LA MISA DE 12 DE SALESIANOS DE SANTANDER

1 abril 2010

Alfonso Villa
 
¡Qué bonito! ¡Merece la pena ir a misa!
Cuando alguien espontáneamente se acerca y te dice estas palabras….. ¿Qué sentimos? Me imagino que alegría, satisfacción… y cuando esto ocurre ¿por qué no sucede lo mismo con otras eucaristías? ¿Por qué algunas de las eucaristías que celebramos tienen “algo” que otras no tienen? Pues ese “algo” es lo que procuramos poner en la misa de 12 de Salesianos de Santander. Nuestra misa de 12 es una misa pensada y dirigida a los niños; pero hay muchos adultos, familias, personas mayores. Y quizás son éstos últimos los más agradecidos e incluso participativos  cuando “hacemos cosas raras”.  Pero todos saben que es la misa de niños, la misa joven de nuestro cole, de nuestra casa.
La misa de 12 ha sido y es  la misa del Oratorio, la misa de niños. Esta eucaristía, espero no equivocarme, empezó a desarrollarse con esta orientación antes de 1981, pero con Emilio Hernando y Chema Martínez se empezó a unir con el Oratorio, donde venían y siguen viniendo más niños y niñas de fuera del colegio que del colegio. Ellos empezaron dando una  orientación más familiar.  En ella colaboraron tanto los clérigos que había entonces como los prenovicios de la casa. La cita era a las 11:00 h de la mañana. Juan Carlos Gandarias le dio continuidad y la labor de los prenovicios continuó manteniendo las 11:00 h. como hora de celebración. Después Eduardo Echávarri y yo comenzamos a animar la eucaristía y quizá acentuamos más el protagonismo de los niños y jóvenes. A ello, añadimos la apertura del Oratorio después de misa y la incorporación de los monitores del Oratorio y Centro Juvenil como momento de encuentro y compromiso. Más adelante, por decisión comunitaria, cambiamos la eucaristía a las 12:00 h. de la mañana, que hasta entonces era la misa de la familia salesiana. Este cambio llevó consigo el no abrir el Oratorio por la mañana, ya que no había tiempo; pero supuso la creación, en relación con el Oratorio y como una actividad más de él, de los grupos de postcomunión (5º y 6º)  antes de la misa, que es como está hasta el día de hoy. Por lo tanto a las 11:00h hay grupos y a las 12:00 h eucaristía, luego a comer y por la tarde Oratorio, legalizado como Club Atalaya.
No sé a vosotros, pero preparar una eucaristía cuesta mucho. Al menos a mí me lleva mucho tiempo. Tanto de preparación, reflexión personal como de preparación material. Todos sabemos lo que es la eucaristía, su valor… pero, ¿no es cierto también que los sacerdotes nos creemos y lo vemos como algo solamente nuestro? De hecho quizá a veces reducimos nuestra mayor preocupación al momento de la homilía,  a qué vamos a decir. ¿Pero nos preocupa el cómo, la forma, el tono, la cara incluso que ponemos cuando expresamos, cuando estamos rezando? Creo que hay que ayudar a Dios a expresarse ya que “oficialmente” somos los grandes comunicadores  de Dios. Y esto cada celebración es un reto. Si Jesús en su época se valió de parábolas, gestos … para que le entendiesen: ¿qué no tendremos que hacer nosotros? ¿no tendremos que “traducir” “actualizar” el mensaje de Jesús a nuestros días?
Pero como el tema es hablar de lo que hacemos a continuación os presento algunos elementos con los que tenemos la suerte de contar en nuestra misa de 12.
 
Elementos de nuestra misa

  • La animación musical, el coro. Fue lo primero que se estableció. Primero los clérigos y prenovicios, luegose incorporaron profesores, después animadores… Siempre ha habido un coro juvenil  gracias a la gran disponibilidad de personas generosas y entregadas. Actualmente el coro lo forman niños, jóvenes, monitores y cooperadores. Fundamentalmente se acompaña con guitarra y órgano, y a veces se introduce percusión, palo de agua….a esto hay que añadir últimamente la proyección a través de ppt de las canciones en pantalla grande. Vaya para todos ellos y para los que empezaron  a través de estas líneas un reconocimiento a su animación y un gracias muy grande. La música, las canciones en la eucaristía es el alma, la alegría de la eucaristía.
  • Ambientación de la iglesia: Cada domingo cuando la gente entra procuramos que haya  algo que llame la atención (generalmente en relación con el evangelio, tiempo litúrgico, acontecimiento…)
  • Actitud positiva, tono, semblante del celebrante: Un rostro alegre, dando a la eucaristía un cariz familiar, espontáneo, cercano, no convencional o ritualista, donde el llanto de un bebé no molesta, sino que es un cristiano más.
  • La fuerza del evangelio: En la eucaristía hacemos una lectura y el evangelio. Y a éste le damos el mayor peso. Sí procuramos proclamarlo de formas diversas: dialogadamente, haciendo un signo a la vez que se lee, dramatizándolo, con carteles…. Que no sólo sea una lectura, proclamación, sino que sea una lectura comprensiva, para ser escuchada y vivida desde los retos que se nos presentan actualmente.
  • La participación de los niños, que anteriormente han estado en grupos formativos. Como he mencionado los niños/as de 5º y 6º de primaria, tienen su momento de grupo en relación con el itinerario a las 11:00 h. Esta participación está en el leer, hacer gestos, distribuir cosas, traer las ofrendas… La participación y buscar cauces de participación es fundamental para que todos sientan la misa como suya. Sí participan y mucho. Y eso que el carácter del norte, y en especial de Santander, es en este campo muy retraído.
  • La asistencia. Es una asistencia plural, familias, adultos, jóvenes, y niños; pero todos saben que es la misa de niños. Saben a lo que vienen y creo que lo agradecen. Eso no quita que haya veces que alguien se levante y se vaya. Podemos decir que hay alrededor de 300 personas, que se incrementa en ciertos días señalados.
  • La creatividad y plasticidad que procuramos dar a cada evangelio y homilía. En este capítulo, algunos nos dicen que se me ocurren cosas raras, bonitas, especiales o distintas. El objetivo no está en eso sino en que la Palabra de Dios llegue a cada uno de nosotros. Y por ello, aprovecho todo lo posible, todo lo que veo me vale. Al intentar poner creatividad y plasticidad lo que busco es  hacer visible, plástico, entendible el evangelio, la homilía.  Ello lo hago a través del signo o gesto de cada domingo.
  • Signo y gesto del domingo: Lo que procuro hacer a través de él cada domingo es hacer el evangelio real, concreto, al alcance de cada uno. Que cuando vaya a casa, salga a la calle, esté con los amigos, en el campo de fútbol…. o donde sea; a través de ese signo o gesto sea un referente de Dios pueda elevar la mente a Dios, se acuerde Él, o le sienta más cercano. Para encontrar el gesto o signo apropiado me baso fundamentalmente en un primer momento en exégesis, lecturas, reflexión personal, dejar que mi mente vuele y luego procuro buscar la forma, el modo a través del cual lo voy a expresar. A esto me ayuda algún escaparate que veo, anuncios de la tele, slogans que se repiten socialmente,  palabras o frases que escuchas, preguntas en el CJ, objetos de uso diario, carteles, signos, dramatizaciones… Sí tengo que decir que a veces a estos signos o gestos les doy un matiz “mágico”.

 
Algunos gestos que he empleado y que a veces algunos me recuerdan son:

  • el móvil y pasamos un mensaje en ese momento en misa, en la homilía.
  • bajar desde lo alto de la iglesia una estrella o un corazón que es un espejo y donde nos miramos todos.
  • ponernos toda la iglesia unas gafas de 3D mientras leemos el evangelio del ciego….para experimentar la ceguera y darnos cuenta cómo podemos nosotros deformar la realidad según…
  • regalar a los asistentes un clavel en el día de la madre por parte de los hijos
  • llevar una hogaza de pan gigante y repartirla al final en el patio (ser más buenos que el pan).
  • un truco de magia.
  • Tamagotchi.
  • power point, vídeo, imágenes… proyectado con el cañón de vídeo en la pantalla grande.

 
¿Qué opinan, que frutos veo al realizar así la eucaristía? Pues no lo sé. Y la verdad no me preocupa: eso es ya la gracia de Dios. Sí me he permitido preguntar un poco, ya que tenía que escribir este artículo, y quizá alguna de estas respuestas a alguien le puedan servir: “Es una misa diferente”, “Hay más niños de los que suelen verse en las iglesias”. “Los sermones son adaptados, te cambian, te muestran que vida deberías llevar”. “No sólo hablar sino demostrarlo en la actualidad”. “Tiene algo especial, más divertida sin aburrimiento, más participativa”. “Muy bonita, da gusto, tienes para todos un poquito”. “El hecho de que los niños lean, participen en el sermón…lo hace más cercano”.
A nivel personal tienes la enorme satisfacción  de haber procurado ayudar a rezar,  elevar la vida a Dios e intentar animar a vivir la semana. Otros elementos de satisfacción es la asistencia de los niños un domingo y otro,  que alguien espontáneamente conocido o desconocido se acerque y te/nos feliciten por la eucaristía….. no sé, creo que es un poco presuntuoso hablar de los frutos de una eucaristía y en concreto de ésta. Quizá una de las últimas frases que nos dijeron y que me ruborizaron un tanto fue unas personas mayores que habían asistido a la eucaristía ese domingo y en plena calle (estaba con los monitores del Oratorio al término de las actividades y el cine)  nos abordaron  y después de alabar la misa concluyó la señora:  “merece  la pena venir a misa”.
Un saludo y que el señor nos guíe y  bendiga.