MISTERIO Y SENTIDO DE LA NAVIDAD

1 diciembre 1998

Cada año volvemos a darle vueltas a lo de la Navidad. También lo hacemos en este número de Cuaderno joven desde casi todas las secciones, comenzando por las pala­bras prestadas de esta misma página. Las primeras corresponden al olvidado Ladislaus Boros.Las segundas pertenecen a «Alandar» (diciembre 1997). Con ellas queremos si­tuar el misterio y sentido de la Navidad.
 
Se hizo hombre
 
«Hoy brillará una luz sobre nosotros» (ls 8,1). El Hijo de Dios se hizo hombre, de noche, hace dos mil años, en un pue­blecito, en Belén. Se le puso en un pese­bre y se le envolvió en pañales. Su ma­dre le amamantó. Era como todos los ni­ños pequeños: un diminuto fragmento de vida, sin amparo. Aceptó totalmente nuestra indigencia.
Más tarde pasó una vida apenas nota­da, fue ignorado y mal entendido. En to­das partes tropezó con incomprensión, más aun, con hostilidad: abandonado a la pobreza, rodeado de hombres de poca monta, en cierto modo encarcelado por una muralla de insensatez.
Nuestro Dios se hizo radicalmente pe­queño. Este ser pequeño e insignificante de nuestro Dios es un misterio. De este modo, Cristo ha convertido la humani­dad en la ley fundamental de la «nueva creación».
Éste sería el misterio de la Navidad, como entonces se mostró en Belén.
 
Ladislaus Boros
 
Feliz Navidad
 
Antes de que algún periodista progre escriba algún artículo diciendo que la Navidad es una fiesta romana ligada al solsticio de invierno, antes de que algún comentarista ilustrado filosofe sobre el aburrimiento de tener que festejar por obligación, nos apresuramos a coincidir con el primero y a disentir del segundo.
La fiesta de la Navidad es de todos por su simbología a todos atañe: el invierno no ha de salir victorioso, el sol no caerá derrotado. Siempre, para quien la espera y la desea, la primavera levantará su vuelo. Si los cristianos conocemos el al­cance real de esa esperanza, ésta es nues­tra única ventaja, que estamos dispues­tos a compartir con todo el que lo desee.
Lo que fundamenta nuestros motivos de fiesta es tan sencillo como universal: Nos ha nacido un Niño, se nos ha dado un hijo. Por ello, con verdadero espíritu de fiesta, les deseamos ¡Feliz Navidad!

«Alandar» (Dic. 1997)

 
Porque esto es así, porque queremos que sea así, Cuaderno joven ofrece varias sec­ciones para centrarnos en la Navidad. Es nuestra forma de desear a todos ¡Feliz Navi­dad! Tendremos que recordar que sólo será así cuando hagamos más felices a los de­más.
 

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