Ni Dolce Gabbana ni Calvin Klein ni Cacharel ni Paco Rabanne… María de Nazaret posee una gama de perfumes que harán las delicias olfativas de quien se atreva a usarlos y, a la vez, cautivará a las personas que tengan a su alrededor. |
- Buenos días. Una fragancia que le despertará de inmediato y que, al dar un beso a su pareja o a su hijo, al saludar a su vecino o al conductor del bus o al sonreír a un anciano o a un niño, quedará impregnada su vida de buenos deseos que perdurarán, al menos, durante las siguientes 24 horas.
- Ascensor idem escaleras. Ideal para empezar la jornada de trabajo con un olor dulce y muy agradable. Tan solo tiene que acercarse más a las personas, que ellas perciban que son importantes para usted. Verá como rápidamente queda prendado del aroma de la amistad, de la fraternidad, del amor.
- Felicidades. A pesar de su nombre, es un perfume indicado para regalar en cualquier ocasión y a cualquier persona. Después de un largo proceso de investigación se ha descubierto que este aroma repercute de la misma manera tanto en la persona que lo recibe como en aquella que lo regala. Y es que como dice el proverbio: “La mano que te da unas rosas siempre conserva un poco de la fragancia.”
- Buenos humos. Apropiada para contrarrestar los malos humos que, tan a menudo, están presentes en su vida: pequeños o grandes disgustos, días en los que uno mejor no se hubiera levantado de la cama… Se echa unas gotas de optimismo y alegría y recobrará nuevamente un olor fresco, tierno y muy dicharachero.
- Hoy es el día. Para los que piensan que hoy es el primer día del resto de sus vidas. Y es que María posee el perfume que le hará dejar de olisquear una y otra vez el pasado o soñar con las irresistibles fragancias que le deparan en el futuro. Se trata de una esencia que le hará vivir cada día, cada minuto, cada segundo, de uno en uno, pues es ahí donde radica el secreto de la felicidad.
- Ssssssssssssss. Muy apropiado para impregnarse del aroma del silencio. Para aquellos que se dedican a menudo a escuchar el silencio, porque saben que, ante ciertas maravillas: un bello atardecer, una cascada de agua, un día lluvioso, un cielo estrellado… cualquier palabra sobra.
- Corazón joven. Si quiere volver a sentir el aroma fresco, tierno, inocente de sus años de niño, éste es su perfume. Para que el niño que fue no se avergüence jamás del adulto en el que se ha convertido.
- Amor, amor del bueno. No se deje engañar por imitaciones baratas (que además circulan muchas por el mercado). Usted adquiera la de su Madre; no se preocupe, su olor es inconfundible: una mezcla de cariño y confianza empaparán su vida y su corazón al instante.
- Milagro. Usted se echa unas gotas de este perfume, las mismas que utilizó María al asistir a las bodas de Caná (Haced lo que Él os diga) y descubrirá cómo las pequeñas acciones de cada día: sonreír, abrazar, tender la mano, pegar un toque… se convierten en auténticos milagros.
- Buenas noches. No es muy común perfumarse para irse a acostar, ¿verdad? Bueno, la riqueza de este aroma reside en que no se impregna en su piel, sino que, después de una charla con su Madre, va directamente a su corazón, produciéndole una sensación de paz y bienestar que le harán dormir “a pierna suelta.”
José María Escudero