MISIÓN COMPARTIDA ESCOLAPIA: UNA EXPERIENCIA

1 mayo 2010

Pablo Santamaría
Director Titular Escolapios-Bilbao
 
La misión compartida en el ámbito escolapio puede ser entendida de dos maneras. En sentido amplio, es el horizonte y referencia común de la pluralidad de vocaciones, ministerios y modos de participación en el carisma escolapio. Es el bien común compartido y sobre el que pivotan también las demás dimensiones del carisma (espiritual, comunitaria e institucional). Dicho de otro modo, la misión compartida es lo que nos une a todos, religiosos y laicos.
En un sentido más reducido, la misión compartida es un término asociado exclusivamente a uno de los modos de participación en el carisma que la Orden ofrece a los laicos.
En primer lugar explicaré el marco general desde el que se sitúa la misión compartida, para pasar después a desarrollar las diversas maneras de vivirla según las posibilidades de participación que este marco ofrece a los laicos.
 
Marco de la misión compartida: el proyecto institucional del laicado
La misión compartida nace, por un lado, de la actividad pastoral que durante más de treinta años se viene desarrollando en las Escuelas Pías con los niños, jóvenes y laicos. Más recientemente se añade también el trabajo en clave de identidad escolapia impulsado entre el personal de los colegios, las familias y los trabajadores de la Fundación Itaka-Escolapios. Por otro, tiene que ver con el proyecto institucional de la Orden sobre el laicado, que ha buscado enmarcar y clarificar toda esta experiencia acumulada permitiéndole así seguir creciendo con más fuerza.
Un hito importante de todo ello fue el descubrimiento de la universalidad vocacional que lleva dentro un Carisma. En palabras del Padre General Ángel Ruiz:“El carisma escolapio no es de los escolapios. No es propiedad de la Orden. Es del Pueblo de Dios. Y en éste habrá y hay personas, de ambos sexos y de todas las edades, además de los escolapios, que tengan el carisma a la vocación evangelizadora de los jóvenes. Si esto fuera así, esas personas participarían del carisma calasancio” (P. G. Angel Ruiz, 1983).
En coherencia con estas palabras, la Orden pide “proceder con gradualidad en la integración de los seglares y mentalizar antes para los cambios que deben operarse en la realidad. Obrar de tal modo que la prevención y el miedo sean sustituidos por el deseo activo de crear ‘escolapios seglares’ al lado y en estrecha colaboración con los ‘escolapios religiosos’” (Capítulo General 1991).
Será el Capítulo General de 1997 quien, a la luz de la experiencia,  aprobará un documento muy importante titulado “El laicado en las Escuelas Pías”. En él se definen cuatro modalidades de participación de los laicos en el Carisma escolapio:cooperación, misión compartida, integración carismática, integración carismática y jurídica:
El documento capitular mandó también “Crear estructuras jurídicas y organizativas que pongan en práctica, promuevan y potencien el crecimiento de este proyecto institucional”. La conclusión del documento es: “Se trata, pues, de una opción institucional irreversible, que exige de todos una renovada visión eclesial, un discernimiento constante y gran respeto a la diversidad dentro de la unidad de la Orden”.
Desde entonces, en las Escuelas Pías se van desarrollando y dando forma a estas modalidades (incluida, por supuesto, la de la vocación religiosa escolapia, que nos permite hoy hablar de cinco modalidades de participación carismática, cada una con su dinamismo vocacional propio).
En definitiva, la opción de compartir el carisma, religiosos y laicos, ha dado lugar a un nuevo paradigma autocomprensivo de las Escuelas Pías. Dentro de ese paradigma se sitúa la misión compartida escolapia, siendo a la vez un eje transversal del mismo.
 
La misión compartida desde la integración carismática y jurídica
La integración carismática se ha traducido en Fraternidades escolapias. Se trata de una asociación de fieles formadas por religiosos y laicos y organizada como comunidad de pequeña comunidades de vida cristiana. Los miembros de la Fraternidad comparten el carisma, y por tanto la misión compartida, en el momento de entrada a la misma.
La integración carismática y jurídica ha culminado en la vocación del escolapio laico/a y en la Fundación Itaka-Escolapios. Los escolapios laicos/as son personas que, perteneciendo a una Fraternidad escolapia, desean una vinculación personal e institucional mayor con las Escuelas Pías. Reciben el ministerio escolapio en el momento de hacer su promesa definitiva de pertenencia a la Orden. Su implicación en la misión compartida es por tanto de otro calibre.
La Fundación Itaka-Escolapios es una plataforma institucional de misión compartida entre la Orden, sus Demarcaciones y las Fraternidades. Impulsa la misión compartida escolapia en todo el mundo a través de ocho áreas de misión (cooperación internacional en proyectos escolapios, sensibilización y educación en valores, formación, voluntariado, grupos educativos, gestión de albergues y comunicación).
Estas realidades son anteriores al nacimiento de la modalidad de misión compartida. En ellas es donde se comparte con más fuerza la misión escolapia. En nuestro caso, la integración carismática no surge como fruto del trabajo en la modalidad de misión compartida; más bien ésta ha sido fruto de haber trabajado previamente la primera. No hemos llegado a la integración carismática (y su consiguiente implicación fuerte en la misión escolapia) por la vía de la misión compartida como modalidad de participación, sino a ésta a través de aquella.
La misión compartida cono modo de participación carismática
Me centro ahora en el desarrollo de la colaboración y, específicamente, la misión compartida como modo de participación. Hablaré de la experiencia en Bilbao, aunque, de un modo u otro, algo parecido se está desarrollando en todas las presencias escolapias de nuestra Provincia.
Su origen hay que situarlo en el Proyecto en clave de identidad que se impulsa en nuestros colegios. Buscando garantizar e impulsar su identidad cristiana y escolapia se desarrolla un plan de acompañamiento y formación del personal de los centros (tanto profesorado como PAS). Dicho plan incluye:
o        Dos años de formación inicial del personal nuevo que entra a los colegios. La mayoría de las sesiones, de ritmo mensual, se realizan en cada centro y también se incluyen varios encuentros formativos provinciales.
o        Curso de educadores escolapios: se desarrolla durante dos semanas de liberación para personas que lleven al menos cinco años con nosotros y que terminan con un par de días en Peralta de la Sal (cuna de nuestro Fundador).
o        Claustros formativos en clave de identidad: al menos dos claustros por curso se centran en temas formativos escolapios.
o        Itinerario hacia la misión compartida: se ofrece a quienes se sienten implicados personalmente y de forma corresponsable en la misión de las Escuelas Pías y quieren profundizar en la identificación con la misión escolapia y sus claves vocacionales. Con un ritmo aproximadamente quincenal se abordan los bloques fundamentales de la misión escolapia durante un curso Se libera una tarde para ello a estas personas.
o        La misión compartida: al finalizar el itinerario se ofrece a sus participantes el grupo de misión compartida del colegio. Este grupo se reúne, fuera de horario laboral, una vez al mes para formarse, compartir y aportar al colegio en temas relacionados con su liderazgo de presencia escolapia. Sus miembros encarnan la presencia escolapia en el colegio desde la clave profesional y vocacional. Ejercen un liderazgo carismático y son uno de los garantes de la identidad cristiana y escolapia del centro.
Actualmente en este grupo de misión compartida participan 25 personas, un 30% de todo el personal: 15 son miembros de la Fraternidad que trabajan en el colegio y que, por ello, son miembros de este grupo; y las otras 10 son personas que han dicho que sí a la propuesta tras finalizar el Itinerario a la misión compartida. La mayoría son profesores y dos son PAS. No es un grupo con funciones directivas u orgánicas en el colegio, aunque todos los miembros de los equipos de titularidad, pastoral y dirección, así como la mayoría de las personas de equipo pedagógico y tres de los siete coordinadores de ciclo están en el grupo.
La Fundación Itaka-Escolapios cuenta con 21 trabajadores en Bilbao de los cuales 18 están en el grupo de misión compartida de la Fundación (4 de ellos no son de la Fraternidad). Por el tipo de trabajo de la Fundación, la constitución del grupo de misión compartida fue más sencilla que la del colegio, sin requerir procesos especiales previos. Su funcionamiento es similar en ambos casos.
Una vez al año hay un encuentro y celebración de los dos grupos de misión compartida de Bilbao y otro encuentro con el resto de personas de misión compartida de los demás colegios y sedes de Itaka-Escolapios. Estos encuentros ayudan mucho a ganar en conciencia de misión común.
Un proyecto que se amplia: la misión compartida de familias
El colegio cuenta con un Proyecto de familias que plantea un conjunto de acciones, propuestas y experiencias para que las familias amplíen sus horizontes de compromiso en la misión y superen el ámbito de la mera satisfacción. En concreto buscamos:

  • Propiciar la satisfacción de familias a través del modelo de gestión de la calidad total.
  • Fomentar una creciente confianza mutua e identificación con el colegio. Para ello impulsamos numerosas acciones, que también sirven de siembra para otros pasos de mayor implicación.
  • Favorecer la colaboración de las familias con la educación de sus hijos y con el resto de actividad escolar. Llamamos familia colaboradora a aquella que, además de estar identificada con el colegio, participa en actividades colegiales con sus hijos o de voluntariado puntual en diferentes momentos del curso. Se proponen acciones en las que  pueden colaborar las familias en los tres campos de nuestra misión (evangelizadora, educativa y social).
  • Potenciar el surgimiento de familias en misión compartida escolapia. Son padres y madres que, tras un proceso de discernimiento, deciden participar del grupo de misión compartida de familias. Me centro ahora en este aspecto.

El grupo de misión compartida está formado por familias de la Fraternidad de Bilbao, la mayoría de las cuales tienen sus hijos en el colegio, y por familias que han realizado un Itinerario formativo hacia la misión compartida con familias. Este Itinerario consta de diez reuniones formativas sobre temas de identidad escolapia e interés para las familias: situación de la familia, realidad eclesial, rasgos de los niños y jóvenes de hoy, claves educativas, transmisión de la fe, educación para la solidaridad,… La convocatoria se hace entre los padres y madres de nuestros alumnos.
Al finalizar dicha formación se mantienen otros tres encuentros para discernir el paso  al grupo de misión compartida. El proceso incluye participación en eucaristías de la comunidad cristiana escolapia e invitación a otro tipo de actividades que ésta ofrece a lo largo del curso.
El grupo de misión compartida comenzó su andadura este curso 2009/2010. Consta de 34 personas (22 familias en total, dado que no siempre están los dos cónyuges). Diez de ellas son familias que accedieron a través del Itinerario a la misión compartida del curso 2008/2009. Pronto se incorporarán más personas que terminan ahora el Itinerario de este curso 2009/2010. El funcionamiento del grupo consiste en una reunión mensual, los sábados a la tarde, para tratar temas relativos a la familia cristiana y la misión compartida. Además, participan de la eucaristía de la comunidad cristiana escolapia y sus hijos tienen la posibilidad de prepararse para la primera comunión. A lo largo del curso, las familias participan también de actividades de voluntariado relacionadas con el Proyecto de familias, la Fundación Itaka-Escolapios, el colegio,… Como objetivo concreto para este curso, el grupo está elaborando un manual de educación de la fe a los hijos 0-18 años que queremos publicar y ofrecer al resto de familias del colegio o de ámbitos eclesiales.
La experiencia de este grupo es corta todavía y queda mucho por andar.
Conclusión: una misión con mucho futuro
La misión compartida desde la integración carismática y jurídica está consolidada y tiene un presente y un futuro lleno de posibilidades. Consiste en lo que hacemos juntos la Orden, las Fraternidades, la Fundación Itaka-Escolapios, las vocaciones religiosas y laicales y los ministerios escolapios ya instaurados (ministerios ordenado y laico de pastoral, y ministerio educativo familiar).
La misión compartida, en cuanto modalidad específica de participaciónestá naciendo con fuerza, pero todavía necesita recorrido, experiencia y reflexión. Es mucho lo que podemos esperar de la implicación creciente de familias y de personas que trabajan en los colegios y en la Fundación Itaka. Entre otras muchas cosas, puede ser otro paso significativo la encomienda de ministerios escolapios en los ámbitos educativos y sociales a personas que, sin estar en la integración carismática, son de misión compartida.
Así es como entendemos y estamos construyendo la misión compartida escolapia.

Pablo Santamaría