Las llaves que abren para acoger

1 noviembre 2006

Celebración penitencial de Adviento

 
Álvaro Ginel
 
Ambientación de la capilla
Se colocan las sillas en círculo, dejando un espacio central libre. En el centro, poner una mesa cubierta con mantel, encima se depositan muchas llaves: llaves de todos tipo, antiguas y nuevas, llaves de papel; de éstas, una para cada participante. En el centro de la mesa estará encendida una vela y sonará música ambiental mientras llegan los participantes.
 

  1. Ritos iniciales

 
Monición de entrada
En medio del Adviento, este encuentro es un tiempo de reconciliación, de gracia de Dios, de manifestación del amor de Dios que llega a nosotros y nos perdona. Lo vivimos con alegría y apertura, con acción de gracias.
 
Canto
           
Saludo del presidente
V/. Hoy el Señor nos reúne a todos y desea pronunciar palabras de vida y de perdón. Dios tiene ganas de derramar la lluvia de su salvación sobre nosotros. Demos gacias al Señor.
R/. Te damos gracias, Señor.
 
Oración
Dios y Padre nuestro, nos has convocado
para derramar tu gracias y tu perdón.
Haznos reconocer tus caminos,
por los que Tú vienes
y los que Tú has preparado para nosotros.
Ábrenos a tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
 

  1. Proclamación de la Palabra

 
Lectura: Marcos 13,33-37 (o bien 1‑13).
 
Reflexión
Algunos preadolescentes dicen a sus padres que no vayan a la fiesta colegial o determinados actos… Prefieren estar sin “la mirada de los padres”, prefieren que éstos “no vean ni sepan cómo se divierten”. La mirada de los padres “molesta”, es preferible estar un poco “más libres”.
¿No suena a algo parecido lo que nosotros hacemos? El protagonista del relato del evangelio escuchado parece que conoce “nuestras preferencias”. Dios “como que se aleja y se va, y nos deja con nuestra libertad, con nuestra responsabilidad de ser lo que queramos, de comportarnos, de vivir a nuestras anchas”. Dios no es un Dios policía.
Dios es un Dios resposable y nos quiere responsables. Nos deja la llave de nuestra vida en las manos. Las llaves de la casa se entregan a amigos, a íntimos, a gente de confianza, a responsables… Dios nos ha entregado la llave de nuestra vida. Dejar la llave no es invitarte a romper el cariño, ni a mamosear la responsabilidad, ni…
En esta tarde Dios llega y te invita a tomar la llave de tu vida en las manos, a revisarla, a pensar en ella un poco, a ver cómo la estás utilizando…
 
(En este momento se puede repartir a cada participante una llave, que la tome en las manos y que con ella en las manos vaya siguiendo la propuesta de revisión de vida o examen de conciencia que a continuación se señala; si el presidente, u otra pesona, hace un examen más adaptado a la asamblea, mucho mejor. Como se verá está dirigido sobre todo para destinatarios adolescentes).
 
Examen de conciencia
¿Amo yo a Dios, le tengo presente en mi vida?
¿Cuándo rezo? ¿Voy los domingos a la eucaristía?
¿Me porto bien en casa? ¿Obedezco a mis padres?
¿Cómo trato a mis hermanos?
¿Ayudo en casa y hago las tareas que me mandan?
¿Respeto a todas las personas o las hago burla? ¿Digo palabrotas?
¿Soy un buen compañero?
¿Me peleo con los demás niños y niñas? ¿Juego limpio sin hacer trampas?
¿Quiero tener siempre la razón y que los demás hagan lo que yo quiero?
¿Hablo mal de mis compañeros o de otras personas?
¿Los cromos, juegos….me llevan a pegar, insultar, engañar….?
¿Digo siempre la verdad? ¿He cogido o quitado cosas que no son mías?
¿He sido envidioso? ¿Me he creído superior a los demás?
¿Soy trabajador y tengo voluntad o soy un perezoso?
¿Juego con todos o tengo manía a alguien?
¿Mis pensamientos son buenos o tengo mala idea?
¿Soy un niño o niña generoso?
¿Necesito pedir perdón a Dios?
¿Qué acciones, pensamientos…. necesito mejorar en mi vida?
 
Oración del arrepentimiento
Yo confieso…
 
Confesión individual
(Música de fondo)
 
Acción de Gracias
 Padrenuestro…
 
Oración final
Te agradecemos, Señor, por el perdón que nos concedes y por poder perdonarnos también entre nosotros. Enséñanos a vivir siempre como hermanos y amigos, respetando a los demás y haciéndoles felices. Haz que nunca te olvidemos. Por Jesucristo nustro Señor. Amén.
 
Bendición