5. Dar la vida por el Evangelio y los hermanos
Esta presencia fiel del Señor os hace capaces de asumir el compromiso de la nueva evangelización, a la que todos los hijos de la Iglesia están llamados. Es una tarea de todos.
►En ella los laicos tienen un papel protagonista, especialmente los matrimonios y las familias cristianas.
► Sin embargo, la evangelización requiere hoy con urgencia sacerdotes y personas consagradas. Ésta es la razón por la que deseo decir a cada uno de vosotros, jóvenes:
· Si sientes la llamada de Dios que te dice: “¡Sígueme!” (Mc 2,14; Lc 5,27), no la acalles.
· Sé generoso, responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida.
Os doy mi testimonio: yo fui ordenado sacerdote cuando tenía 26 años. Desde entonces han pasado 56.
► Al volver la mirada atrás y recordar estos años de mi vida, os puedo asegurar que vale la pena dedicarse a la causa de Cristo y, por amor a Él, consagrarse al servicio del hombre.
· ¡Merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos!
Juan Pablo II
Para hacer
Completar las frases siguientes
Mi presencia fiel al Señor consiste en…
Yo colaboro en la nueva evangelización…
Si yo fuera cura…
Porque sé que vale la pena dedicarse a la causa de Cristo, yo…
Porque sé que merece la pena dar la vida por el Evangelio, yo…
Yo doy la vida por los hermanos…