(The social network, 2010)”. Dirección: David Fincher. Guión: Aaron Sorkin; basado en el libroMultimillonarios por accidente, de Ben Mezrich. Producción: Dana Brunetti, Ceán Chaffin, Michael De Luca y Scott Rudin. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Fotografía: Jeff Cronenweth. Montaje: Kirk Baxter y Angus Wall. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Vestuario: Jacqueline West. Actores: Jesse Eisenberg (Mark Zuckerberg), Andrew Garfield (Eduardo Saverin), Justin Timberlake(Sean Parker), Armie Hammer (Cameron Winklevoss/Tyler Winklevoss), Max Minghella (Divya Narendra), Rooney Mara (Erica), Rashida Jones (Marylin Delpy).
Las redes sociales han ido cobrando una creciente importancia social, especialmente entre los internautas más jóvenes. Nombres como Facebook, Tuenti, o YouTube se nos han hecho familiares.
“Nunca lo había visto ni utilizado antes de la película. Y como muchas otras personas, mi actitud era bastante cínica, lo veía como un entretenimiento para adolescentes. Pero cuando comencé a investigar y a desarrollar mi personaje, nació una nueva admiración por él; creo que es una persona que antes se sentía incómoda y ha desarrollado un modo de conectar con los demás. Y para algunos, es un medio para relacionarse, cuando antes no lo había. Creo que eso ayuda a entender parte del enorme éxito que ha tenido. Facebook cambia tus relaciones, por supuesto, en el sentido de que te permite omitir partes de ti mismo que no te gustan, cosas que en primera persona son difíciles de esconder. Muestras tus mejores fotos, los libros que más te gustan, los más respetables… puede no ser cierto, claro, y puede que no sea la apariencia más genuina, pero ayuda a muchos a relacionarse. Y eso está bien.” (Jesse Eisenberg, protagonista)
Pero, ¿qué hay detrás de esos mundos? ¿Cómo se han originado? ¿Qué pretendían los iniciadores? ¿Cómo se usan en la actualidad?
Las andanzas de Mark Zuckerberg están, desde hace tiempo, en el ojo del huracán. Polémicas, acusaciones, demandas, acuerdos, cambios de socios… El director David Fincher, que alcanzara la fama con Se7en (1995), ha intentado acercarse a su figura con una mirada especial.
“El mayor reto fueron las emociones encontradas. Aaron Sorkin ha escrito un personaje increíble, lleno de conflictos internos. Es una persona tremendamente elocuente, brillante, y sin embargo muchas veces se queda callado; a veces le vemos muy tímido, y en otro momento, muy agresivo. Eso fue lo difícil, encontrar esas emociones, descubrir qué es lo que le motiva, lo que le empuja a comportarse de esa forma.
Vi vídeos con sus entrevistas, leí artículos sobre él… Hasta cierto punto sentía que le robaba las ideas. Cuando creas algo totalmente ficticio tienes que aportarlo todo, desde su modo de caminar a su actitud, y hay ocasiones en las que te das cuenta de que no has creado un personaje: eres tú. Pero documentándome sobre Zuckerberg, todo era más sencillo, sólo tenía que fijarme en él. Me di cuenta, por ejemplo, de que se chupa mucho los labios cuando se siente incómodo. Cosas así. Usé aspectos reales para crear mi papel.
Hay muchas ocasiones en las que vemos cómo se mantiene al margen, en una esquina, observando interactuar a los demás. Pero por otro lado está en una posición privilegiada para ver cómo quieren relacionarse las personas; y luego vuelve a casa y crea una herramienta con la que quinientos millones de personas se quieren relacionar. Es curioso porque a partir de su propia alienación social se percata de lo que desean los demás en sus relaciones personales. Como él no participa de esas relaciones sociales, su visión es más objetiva.” (Jesse Eisenberg)
Augusto Fernández
Pistas para la reflexión
¿Cómo se originó Facebook? ¿Quiénes tomaron la iniciativa? ¿Qué pretendían?
¿Cómo han ido cambiando las relaciones entre ellos? ¿Por qué? ¿Qué otras personas se han incorporado? ¿Qué aportan?
¿Qué luces y qué sombras se desprenden de la trayectoria de Mark Zuckerberg? ¿Cuáles resultan más verosímiles? ¿Aceptables? ¿Rechazables?
¿Qué importancia tienen en la actualidad las redes sociales? ¿Y en nuestro entorno? ¿Qué significan para nosotros? ¿Cuáles utilizamos más habitualmente? ¿Para qué?