El bombardeo erotizador de la infancia (véase la página anterior) es constante y proviene de muchos frentes. Incluso, los padres contribuyen con su actitud y con hechos aparentemente inofensivos como vestir a sus niñas de mayores o promover que se maquillen o se pongan tacones de manera habitual, aunque sea para jugar. No obstante, hay aspectos en que los padres (y también los educadores) pueden incidir para evitar la sexualización precoz de sus hijas:
- Interesarse. Los padres deben procurar estar al tanto de las revistas que leen sus hijos, de los programas que ven, de la música que oyen y de las webs que visitan. Si el contenido no les parece adecuado, han de hablar de ello y escuchar lo que los chavales tienen que decir al respecto.
- Aprovechar lo cotidiano. Es útil procurar ver la tele con ellos y ejercer la crítica de las actitudes que no se consideran correctas, así como los motivos. Hay que cuestionar que si prestan demasiada atención a ciertos aspectos externos, su entorno obviará el resto de su calidad como personas.
- Hablar. Hay que ser explícito y claro y explicar por qué ciertos programas, prendas de vestir o complementos no son adecuados. También hay que ser igual de concreto al proponer o ensalzar alternativas que contribuyan a destacar una imagen femenina positiva.
- Comprender. Es normal que las niñas y adolescentes se sientan presionadas por la moda, los medios de comunicación o la pandilla de amigos a la hora de adoptar ciertas actitudes. Hay que ayudar a las pequeñas a escoger acertadamente dentro de las tendencias y recordarles que ellas serán lo que quieran ser y que eso es más importante que el aspecto externo que exhiban.
- Animar. Es recomendable tratar de encauzar a las crías hacia actividades que hagan énfasis en el talento y en otras habilidades diferentes a la mera estética. En este sentido, el deporte y las artes plásticas son una alternativa idónea.
- Educar. Hablar de sexo con los hijos es una tarea incómoda, pero es necesario abordarla con naturalidad, sin tabúes y encuadrando la sexualidad dentro de una vida saludable, íntima y, sobre todo, madura y satisfactoria. Desde los tres años ya se puede empezar a comentar temas sexuales con los niños para lograr que esta faceta de la vida contribuya a su felicidad y no a sus traumas.
- Ser realista. Es necesario que las niñas sepan que las muñecas, los dibujos animados, los personajes de los videojuegos y lo que ven en la mayoría de los anuncios publicitarios no es real. Si las medidas o el aspecto de estos iconos se trasladasen a una persona no podrían sobrevivir (por ejemplo, una mujer como Barbie se partiría en dos).
- Dar ejemplo. Haga un repaso de los productos que compra, de los hábitos que mantiene, de los valores que transmite o de los programas que ve en presencia de sus hijos. Ellos imitan su conducta porque los padres son su espejo.
Suplemento Salud de El Mundo
(17.3.07)
Para hacer
Revisar los patrones y consecuencias de la erotización de la infancia (Ver página anterior). ¿Estamos de acuerdo con lo que se dice? ¿Qué casos conocemos en nuestro entorno?
Centrarnos en lo que podemos hacer como padres o educadores: una reunión de padres para comentar estos aspectos, compartir nuestras actuaciones, concretar nuestras acciones…
Difundirlo también entre chicos y chicas (con ocasión del mes de mayo, la cercanía del verano…). ¿Actuamos así? ¿Por qué? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Qué podemos hacer?
Véanse los recursos de la página siguiente. ¿Cómo podemos unir estos dos mundos?