El estudio de la Fundación SM ‘Jóvenes Españoles 2005’ revela que los jóvenes españoles “conocen cada vez con mayor claridad la realidad que les rodea y se adaptan a ella con lucidez”, a la vez que se refleja una pérdida de los valores “mayores” como la religiosidad, la abnegación o la constancia, aunque “cada vez se marcan más las diferencias entre los jóvenes españoles de una misma generación, que no forman un conjunto homogéneo sino cada vez más fragmentado”.
- Valores de los jóvenes. Los problemas sociales considerados más importantes por los jóvenes son, en primer lugar, el terrorismo, seguido por la droga, el paro, la vivienda y la violencia doméstica. Los menos mentados son la manifestación de violencia de alguna gente joven, la corrupción política, los problemas de contaminación y medio ambiente, la pobreza y la marginación de parte de la población, así como la seguridad ciudadana. Se comprueba, de esta forma, la importancia que conceden a lo próximo, a lo directamente personal en detrimento de las cuestiones más generales como la vida política, el medio ambiente, la pobreza, etc.
El estudio refleja que los jóvenes españoles son cada vez más permisivos en la justificación de los comportamientos de carácter privado y cada vez más exigentes en los de carácter público. Valoran cada vez menos los movimientos sociales comprometidos y están muy poco implicados con los problemas de su sociedad. Por otro lado, un dato preocupante es que aumentan de forma significativa en los jóvenes los rasgos de baja autoestima. - Relaciones e integración. En cuanto al grado de confianza depositado por los jóvenes en las organizaciones, las dedicadas a temas de voluntariado encabezan la lista con un 69% seguido del sistema de enseñanza (60%), el sistema de Seguridad Social (54%), la policía (51%) y la Unión Europea (50%). Y los últimos puestos son para las Fuerzas Armadas (37%), la OTAN (36%), las grandes empresas y multinacionales (24%) y la Iglesia (21%). Si lo comparamos con el Informe del 99 todas las instituciones, excepto la Seguridad Social que se mantiene en la misma posición, pierden la confianza de los jóvenes especialmente las grandes empresas y las multinacionales, la OTAN y la Iglesia.
En relación con el medio ambiente, el estudio pone de manifiesto una progresiva despreocupación juvenil por el deterioro del medio ambiente: si en 1999 este era considerado un problema importante por un 21% de los jóvenes, esta cifra cae hasta el 13% en 2005. Sin embargo, un 71% apoya la idea de que “la protección del medio ambiente ha de ser prioritaria en la política, incluso si ello provoca un crecimiento económico más lento y alguna pérdida de puestos de trabajo”.
- Familia y jóvenes. Se constata entre los jóvenes un pluralismo en las apreciaciones de lo que constituye hoy una familia, ya que las formas de unión actualmente son muy diversas. Los modelos de familia se han diversificado, son más abiertas, permeables a hacerse y deshacerse, más plurales en formas y menos estables en duración. De este modo, los jóvenes valoran el matrimonio pero lo retardan, valoran tener hijos pero los reducen y los tienen más mayores y tienden a ser más fieles a la pareja a pesar de aumentar las separaciones y divorcios.
- Jóvenes y religiosidad. Los jóvenes españoles no encuentran modelos de religiosidad atrayentes por lo que se ha producido una precipitada aceleración del proceso de secularización. Hace diez años los jóvenes que se consideraban católicos eran el 77% y hoy, por primera vez en la historia, no llegan al 50%, un descenso de más de 25 puntos. Esto es debido, en cierto modo, a la creciente secularización de la sociedad, los cambios políticos en una dirección claramente laicista y la desconfianza que suscita la Iglesia entre los jóvenes. De ella critican su excesiva riqueza, su injerencia en política y su conservadurismo en materia sexual. En 1994, dos terceras partes de los jóvenes españoles afirmaban que eran “miembros de la Iglesia y que pensaban seguir siéndolo”. En 1999 ya eran solo la mitad y en el año 2005 es un 29%. Por otra parte, solo el 10% de los jóvenes se declara católico comprometido frente a un 20% que se caracteriza por la indiferencia religiosa, agnosticismo o ateismo. El resto se constituye por una gran masa de españoles que en mayor o menor medida están identificados con su condición de católicos, pero que se caracteriza principalmente por su pasividad.
- Ocio y tiempo libre. Para un 92% de los jóvenes españoles el ocio y el tiempo libre es un elemento central en su organización, funcionamiento y nivel de vida. Entre sus gustos y aficiones destaca escuchar música (98%), ver la televisión e ir al cine (94%), salir a bares, cafeterías o pubs (93%) y escuchar la radio (principalmente programas dedicados a música y deportes) (90%). Las actividades que han descendido respecto al estudio realizado en 1999 son la lectura de libros, la práctica de deportes y la asistencia a museos, frente a actividades que han crecido como ver la televisión, escuchar música e ir a bares y discotecas.
- Otro dato representativo de este estudio es el uso intensivo del móvil, que representa uno de los mayores cambios en la conducta cotidiana de la población española y, especialmente, de los jóvenes. Las relaciones sociales ligadas al con el ocio y el tiempo libre se han transformado sustancialmente debido principalmente a las tecnologías de la información y comunicación.