Lotería, hay mucho en juego ……

1 enero 2002

Aunque sea un poco a «toro pasado» -el mayor auge del tema se da en Navidades-, proponemos aquí unas pistas directas e indirectas -surgidas en una conversación de grupo- para pensar sobre las loterías y otros «jue­gos de dinero»…
 
Juan
Sobre la lotería tengo mi opinión: con el dinero no se juega. Me parece un insulto a los que no tienen qué comer. Con la lotería se busca la felicidad en el dinero y ahí no está. Y se busca para uno sólo: «Que me toque!». Además es un negocio para el gobierno: ciudades queriendo pagar impuestos, los libres buscan ser esclavos, es el pan y circo, el nuevo opio del pueblo. Es como si todo el mundo es­perara el genio de lámpara mágica. Conseguir sin esfuerzo: todo y ya. Y Luego dicen que no hay fe… Nada más hay que ver las largas filas de fieles capitalistas haciendo cola para recibir la comu­nión en la administración de lotería.
No me extraña que el lema de la lotería sea «Que la suerte te acompañe». Ya ves, nadie va a mo­ver un dedo por cambiar la sociedad. Al final nos convencerán que las injusticias sociales son cues­tión de mala suerte. No compro lotería. Eso que gano.
 Sara
¿Quién no ha oído «cómprame un número de lotería para los pobres de tal ONG?». ¿No se dan cuenta? Se convierten en nuevos publicamos del dios dinero, recaudadores voluntarios del gobierno. Y no lo hacen con mala intención, pero sí con ceguera. Para un fin bueno usan un medio malo. Pi­den un pequeño porcentaje, haciéndose conformistas de migajas, traidores de la gratuidad, peda­gogos del dar lo que sobra …y luego exigen a los pobres que usen bien el dinero… Buscan lo prácti­co, el parche, y no la justicia… En el fondo lo que hacen es para no sentirse tan culpables, tan malos… No son críticos, porque eso es de mal educados. Este año si la lotería que me ofrecen es para una ONG, les daré el coste del boleto para la causa, y no quiero el número. Yo ni compro, ni vendo. Ante el consumismo no se puede ser imparcial.
 
Pablo
¡Si las ONGS se dieran cuenta…! Sería más eficaz exigir al gobierno que reduzca un 5% los gastos militares y los destinen a otras causas, que vender tacos y tacos de lotería de la cual un 20%, como mucho, se dedica una causa social… Pero claro romper la cadena consumista exige pensar, posicio­narse, dialogar, ser creativos… y nunca lo hemos hecho…, que lo haga el gobierno. ¡Eh! ¡despierta!, soñemos el mundo que queremos. Este año la lotería para ONGS que me quieran vender mis amigos la com­praré con la condición de que si me toca, todo lo invertiré en la causa que promueven.
 
Marta
¿Estáis bien de la cabeza? Os ha picado alguna mosca?. Yo echo a la primitiva y al cupón… y «es la ilu­sión de todos los días… Tariroriro…». La lotería es sólo un juego, no tiene nada de malo, nadie te obli­ga a jugar. Y de ilusiones también se vive. Además tiene emoción, y une a todos en algo. ¿Quién se imagina la Navidad sin lotería? Para muchas asociaciones es una rápida forma de ingresar dinero, que se necesita ¿eh? ¿Por qué tantos escrúpulos? Lo que decís es imposible, reconoced que el mundo en que vivimos está montado así. Bueno si me toca os invito a una cenita. ¡Ah!, por cierto, ¿me compráis un número para el viaje fin de curso? No seáis ratas…
 

PARA HACER
1. Marca alguna frase que te llame la atención. Di por qué.
2. Haz una lista con lo más necesario para vivir. Comentad qué se puede comprar y qué no.
3. Has visto 4 formas de actuar respecto a la lotería. Coméntalas. ¿Qué opinas tú?
4. Busca un compromiso para combatir, durante el nuevo año, el materialismo, individualismo…

 

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