto una considera­ble inflación de producciones con el ojo de su cámara dirigido a las relaciones afectivas entre hombres y mujeres. El subgénero de la comedia sentimental, a pesar de su multiformidad, pre­senta algunos rasgos invariables que reapare­cen en cada producción. Estas reiteraciones acaban por componer su sustrato ideológico:

  • Sus protagonistas son jóvenes y no respon­den al patrón establecido por otros géneros (el chico-chica-bombón).
  • Se trata de películas cuyo mayor atractivo sue­le concentrarse en el juego con unos diálogos ingeniosos, a menudo de fuerte carga reflexi­va, por lo que las situaciones pierden interés a favor de la construcción de personajes.
  • Todas ellas giran en torno a alguna cuestión abstracta relativa al mundo de las relaciones humanas, el actual se concreta precisamente en el tipo de vínculo sentimental que une a los personajes protagonistas: ¿pueden hombre y mujeres ser amigos?(CuandoHarry encontró a Sally, El amor tiene dos caras);¿existe la pa­reja ideal? (Beautiful girls, El amor perjudica seriamente la salud); ¿qué impulsa más el amor, el atractivo físico o la riqueza espiritual? (La verdad sobre perros y gatos); ¿qué lugar ocupa la sexualidad en el ser humano? (¿El sexo es lo más importante de la vida?); etc.
  • El juego con el erotismo no sobresale en la puesta en escena, aunque la sexualidad esté siempre presente, de forma directa e insinua­da. Sin embargo, esta va a ser siempre la con­

secuencia de unas relaciones abocadas al amor, más que el detonante de pasiones in­controladas en los personajes (como sucede en el thriller o el melodrama contemporáneo).

  • Como notas sueltas apuntaremos que, entre los recursos del humor, predomina la ironía. El tono general es siempre amable y distendido. Los personajes pertenecen a la clase media y los desenlaces contienen considerables dosis de optimismo.

 
¿Por qué este minucioso recorrido por la co­media sentimental? Creemos que este subgéne­ro ofrece algunas claves positivas de compren­sión del mundo:

  • La comedia romántica es uno de los pocos géneros actuales en los que existe interés por la creación de personajes, es decir, por la configuración de modelos de referencia con los que el público pueda indentificarse. El im­perio de los efectos especiales ha traído co­mo consecuencia la pérdida de peso específi­co del factor humano en el cine y su sustitu­ción por la cosificación absoluta de la reali­dad.
  • La comedia sentimental nos presenta a seres integrados, en los que se presupone un cuerpo y un alma. Frente a la preocupante tenden­cia a considerar la realidad desde un punto de vista exclusivamente físico («sólo somos cuer­po»), este tipo de cine redimensiona la com­plejidad de la persona, devuelve equilibrio a un cine desjuiciadamente formalista.
  • Finalmente, la comedia sentimental puede permitimos reflexionar con los jóvenes sobre su vivencia del amor a partir de los dilemas concretos que plantea. La frescura y sencillez de estas obras, su ambiente realista y el hu­mor favorecerán este tipo de propuesta.

Como conclusión, basta decir que nos encon­tramos ante una de las manifestaciones cinema­tográficas más cercanas a ciertas inquietudes juveniles y, por tanto, más aprovechables desde un punto de vista pedagógico.

Jesús Villegas

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