Mi querido Frankie

1 enero 2007

Dear Frankie (2004). Dirección: Shona Auerbach. Guión: Andrea Gibb. Producción: Caroline Wood.
“La primera vez que leí Mi querido Frankie fue en 1997 y era un guión muy corto. Pero la historia me impactó y ya no pude quitármela de la cabeza. Es una historia que expresa una enorme fe en la vida. Me quedé fascinada con el tema: hasta dónde puede llegar una madre para darle un padre a su hijo, ese padre que ella cree que él necesita por encima de todo… También me interesó la forma en que toda esta problemática le permite comprender mucho mejor a su hijo, y cómo su mentira también llena un vacío en su propia vida. Pero las mentiras siempre tienen consecuencias. Quería adentrarme en ese mundo complejo y explorarlo en profundidad. Es lo que me empujó a dirigir esta película… He estado enamorada de este proyecto desde el principio y dirigirlo ha sido como un viaje que te cambia vida. Espero que la película consiga emocionar al público tanto como me ha emocionado a mí” (Shona Auerbach)
En un principio, en 1997, los intentos eran más modestos. La guionista Andrea Gibb se planteaba rodar un cortometraje de 15 minutos denominado Natural History. Más tarde, en marzo de 2003, se transformaría en el largometraje que conocemos. Para llevarlo a cabo se disponía de un presupuesto de cinco millones de dólares.
Frankie, un niño sordomudo de nueve años, su madre Lizzie y la abuela vuelven a cambiar de residencia. El viejo automóvil se niega a continuar la marcha y deciden dirigirse a un lugar cercano. ¿Hasta cuánto tiempo?
«Mi padre era ingeniero y trabajaba en África. Pasaba mucho tiempo fuera cuando yo tenía cuatro o cinco años. Después nos fuimos a Nigeria a vivir con él. Así que de pequeña, durante mucho tiempo, me comunicaba con mi padre por carta; en cierto sentido, ese fue el punto de partida. Todos esos recuerdos me dieron que pensar: ¿Cómo sería tener un padre al que solamente escribes, en lugar de tener un padre al que ves todos los días?». (Andrea Gibb)
Mientras Lizzie encuentra trabajo y retorna la labor de entablar otras amistades y adaptarse al nuevo ritmo escolar, Frankie se sumerge en la correspondencia con el padre ausente. Cartas que se escriben esmeradamente o se reciben con avidez, sellos que se integran en la cuidada colección, nuevos puntos geográficos que señalar en la pared… Un ciclo cada vez más rutinario hasta que surge la sorpresa: el “HMS Accra” recalará en el puerto durante unos días. ¿Cómo logrará Lizzie salir del embrollo? ¿Es preferible mantener el engaño o revelar la verdad?
“El dilema moral que vive el personaje de Lizzie me interesó muchísimo. Es una madre que miente a su hijo, lo cual está mal, pero que lo hace porque lo quiere con locura. Me pareció realmente fascinante… También me atrajo la relación que se establece con el protagonista masculino. Aparece en su vida por una razón muy concreta, pero su relación acaba convirtiéndose en algo totalmente distinto. Es una relación muy excitante, que siempre va a estar marcada por la presencia del niño. Siempre va a existir una distancia, una especie de barrera en la relación. Me pareció que la trama podía desarrollarse de una manera muy interesante e inusual». (Shona Auerbach)
«¿Hasta qué punto Frankie conoce la verdad? ¿Hasta qué punto la acepta? Y de pronto, se me ocurrió que él lo sabe a pesar de que nunca se lo han dicho. Nadie le ha dicho nunca que su padre está en ese barco; pero, en su interior, él lo sabe, es un niño pequeño que sabe desde el principio lo que nosotros no descubrimos hasta el final. A partir de ahí pensé: ¿Qué pasaría si la comunicación entre Frankie y Lizzie entrañara algún tipo de dificultad?». (Andrea Gibb)

Augusto Fernández

Pistas para la reflexión:

  1. ¿Qué mantienen en común Mi querido Frankie y Te doy mis ojos (2003) de Icíar Bollaín: inicio de la obra, desarrollo de la historia, problemas que se plantean, soluciones que se adoptan? ¿Cuál resulta más emotiva? ¿Y realista?
  2. ¿Y con La vida es bella (La vita e bella, 1997) de Roberto Benigni: modos de enfrentarse a las dificultades, relaciones familiares, figura del padre, tono dramático o humorístico?
  3. ¿Qué sorpresas se preservan hasta el final? ¿Qué descubrimos? ¿Qué imaginamos que sucederá después? ¿Nos animamos a proseguir la historia?
  4. ¿Estamos de acuerdo en que “Pero las mentiras siempre tienen consecuencias”? ¿Qué hubiéramos dicho a Frankie de su padre?

 

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