LA MOVIOLA

1 mayo 2006

Uno de los recuerdos televisivos de nuestra infancia fue el programa deportivo Estudio Estadio y, sobre todo, la sección “la moviola”. Como muchos recordarán, en esta sección se visionaban una y otra vez las jugadas más polémicas de la jornada dominical y un par de árbitros o entendidos, viendo la jugada de adelante para atrás, de atrás para adelante, parando la imagen en el momento decisivo, confrontando con líneas imaginarias que salían en la pantalla, superponiéndolas al campo de juego…, decidían si había sido penalti o no, si era fuera de juego… y daban un juicio de valor mucho más meditado, reflexionado y confrontado que el pobre árbitro que en unos segundos tenía que decidir. Eso era la moviola… que quedó grabada en nuestra mente.
Tiempo de moviola
Muchos años después, retomamos la idea de la moviola cuando el equipo pedagógico del movimiento educativo de tiempo libre ADS (Amigos Domingo Savio, no Amigos de Domingo Savio) de la provincia religiosa salesiana de León optó por la experiencia como metodología educativa para estos grupos de preadolescentes.

  •  Hicimos una opción: que los chicos y chicas de 12 a 14 años, que participan de los grupos ADS, experimenten vivencias, organicen “aventuras”, tengan experiencias, realicen actividades, vivan la vida…
  •  Creíamos indispensable que, para llamarnos movimiento educativo, tuviéramos un tiempo para pararnos y descubrir todo lo que lleva esa experiencia vivida, de modo que no fuera un simple consumir experiencias sin más.
  •  Por eso en nuestros grupos, un cuarto de hora antes de finalizar la actividad, tenemos nuestro tiempo de “moviola”.

 Protocolo para animadores
Para que “funcione” la moviola, proponemos el siguiente protocolo a los animadores y animadoras de los grupos ADS:

  1. Lugar: Al final de la actividad, acudimos a un lugar tranquilo, donde no haya ruido, que no sea lugar de paso y en el que todos podamos estar sentados y cómodos. Es mejor que siempre sea el mismo lugar y que esté dedicado al tempo de moviola.
  2. Encuentro sereno: Una vez finalizada la actividad, y mientras nos tranquilizamos…, nos vamos sentando. Hablamos sin gritar, nos escuchamos…, charlamos entre todos con normalidad.
  3. Evaluación: Pasados unos breves minutos, hacemos la primera parte de la moviola: la evaluación de lo realizado.
  •  No nos quedamos simplemente en lo que hacemos, sino que, en la propia evaluación informal (qué sintieron, cómo lo pasaron, qué aprendieron…), vamos subrayando valores, objetivos que nos marcamos con la actividad o juego.
  •  Por lo tanto, el animador y animadora debe tener bien asumidos y aprendidos los valores que queremos potenciar y los objetivos que están presentes en esta actividad.

No se pueden leer… Tienen que salir con palabras que ellos entiendan y que a su vez les den pistas para descubrir que vamos creciendo como personas y como cristianos.

  1. Confrontación–oración: Después de unos minutos de evaluación, viene el momento de confrontar todo lo realizado y reflexionado con Jesús de Nazaret…
  •  De ahí que hagamos un gesto explícito cristiano, como una oración inventada por todos, una oración de acción de gracias, recitar el padrenuestro.
  •  A partir de un símbolo iniciamos la oración, realizamos un gesto que nos ayuda a experimentar la presencia de Dios Padre (como, por ejemplo, unir las manos…).

Lo importante no es lo que decimos sino que vaya calando entre todos que Jesús participa de la actividad, que Jesús está con nosotros evaluando y descubriéndonos cómo crecemos al potenciar tal valor, que descubrimos su presencia entre todos nosotros cuando rezamos como grupo, equipo, comunidad.

  1. Despedida: Finalizamos el tiempo de moviola despidiéndonos, recordando los avisos para el próximo día y saliendo tranquilamente.

En un mundo donde todo lo consumimos (no sólo cosas sino personas, experiencias…), en un mundo que potencia el surf en vez del buceo (la superficie, el envoltorio, lo externo… es lo que se prima), recuperar la moviola nos puede ayudar a ser más humanos y, para nosotros con su sinónimo, más cristianos.
Que no nos cansemos de ver una y otra vez las jugadas más polémicas de nuestra vida… Eso sí, con objetividad y con buenos asesores.

Xulio César Iglesias

 

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