En la Semana de Catequesis Solidaria, celebrada hace un mes en Sevilla, (véase la páginawww.catequesis.net) se recordaron los siguientes datos:
– Se estima que el total de personas inmigrantes el mundo sobrepasa los 150 millones.
– El 18 % de la población de la Unión Europea, unos 65 millones de personas, vive bajo el umbral de la pobreza.
– El 19 % de la población española, unos ocho millones y medio de personas, viven bajo el umbral de la pobreza (ingresan menos del 50 % de la renta media en España). De ellas, 1.739.800 personas viven en la pobreza severa (ingresan menos del 35 % de la renta media). Los pobres soportan la mayor parte de los males (paro, analfabetismo, toxicomanías, delincuencia, marginación…).
– De los 6.200 millones de personas que habitamos este planeta, 1.200 millones viven actualmente con menos de un euro diario, y 2.800 millones viven con menos de dos euros diarios.
– 826 millones de personas padecen hambre. 150 millones de niños están desnutridos. 352 millones de niños sufren explotación laboral. 133 millones de niños no van a la escuela.
– Los países de África subsahariana gastan más en pagar los intereses que genera su deuda externa de 200.000 millones de dólares, que en la salud y la educación de sus 306 millones de niños.
– El número de personas desempleadas de nuestro país es de 1.688.000, muchas de ellas de larga duración, con el riesgo de pobreza que conlleva.
– En España hay más de 30.000 personas «sin techo», que vagan de un lado para otro, con las mismas necesidades que cualquiera de nosotros: un alojamiento estable, oportunidades laborales, ingresos mínimos para poder vivir.
– Existen más de 600.000 pensionistas pobres que, a la pobreza económica, añaden la pobreza cultural, la falta de salud, la necesidad de ser cuidados, la soledad…
– Enfermos mentales, enfermos de Sida, toxicómanos, discapacitados…, especialmente sin apoyo familiar, no tienen la ayuda necesaria para vivir en esta sociedad.
Estos datos –y de otros muchos que nosotros podemos buscar cada día– se encuentran personas de carne y hueso que sufren. Estos meses (jornada del hambre, inicio de la cuaresma…) podemos tomar conciencia de esta realidad. Y actuar… para que los últimos sean los primeros de verdad.
Cuaderno Joven