–¿La juventud ha cambiado en estos casi 30 años?
–Es una de las tesis fundamentales de mi libro, los cambios son gigantescos. Los jóvenes se encuentran con una democracia asentada, pero uno de los problemas más serios de los adolescentes es que el referente político está muy desprestigiado, lo cual es muy grave.
–También el referente religioso.
–Más que desprestigiado, no es interesante. No forma parte del universo que preocupa a los jóvenes.
–¿Qué está pasando con los jóvenes actualmente?
–Se encuentran con una sociedad profundamente individualista, ausente de proyectos colectivos. La crisis financiera es un ejemplo de que se ha puesto el dinero como el becerro de oro.
–Imitan lo que ven.
–De ahí que cuando se pregunta a un adolescente cuáles son los iconos que mejor les definirían, responden: el dinero, el preservativo, la fiesta, la moda y en sexto lugar, el libro.
–¿Cuál es el cambio principal?
–Un cambio fundamental son las nuevas tecnologías, pero también la inmigración y la revolución familiar. El modelo histórico ya no es el mismo. La madre ha salido de casa, sin que el padre haya entrado. Ahora nos enfrentamos con fenómenos como el nido vacío, las abuelas esclavas, los dos padres trabajando y el hijo, solo y frente al ordenador.
–¿Cómo actuar?
–Escucharles, hablamos demasiado sobre y de los jóvenes, pero no con ellos. Hablamos sin escucharlos. Necesitamos padres que no sean prepotentes ni impotentes. El primero reprime, critica y pretende educar en una sociedad que ya no existe y el segundo, deja hacer todo a sus hijos.
–¿Qué piden los jóvenes?
–Límites. No tienen un modelo referencial. No aceptan la mentira y el engaño, ni la revolución diferida. La quieren aquí y ahora. Un joven se encuentra con un puzzle de mil piezas, con todo lo que recibe en la vida de sus padres, la escuela, la televisión y el chat. De forma soterrada, a grito silencioso, piden «ayúdenme a ordenar mi vida».
– ¿Qué se les debe enseñar?
–En casa hay que educarlos a beber y la sexualidad. Un 70 por ciento de jóvenes de 15 a 18 años ha tenido relaciones sexuales. Pero, sobre todo, constancia, trabajo bien hecho, disciplina, respeto por el otro y obediencia.

SONIA GARCÍA

EL PERIÓDICO, 3.12/2008

Para hacer

1. ¿Qué nos parecen estas respuestas. ¿Cuán cuáles estamos de acuerdo? ¿Cuáles nos reflejan a nosotros o reflejan lo que vemos?
2. Resumimos: “Ahora la pubertad comienza antes y termina después. Muchos jóvenes viven como quiceañeros durante mucho tiempo en situación de ‘stand by’”. ¿Nos sucede esto a nosotros. ¿Cuáles son los síntomas?
3. “Pero es absolutamente falso que carezcan de valores. Lo que ocurre es que los chicos están pidiendo a gritos referentes, guías e incluso más disciplina. Sacamsos conclusiones
4. Según Elzo, la juventud invierte más en valores como el pacifismo, la tolerancia o la ecología, y «prima la lealtad, la transparencia y la ausencia de doblez». Y, por contra, se despreocupa por el esfuerzo o el compromiso. ¿Y nosotros?