La «manera finita de ser Dios»

1 enero 1998

Herminio Otero-José Luis Moral

Praxis Cristiana con Jóvenes : Itinerarios Educativos (II)

Al igual que ocurre con las, páginas anteriores, también éstas tienen como fondo ­teórico los estudios. lgualmente, aqui seguimos proponiendo otros pasos concre­tos para la praxis cristiana con jóvenes, que ahora arrancan de las viñetas del estu­dio de «Nando» (Los ocupas del Reino) Cuanto se apunta         a continuación, por supuesto, debe entenderse en el marco de los objetivos deldossier y reorganizarse conforme al proyecto concreto de cada grupo.

Presentación general

LOS jóvenes de hoy -quizá en mayor grado que los de ayer- ya no anticipan o configuran el futuro, sino que más bien son una hiriente radiografía del presente. Ser joven es actualmente, sobre todo, for­mar parte de una lista de espera. Aunque algunos se encuentren muy cómodamen­te «haciendo la cola», no deja de ser triste y dramática la herencia que les dejamos.

Una segunda observación previa. No es fácil hablar de los jóvenes; en el mejor de los casos, en nuestros sentimientos y  palabras, son un terreno gratuito para «proyecciones» de adultos (por ejemplo, se les pueden achacar muchos de los desmanes que no sabemos bien cómo explicar o se les puede atribuir la falta de sentido que notamos en tantos campos de la vida). Concretamente, a la hora de hablar de sus problemas, debiéramos considerarlos no tanto «problemas juve­niles» cuanto «problemas sociales»; en fin, más que darle vueltas al cómo son los jóvenes, tendríamos que comenzar por reflexionar sobre «nuestras percep­ciones» de los jóvenes.

Pero esta parte del dossier se centra precisamente en la vida de los jóvenes. De lo anterior, al menos, saquemos una doble conclusión: nunca debemos hablar de los jóvenes sin los jóvenes y tampoco aplicarles, sin más, cuanto en primer lu­gar es una cuestión de toda la sociedad.

Los últimos estudios sobre los jóvenes’ dejan claro que está en marcha una «re­definición de la identidad de la juven­tud». Los medios de comunicación son proclives a manejar estereotipos que no se corresponden con esa identidad emer­gente. La «imagen» tópica resultante si­gue induciendo a mantener la descon­fianza hacia la juventud.

Tres notas generales, entre otras muchas, están impulsando la nueva identidad y valores de los jóvenes de hoy:

  • Retraso de los procesos de separación de la familia y de inserción social y la­boral. Esto comporta el correspon­diente retraso en el desarrollo de una personalidad autónoma y la acentua­ción del carácter de «eternos adoles­centes» que caracteriza a nuestra so­ciedad de hoy. La prolongación de los estudios, por otro lado, sirve cada vez más como «ocupación alternativa» y hace que sean cada vez menos una «pre-ocupación».
  • El conjunto de dificultades que se es­conden detrás de los procesos señala­dos en el punto anterior están convir­tiendo a los actuales jóvenes en la ge­neración más integrada de las últimas décadas. Las únicas dificultades que tienen con la sociedad de los mayores derivan de que no se les permite inte­grarse; no de que quieran rebelarse.
  • Relevo en las instancias socializadoras y «enculturizadores». Se ha reducido

drásticamente la influencia de la fami­lia e instituciones como la escuela o la Iglesia y los vacíos enculturizadores están ahora ocupados por dos influen­cias predominantes: los medios de co­municación, particularmente la televi­sión, y el grupo de los «pares».

Planteamiento y pautas generales de trabajo

Actitud y objetivo

He aquí un material para trabajar con jóvenes (y con educadores de jóvenes). Hay que tener en cuenta que su contenido es muy serio y rico, a pesar de la forma y lenguaje en que está expresado. Esto ten­dremos que decírnoslo a nosotros mismos y hacérselo ver a los demás. No podemos perder de vista que el objetivo: «Jesús nos invita a tomar partido por el Reino como plenitud de vida para todos». Por eso que­remos «restituir vida y esperanza a cada joven a la luz de Jesús de Nazaret».

Lectura

Antes de nada conviene leer todo el re­lato para saber de qué va: qué pone, qué no pone, qué dice y qué deja de decir.

Primer acercamiento

Después de haberlo leído, se provocan las intervenciones para hacer que aflo­ren las primera impresiones globales. Se puede comenzar con una pregunta (¿Quépasa ahí), intentando que respondan con el relato de lo que ahí se dice. O se pue­de hacer a partir de la siguientes o pare­cidas frases incompletas:

– Los sentimientos que me ha provocado son…

– Lo que más me ha gustado es… – Lo que aquí dice es…

– Aquí se refleja que..

– Lo más parecido con la realidad de los Jo­venes es…

1 Empleamos como fuente básica el último estu­dio: M. MARTIN SERRANO-O. VELARDE, Informe «Ju­ventud en España ’96», Injuve, Madrid 1996. Para ciertos datos específicos nos servimos también del estudio del INSTITUTO DE LA JUVENTUD acerca de «La solidaridad de la Juventud» (Injuve, Madrid 1995).

Descubrir la situación

No es necesario detenerse mucho en estas cuestiones, pero puede ayudar a ver dónde está el grupo, qué valores le mueven, cómo se sitúa ante la realidad y ante las vivencias de los jóvenes. Habrá que evitar que se centren demasiado en el título: para algunos grupos la palabra okupas puede despistarlos, ya sea porque la rechazan o porque tiene cierta atrac­ción hacia ellos.

Síntesis

A la vez, este primer acercamiento ser­virá para hacer una síntesis de lo que díce este artículo. Ello nos facilitará la pro­fundización posterior mediante el análi­sis a partir de cada una de sus partes. Si no se ha hecho antes, es aquí donde se puede hacer la síntesis: «¿Qué nos narra esta historia?».

Profundización

A partir de lo que haya salido y según lo que cada grupo haya recalcado, se puede trabajar sobre cada uno de los pun­tos que a continuación señalamos. Tras un breve comentario sobre » la identidad de los jóvenes» tal como queda reflejada en algunos estudios sociológicos, ofrece­mos pautas generales para las imágenes, agrupadas de dos en dos las páginas del Estudio de «Nando». En este caso es im­portante centrarse también en el texto. No es necesario seguir todas las pautas que aquí se dan y ni siquiera es necesa­rio conservar el orden en que se ofrecen. Lo importante es partir de cada grupo y llegar a que se impliquen con una toma de postura personal o grupal después de un proceso de confrontación, análisis y profundización.

LOS estudios sociológicos sobre los jóvenes, al analizar la «redefinición de la identidad» que se está produciendo, des­tacan cómo al frustrarse para ellos tantas expectativas de integración en la socie­dad adulta, van apareciendo sentimien­tos y comportamientos en estrecha rela­ción con la defraudación y la desilusión.

Así, muchos se definen más por el «es­tar» que por el «llegar a ser», olvidan el pasado y renuncian al futuro para que­darse en un «presentismo» localista y endogámico.

1. ¿Qué serán lo jóvenes del próximo siglo?

  • La primera página, de presentación y síntesis, ofrece el planteamiento y resume lo que va a aparecer después. Convendrá retomarla al final, como allí se indica. Por ahora, ¿que ofertas nos llegan? ¿En qué están envueltas? ¿Qué pretenden?
  • ¿Se puede decir que los jóvenes han convertido «su vida en un inmenso sofá don­de dejarse caer»? ¿Qué significaría esa frase aplicada a ellos? Decir todas las po­sibilidades en lo referente a estudios, relaciones, compromiso personal o social, religión.
  • ¿Quiénes son y cómo actúan «los okupas de la tele»? ¿Abundan mucho? (Y se une con la doble página siguiente).

Más que con padres, hermanos, compañeros…, los niños, jóvenes y adolescentes van creciendo con la televi­sión como partenaire. Del pro­gresivo desvelamiento de las realidades más intensas y «fe­roces» de la vida humana ya no se ocupan los padres. Las verdades de la carne (sexo, procreación, enfermedades, muerte…) y las verdades de la fuerza (violencia, guerra, dinero, ambición…) se manifiestan en toda su crudeza en la «Tele-Vida-Mundo». Y más: la televisión no sólo redu­ce la vida y el mundo a una «caja», sino que emplea además cálidos y acríticos instru­mentos persuasivos.

Dice J.C. Tedesco, en este sentido: «La televisión tiende a reproducir los mecanismos de socialización primaria empleados por la familia y por la Iglesia: socializa a través de gestos, de climas afectivos, de tonalidades de voz y promueve creencias, emociones y adhesiones totales».

2 Los «okupas» de la tele

Ya no sólo sentados en el sofá sino metidos en ese mundo que se ha convertido en una tele o, mejor, en una pantalla gigante en la que todos nos vemos refleja­dos y en la que todos buscamos nuestra imagen en medio de las sombras -y lu­ces- que nos habitan. Es la moderna cueva de Platón. ¿Qué datos lo reflejan? ¿Qué nos parece? ¿Por qué es así? Resumirlo en un relato que comience así: «De repente el mundo se convirtió en una televisión…»

  • Hemos convertido la vida en un culebrón. Aportar datos reales sacados de nues­tra propia experiencia que pudieran ser parte de ese culebrón. Elaborar después un guión de ese culebrón común en el que se reflejen las actitudes
  • El mando a distancia (sensación de poder mágico: omnipotencia) y el zapeo (sen­sación de vivir todo: omnipresencia) se convierten en objetos y actitud simbóli­cas que dan la salvación a los okupas de la tele. ¿Es eso vida? (Creemos vivir por­que vemos, pero no nos movemos ni en realidad vemos).
  • Devoramos imágenes (y otras «sensaciones de vivir»: gestos rápidos, emociones fuertes, situaciones provisionales…) sin necesidad de asimilarlas. Poner ejemplos. ¿Es eso vida?
  • Resultado: «la insatisfacción y el vacío». ¿Estamos de acuerdo?
  • Se hicieron la gran pregunta: «¿Habrá vida más allá de la tele-muerte»? Respon­der a la pregunta ahí formulada.
  • Eso fue «al tercer día», ese tiempo simbólico y ocasión propicia para encontrar la salvación. ¿Cuáles son los síntomas de que estamos ya en ese «tercer día»?
  • ¿Cuál sería nuestra gran pregunta? Formularla y responderla.

NO todos los ‘jóvenes son así. Pero también son así. Por aquí discurre un cambio que enciende la luz de alar­ma: según tiempos y circuns­tancias, los jóvenes son así o asá. Los análisis sociológicos reflejan, por ejemplo, el esca­so asociacionismo político, cultural y religioso. Sin em­bargó, crece el aprecio al vo­luntariado y la afiliación a ONGS. En cualquier caso, los jóvenes valoran en gran medida el sentirse queridos, aunque ellos no sepan muy bien «cómo querer». Igualmente, resulta esperanzador comprobar la preocupación de los jóvenes por el sufrimiento de las personas que necesitan ayuda (16%), por encima de la situación eco­nómica propia (12%) o por la salud ).

3. «Okupas» del gran vacío, «okupados» por él

  • Comentar el párrafo introductorio. La primera parte se conecta con lo planteado en el punto anterior. Poner nuevos ejemplos y aterrizar en situaciones concretas. • Repasar las características de «los okupas del gran vacío»: generación light (des­comprometida), gente guapa (lo ha tenido todo y no da nada…), aséptica (no se mancha ni quiere mancharse) y superficial (no va a lo profundo), materialista (vende su primogenitura de ser personas dejándose llevar por las lentejas que vienen de fuera … ).
  • La imagen presenta cuatro canales y todos funcionan a la vez. Centrarse en ellos: trabajar con el concepto que se recalca en cada pancarta. ¿Qué datos y hechos los confirman? Hacer una lista para cada pancarta. Se pueden buscar incluso breves fragmentos emitidos por televisión. Pueden ser simplemente cuatro anuncios…
  • Teniendo en cuenta lo anterior, trabajar a partir de los eslóganes que traducen esos conceptos: ¿Sucede así? ¿Qué datos y hechos concretos podemos aportar, ya sea en el ámbito personal, familiar, laboral, de relaciones, político, social…? ¿Por qué es así?

RESPECTO al tema de la religión, el último estudio del Injuve, realizado entre 6.000 jóvenes con edades entre los 15 y los 29 años -que en Espa­ña son más de 9,5 millones de personas-, revela que el 73% se declara católico, aunque sólo el 19% practicante; un 2% cre­yente de otra religión, el 12% no creyente y el 11% indiferen­te. El informa sociológico de la «Fundación Santa María» de 1994 (Jóvenes españoles ’94) in­cluía un apartado titulado «La sorpresa de la oración de los jóvenes».

Allí podía leerse: «Casi 6 de cada 10 jóvenes afirman tener, en el momento presente, experiencias y conductas de oración. Asímismo no hay que desdeñar el 12% de jóvenes que ejerce una lectura meditada de textos cristianos, el 10% una oración comunitaria con sus amigos, el 11% práctica de himnos y cánticos religiosos».

4. La noticia desconcertante

La buena noticia se llama aquí «anuncio desconcertante». ¿En qué consiste? ¿Por qué y para quién es desconcertante?

  • Centrarse en ella: La noticia viene entre las demás noticias, mezclada entre otros anuncios dentro de los programas. (De un programa se tratará, pero de vida). Lo bueno es ser capaces de captarla en medio de todo eso: captar y saber ver la No­ticia («El Dios de los vivos está en la vida») en medio de las noticias. («Me en­contraréis encarnado en todas las esquinas»). ¿Cómo hacerlo?
  • «El Dios de los vivos está en la vida». ¿Qué significa eso? ¿Cómo se puede tra­ducir?
  • ¿Quién da esa noticia desconcertante? Sabemos que es Jesús, que nos refleja el rostro del Padre.
  • Trabajar a partir de las reacciones de la gente al escuchar «el anuncio desconcer­tante». En primer lugar, caer en la cuenta de qué son capaces de ver y escuchar lo que otros escuchan pero no ven, oyen pero no entienden. Y se ponen a co­mentarlo en seguida, cada uno desde lo que ha vivido.
  • Notar las distintas reacciones y ver cuáles se dan en cada uno de nosotros.

Descubrimiento por lo que se ve y se oye y confesión: «Era él». Actualización: Es el del libro de religión.

Incredulidad: «¿Cómo va a estar ahí, en la vida en la calle, en la gente…?».

Conversión: De vivir en los templos y dormitar en las oraciones repetitivas… a descubrirlo en la vida, en la calle.

Duda: «¿Y si fuera verdad?». Determinación: «Eso es una locura. Y si fuera ver­dad, lo buscaría como un loco».

  • La motivación: el año 2000, declarado Año del jubileo. El mensaje: «Cambiad de chip». ¿En qué podría consistir ese cambio? Trabajar a partir de la comparación con el chip: concretar en qué podríamos cambiar para convertirnos en personas que, dando vida, gozan de la vida.

Somos Seres Acogidos y Visitados

EL Informe «Juventud en España ’96» apunta: «El transi­to del catolicismo practicante al no practicante se relaciona en la juventud sobre todo con la maduración. […] Hasta ahora el número de no-creyentes e in­diferentes, era menor que el de católicos practicantes. Pero en esta encuesta se rompe esa ten­dencia secular y aparece por

primera vez en los Informes de Juventud, que hay más jóvenes no creyentes e indife­rentes, que jóvenes que practiquen la religión católica. Ese cambio no se debe a un in­cremento de la juventud no creyente e indiferente. De hecho las cifras han permanecido estabilizadas. Es la consecuencia de la caída en el número de los católicos practicantes» (p. 266). Antes de la práctica está la vida y la experiencia de quien nos ama gratuita e in­condicionalmente a todas las horas. La práctica brota de ahí o se seca y nos seca.

5. Los okupas de la vida

No es fácil descubrir las verdades fundamentales para vivir. ¿Cuáles son las que aquí se dicen? Entresacarlas del texto escrito al principio y comentarlas después.

Señalamos algunas:

– «Donde realmente encontraron a Dios fue tomando café con los vecinos del ba­rrio y en los centros de acogida de los marginados». ¿Por qué? ¿Dónde más se le puede encontrar y dónde no se le encontrará probablemente nunca?

-«Se acabaron los dualismos entre lo humano y lo divino, lo religioso y lo pro­fano…» ¿Qué aplicaciones y consecuencias concretas trae esto?

-«Dios es la manera infinita de ser hombre». ¿Cómo va nuestra encarnación? ¿Y nuestra esperanza?

-«El rostro de Dios aparece en el rompecabezas recompuesto de toda la huma­nidad dispersa». Ver más adelante, en el punto 7.

  • Seguir los pasos de la fe tal como ahí se narra. Lo primero, tomar conciencia de que «en el fondo de nuestra vida palpita la vida de Dios». Realizar un doble ejercicio: – Ejercicio de relajación:Respirar a Dios.

Ejercicio de expresión: A partir de la imagen, que representa una pantalla de ra­yos X que dejan traslucir a Dios, dibujar otra imagen en la que se vea a cada uno y, dentro de él, el símbolo que represente la vida de Dios en su vida.

  • Hay una columna estrecha y vacía: ¿Qué pondría cada uno en ella?
  • La pasión por vivir: Cada momento, cada belleza, cada alegría y cada dolor… son sacramentos de su presencia. Profundizar en esta idea. ¿Cómo lo vive cada uno? ¿Cómo lo podría vivir? ¿Qué habría que hacer para vivirlo?
  • Convivir con el resucitado/encarnado en quienes nos rodean. ¿Qué tendríamos que hacer para descubrir en los demás el rostro de Jesús? Y si sabemos que en el rostro del otro se muestra Dios, ¿por qué con tanta frecuencia rechazamos a las personas?
  • Compromiso: ¿Cómo vamos actuando en este trabajo por la fraternidad? ¿Qué se k podía hacer y qué hacemos?

Felices e Infelices

DESDE el principio de los ’90, los jóvenes vienen afirmando que las «relaciones personales» constituyen la principal fuente de felicidad. Desde entonces, aumenta el número de los que se refieren a su «estado personal» (físico, material, afectivo y social) co­mo causa de felicidad e infeli­cidad. También crece el nú­mero de quienes dicen «ser infelices a causa de los pro­blemas de alcance colectivo». La desgracia ajena se ha cons­tituido en un criterio de infe­licidad, aproximadamente, para capa uno de dos jóvenes.

«Cabe concluir -afirma el Informe «Juventud en España ’96- que para la gente joven, «la felicidad» viene cada vez más de las buenas relaciones que mantienen con el endogrupo. Y la «infelicidad» de la solidaridad que manifiestan con los exogrupos que padecen situaciones de necesidad, marginalidad o tragedia» (p. 222).

6.Entre dos caminos

• Dos llamadas tiran de nosotros. ¿Cuál predomina más en cada uno? Téngase en cuenta que una habla desde el pasado y tira hacia atrás; la otra, con los pies en la tierra, invita desde el futuro y llama hacia adelante.

  • Para eso hay que haber escuchado las dos llamadas y, antes que nada, caer en la cuenta de que existen. ¿Cómo andamos nosotros en ello? ¿Nos parecemos a al­guno de los personajes que las escuchan? Fijarse en ellos y ver qué actitudes tie­nen (van de prisa, miran hacia atrás, suda, invita hacia adelante).
  • Leer con atención lo que dice el fantasma. ¿Qué de eso se da en nuestra vida o en la de la gente cercana a nosotros en edad y condición? Ir formulando sus pre­guntas y responder según el esquema que allí mismo se ofrece.

– ¿Qué vivís en casa?

– ¿Qué os ofrece la calle?

– ¿Qué es vuestra misma vida?

  • Pero el Profeta de la Esperanza actúa también, y lo hace frente al Profeta de Calami­dades. ¿Estamos de acuerdo con lo que dice? ¿Cómo se sitúa cada uno ante esos puntos? Repasar cada uno de los aspectos que nos trae un año nuevo y que son propios de nuestro tiempo actual (ciencia, técnica…). Señalar después en cada as­pecto casos concretos e indicar hechos específicos: «Durante este tiempo pode­mos vivir y gozar de…»
  • El Profeta de la Esperanza invita a la acción y al cambio. ¿Cómo hacerlo? Concluir de tres formas diferentes cada una de las siguientes frases:

Para saltar de la pasividad al compromiso se necesita…

Para pasar del vacío del hombre light a la plenitud del ser vivo se requiere…

  • Y dice más: «Hagamos de esta experiencia humana un lugar de encuentro para la vivencia de la fe». El problema es cómo. Hablar sobre ello y buscar pistas de actuación. Elegir después una estrategia concreta y llevarla a cabo.

Manera finita de ser Dios

EL estudio acerca de «La Solidaridad de la Juventud» afirma que «el 61% de los jó­venes españoles manifiestan estar dispuestos a dedicar vo­luntariamente algo de su tiempo colaborando en algu­na actividad humanitaria y social. Entre ellos se incluye el 10/12% que ya desarrollan cierta frecuencia algún tipo de voluntariado. Quiere esto decir que la mitad de los jóve­nes son potencialmente coo­peradores activos y cabe de ellos con desigual grado de compromiso, una incorpora­ción a tareas que demandan cooperación» (p. 102).

Creados todos como creadores hace falta una respuesta que permita el triunfo de la creación: construir el Reino de la vida.

Los «ocupados» en el Reino

  • La imagen final ofrece la síntesis y da la clave de actuación. Un ángel (símbolo de la presencia de Dios) sonriente (mantiene la esperanza), anuncia desde la tele (hay que descubrirlo en las situaciones humanas) el mensaje para el 2000: Vivir con alegría, tener conciencia de que Dios está en nosotros, tener y usar las «cla­ves» (llaves) para ser de forma definitiva desde ahora mismo.
  • Por otra parte, el mensaje viene desde arriba. Dios, como en la Biblia, está repre­sentado por una nube y manos generosas que cada día ofrecen el maná del sen­tido a quienes quieren buscarlo. Después hay que inventarlo cada día (encon­trarlo) y realizarlo (llevarlo a cabo poniéndolo en práctica).
  • Y una puerta invisible establece la separación entre quienes descubren lo esencial de la vida y quienes no, entre quienes dan el paso hacia el sentido y la esperan­za y quienes no. Así podemos pasar de los okupas pasivos de la tele y del vacío a los que se ocupan de descubrir y hacer presente el Reino en medio de la vida. Co­mentar todo esto.
  • Repasar las actitudes de los «ocupados en el Reino», ese rompecabezas que para algunos no tiene sentido y para otros lo tiene porque hay que dárselo cada día: – Ponerse en camino.

– Atrapar al vuelo una a una las anécdotas cotidianas que dan sentido a la vida. – Recogerlas cuidadosamente. Contemplarlas maravillados.

– Encajarlas para recomponer el verdadero rostro de Dios.

– Trabajar hoy con la esperanza de que mañana se puede hacer lo que hoy no te­nía sentido. La vida es entonces una aventura y una ventura.

  • ¿Qué implica cada una de esas actitudes? ¿Cómo se pueden concretar en hechos?
  • Si echamos una mirada a nuestro alrededor, ¿qué agujeros se notan todavía en el mosaico de la vida? Se puede referir al ámbito personal, grupal, familiar, social, político, laboral. Resumirlo de la siguiente forma: Trocear una foto personal, una foto de periódico, un póster… y recomponerlo dejando fuera alguna pieza del rompecabezas.
  • ¿Cómo y dónde se cruza nuestra vida y nuestra fe? Expresarlo de forma original: Con papel de periódico, elaborar unas llaves que serían las llaves de los ocupa­dos en el Reino, la llaves de la vida.
  • Como final se puede volver al resumen de la primera página y comentar los cuatro estadios. ¿Dónde andamos nosotros?
  • ¿Qué título pondríamos ahora? ¿O cómo explicamos el que tiene?
  • Ha salido en repetidas ocasiones el mando a distancia. ¿Cuál es nuestro mando? No un mando de mandar y dominar sobre lo(s) demás, sino el mando personal que nos ayuda a autocontrolarnos (saber dónde estamos, qué hacemos y qué buscamos), au­topropulsarnos (darnos esperanza). Dibujarlo y señalar gráficamente las funciones que tiene.
  • Realizar una contraprogramación: preparar cuatro pancartas en la que se señalen los valores del Reino que hacen presente a Dios en la vida en vez de Hedonismo, Con­sumismo, Permisividad y Relativismo. Buscar también el eslogan que explicitaría a cada uno de esos valores («Tanto eres cuanto sirves» … ). Preparar un pequeño guión en que uno o más personajes actúan de acuerdo a esos valores. También se puede re­presentar. Será la mejor forma de ir incorporándoles a la propia vida para llevarlos después a la práctica cotidiana.