■VER LA TELEVISIÓN
Un 13% de los niños españoles dedica casi todo su tiempo libre a ver la televisión. Cuando cumplen 15 años, han pasado 12.000 horas de su vida viendo la televisión. Es decir, 17 meses seguidos, día y noche, sin hacer otra cosa. ¿Una barbaridad? No, según los padres. Casi la mitad de los progenitores (un 44%) asegura que sus hijos –que dedican dos horas al día a ver programas– ven poco la tele y sólo un 14% creen que lo hacen demasiado.
Así se desprende del estudio elaborado por la Universidad de Comillas Situación social de la infancia en España, que contiene otros datos preocupantes. Por ejemplo, que uno de cada cinco niños ve le tele porque no tiene ninguna otra cosa que hacer, y uno de cada 10 lo hace porque no tiene nadie con quien hablar o jugar.
El informe destaca que, fuera de las horas de colegio y de las dedicadas a los deberes escolares, la actividad principal de un 29% de los chavales es la convivencia con los amigos. Los datos corroboran que la música y las novelas salen peor paradas. La música sólo atrae a un 5% de los menores, y la lectura, a un 3%.
■ RESPONSABILIDAD PATERNA
Las asociaciones de usuarios aseguran que los responsables de esta situación son los padres. Éstos, a su juicio, no enseñan a sus hijos a ver la televisión. Es más, «la utilizan como una guardería», según el presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), Alejandro Perales. Los datos del informe corroboran sus opiniones. Aunque el 75% de los progenitores creen que el control sobre los programas televisivos es «una obligación paterna», el 28% nunca o casi nunca asesora a sus hijos.
«En España es muy normal que los niños vean la tele a partir de las diez de la noche. Eso no ocurre en ningún otro país europeo», insiste Perales. Bastan dos ejemplos. Según una empresa de medición de audiencias, unos 25.000 menores suelen ver Crónicas Marcianas y unos 150.000 fueron espectadores, en su día, de Hotel Glam.
■ LAS CADENAS
Las cadenas también tienen mucho que decir. El estudio de la Universidad de Comillas, asegura que de 1997 al 2000 la oferta de programación infantil ha disminuido en dos horas diarias y que, además, ninguna cadena cuenta con el asesoramiento de expertos en psicología y pedagogía infantil para diseñar sus productos u orientar el contenido de los programas.
«Los espacios para niños no son rentables económicamente. Lo que hacen las cadenas es programar espacios de testimonios por la tarde o comedias de situación por la noche para atraer también al público infantil», dice el presidente de la AUC.
El panorama es triste. Pero tiene solución. Según Perales, ésta pasa por la televisión de pago y los canales temáticos. Además, añade, la televisión pública no debería depender tanto de la publicidad. «Así podría realizar programas infantiles pedagógicos y útiles».
OLGA PEREDA, El periódico, 14.7.03
Para hacer
- ¿Qué nos llama la atención de esos datos?
- ¿Cómo se sitúa cada uno ante la televisión?
- ¿La solución son los canales de pago? ¿qué otras soluciones se nos ocurre para situarnos adecuadamente ante la televisión?