[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ahora que comienza el curso, millones de jovencitos, que entran en la Secundaria, se llevará¡ toda una sorpresa y un disgusto. Y no es porque los nuevos planes de estudio sean más duros, porque se necesite un camión con remolque para llevar los libros, cuadernos y material escolar recomendados, o porque, al haber menos alumnos por aula, les resulte más difícil hacer novillos.
El desencanto es más profundo. Y es que los nuevos alumnos, nada más entrar en el institutito se van a hacer una pregunta trascendente: «¿Dónde está mi taquilla?». ¿Taquilla?… Sí, ese armario metálico y personal en el que se guarda la ropa de deporte, las chuletas, el balón y o la caja de lapiceros. Lo vemos a diario en todas las comedias juveniles que nos ofrecen por televisión. Y de un modo más repetitivo y cotidiano en Salvados por la campana, serie que lleva años en antena que ha creado una cultura de comportamiento y también de expectativas y sueños.
«¡Qué ganas tengo de llegar a Secundaria!», se dicen estos adolescentes, pensando en emular Zack o a Kelly; pero «¿mi taquilla?». Esta es la gran pregunta y la primera decepción existencial de un adolescente español (lo del primer amor llegará más tarde y no es tan importante como la taquilla) que está en camino de hacerse hombre o mujer, tal vez «joven televisivo» para toda la vida.
Y claro, en su colegio español no hay taquillas donde coincidir con la chica de al lado e invitan, al cine (también se darán cuenta de los autocines son ciencia-ficción), no hay un bar-burguer todo terreno, no hay altavoces en los pasillos para oír las gracias del director y tampoco hay animado ras. ¡Qué fraude!…
¿Cómo podremos elegir a la pareja del año, la perfecta pareja a imitar y envidiar en positivo, que siempre está formada por la jefa de las animadoras y el capitán del equipo de fútbol?…
Si empezamos a quitar a los adolescentes sus mitos, ritos y referencias vivenciales -adquiridos en la tele-, no haremos más que añadir confusión a esa etapa especialmente confusa, donde ellos creían que ya tenían algunas cosas claras y se preparaban para ellas.
Y luego está lo del baile de fin de curso, el smoking, el vestido de gala, «la noche más importan te de mi vida, mamá»:.., pero ése es un tema aparte, que dejaremos para más adelante, para cundo se recuperen de su primera decepción escolar adulta: «¿Mi taquilla?»
J. M. Plaza
PARA HACER
- Esta crítica de televisión es de hace un año («El Mundo», 15.10.96), pero la realidad que critica sigue siendo actual. ¿Quées loque nos dice? ¿Qué importancia tienen los modelos?
- ¿Qué imágenes se ofrece de los adolescentes y jóvenes en las series de televisión? Repasar las que ahora están en antena o las que sehan repuestoen el verano. Analizar algún fragmento.
- Hacer un esquema de un guión de una serie juvenil para la televisión: personajes, valores, situaciones, etc.
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