Las sectas

1 junio 2000

El 5 de abril, Pepe Rodríguez presentó el libro Adicción a la sectas (Ediciones B). Al hilo de esa presentación se dieron algunos datos y surgieron algunas opiniones que recordamos aquí. Al margen de su origen y de la posible parcialidad de su planteamiento, pueden servirnos para afrontar un asunto cada vez más preocupante entre padres y educadores, y de más riesgo para miles de adolescentes y jóvenes.
 
¡ Situación
– Hay muchos que confiesan que nuestra sociedad está enferma, a juzgar al menos por su cara sombría: «Allí donde habita el olvido de padres y educadores anida el huevo de la serpiente».
– «Si no sabes adónde vas, acabarás en otra parte». Eso se decía hace décadas para señalar lo que les ocurría a quienes, llegados a una encrucijada, temían andar. Las encrucijadas se han hecho más intrincadas, y los destinos, más numerosos, disminuyen de sentido.
– Los sistemas de creencias tradicionales se han destruido o han cambiado tanto que son irreconocibles. Un ejemplo: «Mi hijo me dijo que yo no era más que una casualidad en el proceso evolutivo y que si me oponía a su permanencia en la secta, sufriría el castigo en mi propia vida. ¿Cómo puede decir esa idiotez un estudiante de biológicas?»
– A falta de expectativas y como tabla de salvación en naufragio vital, se acude a las sectas como chaleco de supervivencia. Lo mismo que a las drogas. O al alcohol. O al juego compulsivo.
 
¡ Los datos
– Existen en España 200.000 sectadependientes, enganchados a un analgésico espiritual que les dé sentido y seguridad.
– Algo más de 1.300.000 jóvenes españoles de 14 a 29 años corren el peligro de caer en manos de las sectas, de abrazar la fe de milagreros, agoreros y redentores de todo tipo y caer con ellos en el precipicio.
 
¡ Quiénes
– Cualquier persona puede ser captada por una secta si es abordada en el momento oportuno. Sólo hace falta que sufra, que no tenga asideros donde agarrarse y que el señuelo adecuado se cruce en el camino.
– El grupo de riesgo es el vagón de los chicos malos. «Malaventurados los adolescentes marginados, los que tienen problemas, los que no reciben ayuda en el hogar, los afiliados a la deuda existencial… De ellos puede ser el infierno del fanatismo autodestructor. Ellos serán carne de cañón para el engorde de las filas sectarias».
 
¡ Causas y soluciones
– «La sociedad en general está conformando personalidades frágiles. A la gente les hace falta algo que reduzca su nivel de ansiedad.»
– «¿Qué pintamos los padres en casa? Hemos dimitido como educadores, como cuidadores. Le dejamos la responsabilidad a los políticos, a la escuela…»
– Para poner freno al derrotismo y prevenir estas situaciones desde la familia, el autor apuesta por algunas actitudes básicas: No pegar, fomentar la tolerancia, huir de la superprotección… Y hablar con los hijos.

  HERMINIO OTERO

 

Para hacer

 
1. Repasar el texto. ¿Qué nos aporta? ¿Qué situación conocemos nosotros, qué datos tenemos?
2. ¿Por qué tienen las sectas este atractivo? ¿Qué nos pasa a nosotros?
3. Aportar más soluciones: ¿Cómo vivimos nosotros? ¿Qué hacemos que no nos da sentido? ¿Qué podríamos hacer para lograr el sentido a nuestra vida?
4. ¿Cómo nos llevamos con el sistema de creencias tradicionales? ¿Qué sustitutos hemos buscado cuando esas no nos sirven?
5. Trabajar con la imagen de este mismo CUADERNO JOVEN y a partir de las propuestas que allí se dan.