Es duro pertenecer a una tribu urbana en verano. El sol y el calor obligan a renovar ciertos hábitos. Estéticos y de conducta. A continuación, algunas de las metamorfosis que presenciarás en discotecas, costas y parkings este agosto. Estás advertido.
1 Poqueros descamisadosCualquier discoteca tecno de extrarradio que se precie posee un parking a reventar de canis malotes perdiendo los papeles entre abdominales y tatuajes tribales. Este verano, gracias a programas de televisión como Callejeros, su nivel de autoconsciencia ha aumentado y comienzan a asimilar con orgullo su estatus de grupo. Corre a conocerlos antes de que se conviertan en algo comercial. |
2 Pijas recicladas en ‘flower powers’ monocromáticasPosiblemente no hayas reparado en su presencia porque este año han extendido el color camello de su moreno al resto de su indumentaria, lo que constituye un camuflaje perfecto; sobrio pero efectivo. Tal vez por ello, este ha sido su verano, algo así como el mayo del 68 del vestido babydoll y la botachancla. Paradas frente a un escaparate, o tiradas en la arena de la playa, la mímesis es perfecta. |
3 Modernetes en fiestas de puebloSe esfuerzan en pasar inadvertidos porque saben que no están en su elemento. Los autóctonos también lo saben y los miran divertidos. A pesar del look agrario casual, dan el cantazo tanto como un guiri en una terracita. Los verás pasárselo en grande, como nunca lo han pasado, alabando las maravillas de la vida campestre. En contra de lo que muchos creen, suelen terminar fundidos con los mozos del pueblo en un abrazo mañanero. |
4 Gogós aficionadasEl resto del año son chicas anodinas que prefieren no llamar la atención, pero en cuanto la temperatura supera los 25 grados copan cada tarima de tu pub o discoteca preferido. Llegado este punto, la transformación es asombrosa y el efecto inmediato: sus amigos de toda la vida, ahora en puja por ellas, se ven ninguneados y desplazados por animalotes de mal vivir que saben exactamente lo que tienen delante de los ojos. |
5 Heavies en bañadorUna de las imágenes más entrañables del verano. Ya sea en la playa o bajo el solazo de la ciudad, el heavy mantiene intacto su orgullo metalero llevando puesta cualquier prenda. Tras meses enfundado en vaqueros elásticos, el bañador de un heavy es la imagen misma de la libertad, como lo es un acuario más grande para un pececillo. Eso sí, las camisetas y las melenas se quedan como están. |
6 Pantalones cortosdemasiado cortos Los hombres más modernos de tu ciudad han emprendido una revolución consistente en recortar sus pantalones hasta donde sea físicamente posible. No te darás cuenta de ello hasta que se te sienten al lado en el metro o en el autobús, o hasta que se aprieten tras de ti en colas sudorosas para pedir una copa en un bar. Son como los vigilantes de la playa, pero sin playa. |
7 Góticos que se niegan a aceptar que el sol y el calor les han ganado la batallaEl mayor ejemplo de estoicismo y fidelidad a un estilo de vida que contemplaremos en nuestros desahogados días. Con el astro rey alineado en su contra, cada salida a la calle se convierte en un acto reivindicativo. Por la noche, en los pubs, los verás visitando asiduamente el lavabo para rehidratarse de forma económica. |
8 Culturistas bailandoComo las gogós aficionadas, aparecen en verano, normalmente en las discos más petardas y con la ropa más llamativa. No es raro verlos bailando de forma tímida y patosa la más simplona de las canciones estivales, con una copa calentorra en la mano y hablando a gritos con el camarero, al que conocen del gimnasio. Los que tenemos serios problemas para bailar de forma coordinada los miramos con cariño. |
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CRISTÓBAL FORTÚNEZ |
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EP3· (Suplemento de El País), 30-07-2010