«Una chica mallorquina de 25 años, Caty Salom, afectada de una esclerosis lateral amiotrófica que deja inválida completamente a la persona, ha conseguido, antes que la enfermedad acabase con su vida, escribir un libro de 165 páginas. Caty dictaba las letras con el movimiento de sus párpados, siguiendo un código previamente aprendido por sus familiares. De esta manera han logrado transcribir el libro».
No sé si el libro llegará a editarse para el gran público. No es eso lo verdaderamente importante. Lo que vale la pena resaltar es el esfuerzo de una joven por vencer sus enormes dificultades. ¡Cuánta fuerza de voluntad, cuánto espíritu de superación y cuánta constancia para saltar un muro que parecía infranqueable!
Hay personas que con frecuencia se ahogan ante pequeñas dificultades o contrariedades sin importancia. Otras, como Caty, tienen la valentía y el coraje de enfrentarse a su destino para no dejarse vencer por él.
Caty es una buena maestra de la tenacidad y la capacidad de esforzarse para conseguir lo que uno se propone en la vida.
Cabe también destacar el valor liberador y consolador de la escritura.
Cuando una dificultad nos ahoga podemos caer en la tentación de convertirla en el centro de nuestro pensamiento. Este pensamiento reiterativo y el no distanciamiento hacen que la dificultad se agrande.
Una buena manera de vencer las dificultades es distanciarse de las mismas, verlas con perspectiva y hasta dejarse llevar por la imaginación y la fantasía.
Cuando una persona padece una enfermedad, aunque hay que admitir que en ocasiones esto resulta muy difícil, conviene hacer el esfuerzo por apartarle del centro de atención de sus pensamientos para potenciar aquellas partes de su persona que no están afectadas.
Caty ha sabido aprovechar su mente clara y el movimiento de sus párpados para dejar volar los sentimientos y la fantasía y reflejarlo todo en un libro. De esta manera el sufrimiento se diluye y pasa a un segundo plano, en alguna medida, ante el deseo ilusionado de escribir que se convierte en un verdadero centro de interés.
PARA TRABAJAR Y ORAR
- Leer el testimonio de Caty y comentarlo.
- Vivir la experiencia de Caty. Crear un código. Una persona del grupo comunica un mensaje corto a los demás con el simple movimiento de los párpados. Repetir la experiencia… Analizar después lo sucedido: sentimientos, acciones significativas, reflexiones…
- Buscar y contar casos reales de personas, pequeños «héroes» como Caty, que no se han hundido ante dificultades de muy distinto tipo.
- Hacer un doble listado de dificultades reales, de problemas gordos de jóvenes de nuestra edad. En paralelo, escribir nuestras dificultades y problemas. Hacer «hablar» a las dos listas. 5. ¿Qué problemasvivo actualmente y cómo reacciono ante ellos? ¿Cómo voy de voluntad? ¿Cómo la educo; con qué medios la voy haciendo crecer?
- En un clima de oración, meditar esta frase u otra parecida: Los pobres son la palabra de Dios, sacramento vivo de Cristo. (Leer, si es necesario, Mt 25, 34-40).
- Visitar algún centro de enfermos. Tras colaborar en alguna labor, dialogar con alguna persona que está en contacto diario con ellos.