El mes de marzo para muchos centros católicos es el mes de la campaña vocacional. Alrededor del 19 de marzo, fiesta de san José, subrayamos la vivencia de que todos somos llamados a una vida plena como hijos e hijas de Dios. Estamos llamados a descubrir en nuestro crecer como humanos la historia de salvación en que la presencia de nuestro Padre Dios está acompañándonos en nuestro caminar cotidiano y en la que le pedimos que nos ayude a acertar en nuestro camino y en nuestras metas. Por eso diseñamos diversas propuestas para que este objetivo vaya calando en nuestros alumnos y alumnas. Esta vez ofrecemos una idea que se viene realizando en muchos centros educativos pero que creemos que, en estos tiempos líquidos que vivimos, ofrece todavía buenos resultados cuando se lleva a cabo en un contexto que ayude a la reflexión, a la confrontación –pacífica– de opciones y a un diálogo grupal y personal.
Diversas actividades previas
Organizar una mesa redonda vocacional puede ser una experiencia muy interesante en el contexto de unas jornadas vocacionales que se ofertan en un centro educativo.
Lógicamente, se debe trabajar la vocación en sentido amplio para todo alumno y alumna de nuestro centro, según su edad y sus interese vitales, durante todo el tiempo que dure la campaña, sea una semana, una quincena o un mes. Por eso se cuidará la ambientación con diversos elementos y actividades:
– Carteles ad hoc, en lenguaje educativo-pastoral escolar mejor que catequético parroquial.
– Horas formativas preparadas por el Departamento de Orientación del centro y motivadas adecuadamente.
– Trabajo grupal y personal del tutor o tutora de cada grupo.
– Proyección de una buena película que ofrece interrogantes o propone alternativas.
– Preparación de los buenos días en esta clave, potenciando momentos de escucha y diálogo con referentes adultos del centro educativo.
– Realización de subrayados específicos en las materias que puedan acercarse al tema de la vocación sin forzar programaciones…
Todo ello nos pueden ayudar a vivir la campaña vocacional desde muchos frentes y desde muchas perspectivas que ayudan a verla también desde una visión cristiana de la vida, como otra más, normalizándola, y sin ser excluyente en el tema vocacional.
Mesa vocacional por cursos
Nuestra propuesta es realizar una mesa vocacional por cursos de Secundaria: una para primero de la ESO, y otra para segundo de la ESO hasta segundo de bachillerato.
La semana anterior se prepara la mesa vocacional en cada aula con el tutor, que la presenta a su grupo manifestando qué se pretende y quiénes van a estar presentes. Se deja un tiempo para que en pequeños grupos se propongan qué preguntas “interesantes” se puede hacer a los participantes. Se realiza una puesta en común y cada aula selecciona varias preguntas que realizarán en la mesa vocacional.
El día de la mesa vocacional se presenta brevemente a los que forman la mesa y por qué se les ha invitado.
- Ellos tendrán entre 5 y 7 minutos para contar su vida en esta clave de vocación cristiana. Se busca que los participantes sean de lo más variado posible. En nuestro caso están presentes un salesiano, un padre/madre de familia, un miembro de la familia salesiana, un animador o animadora del centro juvenil, un trabajador o trabajadora feliz en su trabajo (no es necesario que sea una profesión con un marcado talante altruista).
- Al finalizar las breves exposiciones, se formulan las preguntas seleccionadas la semana anterior y, si da tiempo, se anima a realizar preguntas más espontáneas.
- Se acaba agradeciendo a todos su presencia y su interés.
- A continuación es el tiempo de recreo, en el que los participantes se quedan en la sala donde se realizó la mesa redonda o salen a los patios; así algunos alumnos pueden acercarse para hablar personalmente con ellos, o para preguntar lo que no se atrevieron a realizar en voz alta delante de todos… Creemos que este momento informal, aunque sea minoritario es esencial para que funcione una mesa redonda vocacional.
En nuestra oferta hay pues varios momentos: uno preparatorio en pequeños grupos, uno en gran asamblea y otro informal al final de la mesa redonda y en el tiempo de recreo. Creemos que así podemos llegar de distintas maneras a lo que nos proponemos que es que nos planteemos la vida como una llamada a la que todos debemos de responder.
Xulio C. Iglesias